Comunidades de San Pedro protegen lagunas de las malas prácticas turísticas

Apenas se subió el precio de la Laguna Céjar, el pasado 1 de enero, a 30 mil pesos por persona, - norma que fue revocada y reemplazada por un cobro de 15 mil pesos por el uso de instalaciones- las agencias de turismo buscaron alternativas más baratas para ofrecer a los turistas. Fue así como los tours comenzaron a llegar a las lagunas "escondidas" o "vírgenes", dado que tienen las mismas propiedades salinas que permiten flotar con facilidad, no hay cobro y están a sólo 50 kilómetros de San Pedro de Atacama.

La Comunidad de Coyo, propietaria de las lagunas Baltinache, como originalmente se llaman, puso atención al uso turístico que se estaba dando de manera improvisada y lamentablemente se encontraron con basura y huellas de vehículos que pasaban por sobre las lagunas. "Por el momento se va a cerrar para poder proteger las lagunas. Partimos haciendo un operativo de limpieza y compramos dos containers con baños y duchas y se está haciendo un comedor para la gente que se está quedando ahí que serían dos personas encargadas de cuidar el lugar", dijo Jorge Álvarez, miembro de la directiva de la Comunidad de Coyo.

PROPUESTA

Si bien bajó la actividad turística en la Laguna Baltinache, ya que el acceso a laguna Céjar es gratuito, (sino se ocupan las instalaciones dispuestas por la Comunidad de Sólor), siguen yendo algunas agencias llevando turistas nacionales y extranjeros.

Álvarez explica que en un principio la Comunidad de Coyo no pretendía que estas lagunas tengan un uso turístico pero debido a que es necesario protegerlas, puede que comiencen a cobrar una entrada mínima de dos mil o tres mil  pesos para financiar los sueldos de los cuidadores y la mantención de las instalaciones. "Sin ingresos no tendríamos como pagarles a los guardias. Estamos en el proceso de sacar los costos pero no tenemos más recursos, con Tebenquiche mantenemos la Aldea de Tulor y no podemos mantener  la Laguna Baltinache. Ya hemos invertido ocho millones de pesos", dijo Álvarez haciendo referencia a los tres puntos turísticos que administran.

Asimismo explicó que es necesario hacer análisis de las aguas para determinar si son aptas para el baño. Las lagunas en cuestión son ocho en total, todas ellas de pequeñas dimensiones, siendo la más grande de aproximadamente 10 metros cuadrados.