Claro que el viento es una ligera brisa, y la marea tranquila nos baña.
¿Como ha podido este proyecto, que parece que no le gusta a nadie, excepto a René Huerta, su principal impulsor, continuar su avance, sin que se pueda detener?
Es claro que los dirigentes indígenas no están, salvo contadas y honrosas pero aisladas excepciones, interesados en el tema del museo. Lo que revela la verdadera actitud de ellos hacia el patrimonio. O bien ellos no están interesados en ESE patrimonio o en ninguno, ya que ese patrimonio en particular no les va a dar ganancias. Resulta curioso que el interese de las comunidades decayó después de que el rector de la UCN les ofreció que administraran ellos el museo. ¿Por que no lo hicieron? Porque también el vicerrector de finanzas les demostró con cifras que, como cualquier museo del mundo, el de SPA NO solo no genera utilidades sino que pérdidas. Por supuesto, esto no es un problema, desde que una iniciativa cultural como esta va a recibir apoyo desde el gobierno y desde particulares, etc. Pero no es llegar y cortar una entrada, como en las atracciones turísticas. Tampoco puedes cobrar 30 mil pesos por la entrada.
Fue un comunero de Chiu Chiu quien presentó un recurso legal contra el museo. Vergüenza de que ninguno de los dirigentes de Atacama La Grande se haya propuesto lo mismo. Por supuesto que la Corte Suprema mandó a Wilson Galleguillos a paseo, basándose principalmente en que: "Es del todo evidente que la propia comunidad de San Pedro de Atacama, liderada por su autoridad máxima la alcaldesa Sandra Berna, a estado personalmente preocupada de este proyecto que constituye una prioridad precisamente para los habitantes. De forma tal, que contrario de lo expuesto por los recurrentes, se ha tomado el parecer de éstos, consultándoles a quienes interesa el proyecto. Todo lo anterior permitió concluir que el proyecto no generaría impactos significativos, de aquellos señalados en el artículo 11 de la Ley 19.300".
¿Como es que todos esos dirigentes que alegan que no se les consultó pueden pasar por alto esto?
La Corte Suprema ratifica que fueron consultados. Así que, como podrían alegar después que no lo fueron, ¿Dónde está el recurso contra el gobierno que miente tan descaradamente? O quizás no miente. Quizás halla algo que no sabemos.
Así, el nuevo museo sigue su avance. Y para añadir insulto a la injuria, viene la empresa que tiene que embalar la colección y contrata a atacameños, designados por las propias comunidades indígenas, para que hagan ese trabajo. Y más encima los trata mal.
Quizás, como decía un tío abuelo mío, allá por los años 60, es que: “la raza es la mala”