Fuente:
Mercurio de Calama
El ministerio de Agricultura a través de organismo técnico, el Servicio Agrícola y Ganadero de la región de Antofagasta, SAG, realizó el último monitoreo apícola planeado durante 2013.
La apicultura es una actividad dedicada a la crianza y cuidado de abejas con el fin de obtener y consumir los productos que estos insectos colectan y producen. El principal producto que se obtiene de esta actividad es la miel, elemento bastante beneficioso para los humanos.
El principal objetivo de esta actividad consiste En detectar la presencia de enfermedades exóticas y verificar que los insectos no presenten enfermedades endémicas que pudiesen interferir en el comercio internacional de la miel producida un Chile.
En este contexto, los inspectores de la Oficina Sector El
Loa del SAG, se dirigieron hasta la comuna de San Pedro de Atacama, lugar en donde se encuentran registrados la mayor cantidad de apicultores y apicultoras de la región, actividad que ha presentado un notorio auge durante el último tiempo.
En total 47 productores de miel fueron fiscalizados por los funcionarios del SAG, quienes provistos de los implementos de seguridad necesarios y asegurando que las condiciones climáticas fueran las adecuadas para su observación, se dispusieron a manipular las colmenas en búsqueda de las enfermedades que eventualmente podrían afectar la producción de miel.
FUERA DE PELIGRO
Sin embargo y gracias a las barreras naturales presentes en San Pedro de Atacama, Se pudo constatar que la gran mayoría de las colmenas se encuentran libres de enfermedades que afectan a la apicultura local, noticia alentadora pata los productores que piensan exportar sus productos en el futuro.
“Como servicio estamos comprometidos con el desarrollo y protección del ámbito silvoagropecuario del país y en ese sentido seguimos trabajando junto a los apicultores en el resguardo de esta valiosa actividad que permite el autoconsumo de muchas familias y la distribución de estos productos en la zona”, dijo el director del SAG
Alexis Zepeda.
Fuente:
Mercurio de Calama