Con una inversión estimada de 8 mil millones de pesos, el proyecto se aproxima al inicio de su fase constructiva
Como ya es de público conocimiento el trabajo de diseño, gestión y participación asociado al proyecto del nuevo museo, ya tiene a lo menos dos años de existencia. Ahora, la buena noticia tiene que ver con que se acerca el momento de inicio para su construcción, importante obra que viene a resguardar el inestimable patrimonio cultural y colección de piezas arqueológicas que el museo alberga.
La buena nueva la comunicó Julio Santander, director regional de la Subdere o subsecretaría de desarrollo regional, en su visita ante el concejo municipal comunal. Instancia donde el personero manifestó la más decidida y amplia voluntad del gobierno de Chile y su cartera, de financiar las millonarias obras para la construcción del nuevo museo.
Es más, Santander informó que en un momento el proyecto del museo estuvo en manos del MOP pero luego paso a ser la Subdere la responsable y quién asumió como unidad técnica al municipio, agilizando de esta forma el proceso. Historia en la cual se tuvo que cumplir con varios protocolos como el de Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) cuya principal preocupación se centró en el cómo se habría de resguardar la colección patrimonial, ante lo cual se diseñaron las soluciones y respuestas ante las cuales el CMN dio su aprobación recomendando la presentación del proyecto al Sistema de Evaluación Ambiental. Sobre ello cabe destacar que el proyecto asumirá la forma de una Declaración de Impacto Ambiental o DIA, ya que no es un trabajo sobre un monumento nacional sino solamente es una obra que se construye en una zona declarada como Zona Típica.
La subdere contrató a 2 equipos para acelerar el proceso, un equipo encargado de la participación y consulta ciudadana para cerrar de forma óptima ese proceso iniciado con anterioridad. El segundo equipo contratado por la subdere, tiene como misión llevar adelante la DIA o Declaración de Impacto Ambiental.
Sobre el financiamiento
Julio Santander manifestó que “lo principal para nosotros como subsecretaría es que el proyecto del nuevo museo, comience su construcción pronto, ya que el objetivo de esta inversión es proteger el patrimonio con criterios de excelencia”. El personero además informó que su cartera tiene una línea de trabajo e inversión de Puesta en Valor del Patrimonio, la que es financiada directamente por un convenio entre la Subdere y el BID o Banco Interamericano de Desarrollo. Línea en la cual se financian diversos proyectos de carácter patrimonial como la restauración de templos en Arica y Parinacota, al igual que la restauración de la iglesia de SPA, Chiu chiu, Caspana, Lasana, Ayquina.
BID
Demás está decir que el proyecto en cuestión cumplió con un proceso de diseño, participación y validación para llegar a un resultado, el cual pudo ser postulado como proyecto emblemático para ser financiado por el crédito BID. El problema es que el crédito del BID se acaba en junio 2013, fecha desde la cual las inversiones bajaran por provenir exclusivamente del estado de Chile y fecha en la cual esperemos que la construcción del museo pueda iniciarse obteniendo los dineros del convenio Subdere-Bid.
Peligro patrimonial
Existen informes técnicos que dan cuenta que el museo está hoy en día con riesgo estructural y no solo eso, sino que ese riesgo trae consigo otro peligro, la amenaza sobre las valiosas colecciones de objetos patrimoniales de la mega historia Atacameña.
Ante los daños producidos por las lluvias de febrero 2013, impacto que vino a aumentar el grado de deterioro de la casa patrimonial cuya inauguración data del año 1957, se torna evidente que la construcción de un edificio patrimonial que permita resguardar la colección de cultura Atacameña y Sur Andina allí existente, es una necesidad urgente. El patrimonio humano del territorio y uno de los más importantes patrimonios materiales del país, no puede quedar expuesto para su deterioro en una infraestructura que desde hace tiempo es deficiente, precaria y peligrosa para la integridad y subsistencia de este invaluable patrimonio.
Más allá de los temas pendientes, reuniones, diferencias de opinión o mesas de trabajo que hayan quedado pendientes o inconclusas, lo importante aquí es construir el nuevo museo de tal forma de poder tener resguardado este patrimonio de las lluvias estivales del 2014 u otras eventuales amenazas.
