Fue exonerado político en el Gobierno Militar y para no irse al exilio, eligió dedicar su vida al arte de la cerámica precolombina. Con estudios en el Bellas Artes, experiencia docente, años dedicados a la investigación y un sinfín de viajes por el mundo mostrando su trabajo, Fernando Alfaro es toda una figura en San Pedro de Atacama, donde reside hace más de 10 años. Orgulloso de haber nacido en Chuquicamata, en su taller ubicado en el casco antiguo del poblado, nos habla de su trabajo y talleres, las dificultades de vivir de la artesanía y su experiencia tras 40 años dedicado a esta arte.
¿Cómo ha sido la experiencia de realizar talleres a las comunidades indígenas?
Cuando llegué a formar un proyecto (la oficina de pueblos originarios), en mis ratos libres hice clases a las comunidades en diferentes lugares Toconao, Coyo, por ejemplo. Siempre pensando en resurgir la cerámica licanantay porque la tenemos en los museos pero la idea era que la gente atacameña reprodujera la cerámica ancestral e hiciera cosas nuevas porque no podemos detener el proceso histórico. Fue magnifico. Las mujeres que vinieron eran para recuperar su ajuar utilitario. Ellas quieren tener sus ollas, sus jarros para carnaval.
¿Cuál es la importancia que le da usted a transmitir sus conocimientos en cerámica?
Hay señoras viejitas que son alfareras tradicionales atacameñas pero ya no tienen la fortaleza de enseñar por razones de salud y ya no hay nadie más que lo haga. Entonces es importante que se produzca este renacer de la cerámica. Por eso, he trabajado con los niños, lo cual es genial porque son muy creativos
¿Qué elementos le inspiran de la zona de San Pedro y su cultura?
Esta zona tiene mucha mística, todo lo de los chamanes, por ejemplo. Además siempre le he querido hacer un homenaje al caravaneo y a las llamas como símbolo. Hay muchos temas de inspiración en el desierto, salitreras, guaneras. Incluso no hay que ir muy atrás para crear. Hay muchos motivos para desarrollar cerámica.
¿Se aprecia la cerámica local?
Yo creo que aquí es el único lugar donde se están produciendo réplicas y se está hablando de la cultura licanantay a través de la cerámica. Hay otros colegas que lo hacen pero a través de joyas, tejidos, etc.
Este es el taller más popular. Igual hacemos taller escuela, los turistas vienen a aprender conmigo porque yo les cuento a través de un objeto la historia de este pueblo.
¿Y ha podido vivir de la cerámica?
No es que se gane mucho dinero pero he podido pagarles la universidad a mis tres hijos y eso ya es increíble.