Entregar un respaldo científico que permita avalar el poder terapéutico de las hierbas medicinales endémicas de la Puna de Atacama, es la finalidad de un trabajo que ejecutará la Universidad de Antofagasta con Fondos de Innovación para la Competitividad Regional (FICR). Los recursos serán otorgados a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), del Ministerio de Agricultura.
La iniciativa se denomina “Estudio químico y actividades biológicas de plantas medicinales de la Puna Atacameña”, donde INDAP y CONAF actúan como asociados.
La propuesta tiene un valor total de $ 68.820.000, donde el aporte FICR equivale al $18.000.000 (26%).
El estudio nació para respaldar científicamente un patrimonio vegetal que —al igual que otras plantas del Norte Grande— carece de investigaciones químicas y farmacológicas. Por lo tanto, el objetivo de la propuesta establecerá cuál es el vínculo entre las propiedades biológicas y medicinales de los vegetales, tanto de los extractos que se obtengan en laboratorio como de los compuestos puros.
Una vez que exista ese conocimiento, se podrán elaborar formulaciones con estándares internacionales y especificaciones de identidad, pureza, potencia y buenas prácticas de fabricación de complementos nutracéuticos, fitoterapéuticos o alimentarios, entre otros. Igualmente, se desarrollará un plan de negocio que permitirá comercializar los diferentes productos o especies derivadas de esta investigación.
Ecosistema único
Antecedentes entregados por la Universidad de Antofagasta señalan que 35 plantas endémicas —aproximadamente el 20% de la flora nativa en la zona— tienen valor medicinal.
Entre las hierbas analizadas estarán la Pupusa (Werneria poposa); Chachacoma (Senecio nutans); Baylahuén (Haplopappus rigidus) altoandino, especie distinta a la que crece en el resto del país; Lampaya (Lampaya medicinalis) y Tola (Parastrephia quadrangularis).
El coordinador del estudio, Glauco Morales, señaló que “una planta se registra como medicinal si las propiedades terapéuticas son certificadas por el etnoconocimiento y por la antigüedad de su prestigio. Pero, en el caso de las hierbas de la Puna, el potencial mercado aún es limitado por la ausencia de información, poca difusión de las bondades curativas y a la falta de evidencia científica para avalar y fomentar su utilización”.
Morales agregó que las características geográficas y climáticas tan extremas del territorio son únicas en el país, por lo tanto, permiten a las hierbas bioelaborar metabolitos secundarios para soportar las inclemencias. Adicionalmente, sintetizan productos con estructura molecular novedosa, capaces de alterar el comportamiento fisiológico de otros individuos.
Impactos de la investigación
Con respecto a los efectos que tendrían los resultados del estudio, el coordinador indicó que la demanda por plantas ayudaría a crear una nueva agricultura altoandina, comenzando con un banco de semillas de hierbas endémicas. También estimularía la creación de empleo para hacer la propagación, cultivo y recolección de los insumos con un adecuado plan de manejo.
En ese contexto, la mujer jugaría un rol importante porque ella es tanto la cabeza de la economía familiar atacameña como la encargada de la huerta del hogar. Posee el conocimiento ancestral sobre el poder sanador de los principios activos de las plantas y preparaciones (cocimiento, infusiones, cataplasma, extractos o maceración).
El ejecutivo de innovación de FIA y supervisor del estudio, Fernando Arancibia, puntualizó que “es valiosa la señal que surge del aporte del Gobierno Regional de Antofagasta al financiar esta iniciativa, ya que con ello rescata el valor étnico de los recursos medicinales nativos. A esto se une al reconocimiento que el Ministerio de Salud efectuó al publicar en diciembre del 2009, un listado de Medicamentos Herbarios Tradicionales con 103 especies, indicando sus propiedades y usos más habituales, conforme a la Política Nacional de Medicamentos”.
FIA, con esta iniciativa, sigue profundizando el rescate de hierbas medicinales nativas para lo cual ha financiado el manejo agronómico de diversas especies; el desarrollo de monografías científicas para el reconocimiento en la farmacopea internacional y el desarrollo de productos específicos, entre otras acciones.
A nivel de comercialización, se espera agregar valor a las especies botánicas que hoy se venden en yerbaterías como hojas secas, en bolsas de plástico, con etiquetas escritas a mano y bajo nombres muchas veces desconocidos por los habitantes de las ciudades.
Una vez terminado el estudio, la Universidad de Antofagasta difundirá los resultados a comunidades de pequeños agricultores residentes en Ollagüe, Caspana, San Pedro de Atacama y Socaire, que participan en el estudio.
En cuanto al ámbito científico, el ejecutor fomentaría trabajos sobre biología de la propagación de las especies; relación de propiedades curativas-época de recolección; secado de plantas y su efecto en las atributos terapéuticos. Además de la búsqueda de los compuestos químicos responsables de las cualidades medicinales; estructuras moleculares y sus posibles modificaciones, con el objetivo de mejorar la propiedad curativa a la menor dosis posible y sin efectos secundarios.
ACERCA DE FIA
La Fundación para la Innovación Agraria (FIA), perteneciente al Ministerio de Agricultura, es la agencia sectorial de fomento a la innovación y su objetivo es contribuir al incremento de la competitividad de la agricultura nacional. Su actividad se centra en el fomento de los procesos de innovación y en actuar sobre el entorno y condiciones que los favorecen. Todo ello a través de financiamiento de iniciativas, de la generación de estrategias y la transferencia de información y resultados de proyectos y programas innovadores. Más informaciones en www.fia.cl.