Estamos al final de la época dorada de los arrieros que pasaban por San Pedro con el ganado para alimentar las faenas mineras de la pampa salitrera. Una bonanza de más de cincuenta años que comenzó con el mineral de Caracoles, descubierto en 1870, el primer gran cliente de San Pedro. De ahí nuestro “camino a Caracoles” que hoy es la calle más comercial de nuestro poblado.
No duró mucho. 9 años después, cuando empezó la guerra del salitre, Caracoles ya estaba en decadencia.
Las tradiciones arrieras atacameñas era muy anteriores, una consecuencia de las conexiones existentes entre la puna de lo que hoy es Argentina, Bolivia y esta zona. La tradición arriera podríamos llevarla quizás hasta tiempos muy antiguos cuando no había mulos ni caballos ni ganado, solo llamas.
Cuando cerró Caracoles, la pampa salitrera tomó el relevo y la demanda aumentó aun más. Este negocio trajo un gigantesco aumento del cultivo de la alfalfa y la primera concentración de propiedad en manos de grandes propietarios.
Eduardo Abaroa fue uno de esos potentados, con terrenos acá y en Calama. Su hijo Andrónico Abaroa Riveros amasó una gran fortuna con su ganadera, que subsiste hasta hoy, como parte de los negocios de la familia, descendientes del héroe Boliviano (y de un croata que apareció por ahí).
Pero llegó la crisis mundial de 1929, que terminó de matar a las oficinas salitreras, que agonizaban desde el fin de la primera guerra mundial.
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El miércoles 13 de octubre de 1937, cuando pasó el avión, en la mañana, algo subsistía de la bonanza del arrierismo y el negocio ganadero con destino a las faenas mineras. Las oficinas salitreras que habían sido el cliente principal por cincuenta años, ya no existían, pero se seguía comerciando ganado, en una proporción mucho más baja, hacia Chuquicamata, que había comenzado a funcionar en 1915, después de fusionar muchos asentamientos mineros menores . Muchos de los atacameños fueron a trabajar en ese mineral, cuando ya el arrierismo daba sus últimos estertores.
Mi abuelo tenía 29 años en 1937 y ese día de octubre mi abuela, con 24 años, tenía 6 meses de embarazo de su primera hija. Pero no vieron pasar el avión, porque vivían en Chuqui donde el trabajaba, como tantos sampedrinos.
Entre las otras actividades económicas que sustentaban a San Pedro estaban la extracción de la llareta, con destino a Chuquicamata ; La minería del azufre, en una escala muy pequeña . Existía una incipiente minería de cloruro de sodio en la Cordillera de la Sal, que por entonces eran conocidas como Las Salinas a secas . Nadie pensaba ni en la Luna ni en Marte.
La agricultura había estado centrada en la alfalfa para el ganado y afrontaba una crisis, porque los terrenos ya no eran rentables.
Aunque muy pocos, ya circulaban automóviles y camiones, por el túnel de Catarpe, que era entonces el camino a Calama, resabio de esta época de ganadería que terminaba.
El final definitivo de la ganadería sería unos diez años después, con el comienzo del servicio del tren Salta-Antofagasta, por el paso de Socompa.
Desde el avión
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