Más de un millar de piezas arqueológicas de madera y hueso, entre tabletas, tubos para inhalar, pilones, morteros, espátulas y cucharillas, forman parte de la colección del Museo R. P. Gustavo Le Paige S.J.
Desde el año pasado, un equipo de científicos encabezado por la arqueóloga y académica de nuestra Universidad, Dra. Helena Horta, lleva adelante un estudio sobre los aspectos sociales y rituales de la práctica alucinógena en las sociedades que habitaron el salar de Atacama en tiempos prehispánicos, analizando los componentes de los ajuares funerarios de cinco cementerios seleccionados.
La investigación se denomina “Estudio multidisciplinario sistema religioso atacameño: parafernalia alucinógena, cronología y diferenciación social (500-1500 d.C.)” y es financiada por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt).
Este trabajo multidisciplinario se lleva a cabo con un equipo de investigadores compuesto por el químico de la U. de Santiago, Dr. Javier Echeverría; la bioantropóloga de la UCN, Dra. Susan Kuzminsky; y la arqueobotánica de la Universidad SEK de Santiago, Alejandra Vidal.
La principal hipótesis de dicha investigación es que esta práctica solo habría arribado al área atacameña como resultado de la influencia religiosa Tiawanaku, difundida ampliamente en el centro-sur andino, y que a partir de esto los atacameños empezaron a plasmar su propio estilo de acuerdo con su cosmovisión y su particular sistema de creencias basado en una religión de carácter chamánico.
Asimismo, se busca probar que los individuos portadores de parafernalia sicotrópica habrían sido miembros de una incipiente elite al interior de la sociedad atacameña de la época, y que no todos habrían sido chamanes por el simple hecho de contar con algún elemento de la parafernalia en sus respectivas tumbas.
Para evidenciar esta hipótesis se están realizando una serie de análisis de residuos que han sido extraídos de los equipos inhalatorios, en la búsqueda de nuevos vegetales con alcaloides. “También estamos esperando resultados de muestras que han sido enviadas para fechados radio carbónicos, a fin de tener más claridad respecto a los tramos temporales en los que nos estamos desenvolviendo. A su vez, estamos realizando experimentaciones arqueológicas sobre manufactura de objetos en diferentes materialidades. La arqueología experimental está resultando muy útil para entender cómo se trabajaba el hueso, el mineral de cobre y la madera, entre otros. Observamos que hay tradiciones y conocimientos milenarios que se van transmitiendo de generación en generación respecto a dichas manufacturas”, precisó Helena Horta.
La investigadora adelantó que saben que la semilla molida del cebil (Anadenanthera colubrina var. cebil) estaba involucrada en estas prácticas. “Este árbol se encontraba de forma natural en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes, en forma de bosques en el noroeste de Argentina, lo cual marca una diferencia ecológica importante con el desierto de Atacama, donde solo se dan el algarrobo, el chañar y el molle, por lo cual el cebil debía ser importado desde dicha región”.
INSTRUMENTOS MUSICALES
Mónica Gudemos, arqueomusicóloga de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, se integró a este equipo en colaboración internacional para estudiar los instrumentos musicales prehispánicos, pues la música fue sin duda un elemento importante para propiciar los estados de trance en los rituales.
Para ello, examinó instrumentos musicales de las colecciones arqueológicas de la Corporación Cultural de Calama y del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo R. P. Gustavo Le Paige S. J. En este último, registró silbatos, campanas, antaras y sonajeros, entre otros instrumentos. “Hay una gran variedad de trompetas que hemos trabajado junto a personal de conservación, en consolidarlas, porque son de un material muy frágil… Ahora también encontramos tubos de trompeta para embutir unas con otras, con un ensamblaje perfecto. Un trabajo de pulido realmente maravilloso y que posiblemente estén hechos con materiales no locales, sino de un poco más al sur, lo cual es muy importante, ya que abre toda una línea de investigación”, dijo Mónica Gudemos.
Tanto los estudios previos como algunos avances de esta investigación fueron divulgados en la charla “Alucinógenos, rito y música: el sistema religioso atacameño en tiempos prehispánicos”, realizada por Helena Horta, Mónica Gudemos y Javier Echeverría en la Corporación Cultural de Calama.
Esta investigación concluirá en 2019, cuando se obtendrán los resultados finales que sin duda contribuirán a un mayor conocimiento de las prácticas alucinógenas en el área atacameña e incluso en el área circumpuneña (noroeste de Argentina y el altiplano sur de Bolivia, la cuenca del río Loa, la costa de Antofagasta y el salar de Atacama).