La administración del museo
Uno de las problemáticas que acompañó por bastante tiempo al proyecto del nuevo museo, fue la demanda de algunos dirigentes Atacameños a favor de hacerse participes en la administración del museo. Aspecto que aún no se zanja, pero ante lo cual el director de la Subdere se plantea como a favor de lo que se decida en esos términos, pero lo primero es construir el nuevo museo, luego se verá de qué forma se administra y quiénes serán los involucrados.
Ante las interpelaciones sobre la administración del museo, es bueno recalcar que el museo no se sostiene por la sola acción del corte de boleto, con lo cual solamente se logra cubrir un 15% de los gastos totales. Por lo que hay un alto aporte de la Universidad Católica del Norte, entre otros actores. En general son muy pocos los museos en el mundo que son sustentables, salvo escasas excepciones como el Museo Guggenheim que tiene hotel, restaurant, turismo, etc. Además hay que estar consciente que la misión de un museo no trata solamente de cortar la entrada y dejar que la gente entre, además debe realizarse investigación, docencia entre otras actividades que complementan y alimentan el patrimonio administrado. Entonces a la hora de hablar de administración se deben considerar todos esos factores y en ese marco se ve con buenos ojos la eventual creación de una fundación o corporación que pueda centralizar las distintas inversiones y aportes que permiten que un museo cumpla la importante función de preservar, proteger y divulgar el patrimonio nacional.
El nuevo museo
En breves palabras el nuevo museo trata de un espacio público que contiene el patrimonio bajo la línea de tierra, invitando a la comunidad a vivir más plenamente el museo y donde existirán salas de reuniones, salas culturales y un sinfín de espacios para uso de los distintos usuarios de este patrimonio, desde los Atacameños y Atacameñas herederas, hasta el turista que cruza parte del mundo para conocer este invaluable patrimonio difundido principalmente desde mediados del siglo XX por Gustavo Le Paige.
Recordemos que ya el año 2007 el museo efectuó el retiro de cuerpos y restos humanos de exhibición, cumpliendo con ello con una demanda ampliamente sentida por la población Atacameña. En el nuevo museo el espacio donde se encontrarán los cuerpos y restos humanos será un espacio de descanso bajo tierra sin acceso al público, por lo que se respeta la intimidad que en todas las culturas del mundo merece un fallecido.
El proyecto de construcción que esperemos comience pronto, se centra fundamentalmente en abrir el museo a la comunidad, además de resguardar con criterios de excelencia el valioso patrimonio existente. La infraestructura a construir, por su parte se transformará en un referente museal a nivel latinoamericano.
La primera autoridad comunal, Sandra Berna Martínez manifestó “yo he aprendido mucho con este largo proceso para la construcción del nuevo museo, hasta hace poco yo pensaba que solo habían 18 tabletas de Rapé y resulta que hay más de 150 y bueno todo eso hay que cuidarlo de la mejor manera, por todo ello yo siempre me la he jugado por un nuevo museo”
Obras
Demás está decir que la construcción del nuevo museo involucra un gran movimiento de maquinaria y de tierra, aspectos que deberán ser conciliados con el normal funcionamiento del pueblo. Pero sin duda toda gran obra tiene sus costos y eso hay que asumirlo y llevarlo de la mejor forma. En la actualidad existe un equipo profesional que está encargado de estimar los impactos que traerá la construcción del nuevo museo, tales como el polvo, movimiento de tierra, etc, así como el impacto en el turismo con el cierre del museo. Todos estos factores serán socializados con la ciudadanía indígena y no-indígena a fin de coordinar los trabajos.
Además el proceso de construcción del nuevo museo deberá ser un ejemplo en cuanto a precauciones de carácter arqueológico se refiere, aspecto que Consejo de Monumentos exigió debidamente y que sin duda la comunidad local se encargará de hacer valer.
Finalmente solo desear que las obras se desarrollen de la mejor forma y que no perdamos la oportunidad de tener un museo con estándares internacionales de conservación, ya que lo que queremos conservar no es cualquier cosa, se trata ni más ni menos de una de las colecciones arqueológicas de mayor relevancia en el mundo entero.