Una serie de inconvenientes han debido afrontar los poblados indígenas del interior de la región en su intento por evitar que la pandemia de coronavirus continúe propagándose en sus comunidades.
La falta de centros médicos de atención, profesionales de la salud, residencias sanitarias, ambulancias, medicamentos y servicios básicos (luz y agua), son solo algunos de los problemas que se repiten en varios pueblos de la zona que ya se han visto golpeados por brotes importantes de contagios entre sus habitantes.
Ante la ausencia de ayuda por parte de las autoridades, según apuntan las comunidades, han sido estas mismas las que se han organizado para, por ejemplo, contratar personal de salud, habilitar centros de atención y residencias sanitarias para ir en auxilio de las personas afectadas por el virus.
En el pueblo de Talabre, ubicado aproximadamente a 60 kilómetros de San Pedro de Atacama, hay 21 personas positivas por coronavirus. Actualmente esta localidad, con cerca de 120 habitantes, no cuenta con una posta ni residencia sanitaria que les permita aislar a los contagiados.
"Nuestra situación no es muy buena, ya que tenemos 21 personas con el virus. Para nosotros es un tema preocupante debido a que en la comunidad hay bastante gente de la tercera edad y no contamos con un médico. La única atención que tenemos es una TENS que trabaja de lunes a viernes. Tampoco contamos con una posta, solo tenemos una sala de enfermería que habilitamos nosotros, al igual que la residencia sanitaria, para que los enfermos puedan estar cómodos. La única opción que nos queda es trasladarnos hasta Toconao o Calama en caso de una emergencia", explicó Elisa Sosa, presidenta de la comunidad.
Según comentó la dirigente, el fin de semana pasado un equipo de profesionales de la salud, encabezado por un médico, visitó el poblado para asistir a los pacientes que realizan cuarentena, una ayuda que recibieron desde la comunidad vecina de Toconao.
"Acá no hubo un compromiso real por parte de las autoridades. Como comunidad nos sentimos abandonados. Hemos tenido nosotros mismos que abastecer de alimentos y medicamentos a nuestros enfermos para que no salgan de sus casas. También tuvimos que costear la instalación de un túnel de sanitización y la contratación de personal para controlar la entrada y salida de personas del pueblo", enfatizó.
La comunera explica que gran parte de los casos de coronavirus que existen en Talabre corresponden a habitantes de ese mismo pueblo que trabajan en compañías mineras que operan en la zona.
Autogestión
Otro ejemplo de autoorganización para hacer frente a la pandemia es Toconao.
En este pueblo también optaron por implementar sus propias medidas de prevención a través una cuarentena voluntaria, instalación de túneles de sanitización, la contratación de personal médico y la toma de exámenes PCR a quienes ingresan a la localidad.
"Como comunidad hemos diseñado un plan estratégico para reducir el riesgo de contagio. Lamentablemente de los 12 casos positivos que tenemos hasta el momento, 10 eran trabajadores de El Salar y eso acarreó consigo que aumentara a 35 personas en el entendido que se sumaron familiares de estos trabajadores por ser contactos estrechos. Por lo mismo habilitamos un albergue y estamos trabajando con un médico, una enfermera y dos kinesiólogos que no solo están abocados al tratamiento del covid-19, sino también prestan atención a todo tipo de urgencia médica que requiera la comunidad y los pueblos aledaños", afirmó Yermin Basques, presidente de la comunidad de Toconao.
Frontera
En Ollagüe el avance de los contagios también tiene preocupados a sus habitantes. Hasta ayer, el poblado sumaba 33 casos activos por coronavirus. Por ello, la presidente de la comunidad quechua, Thelma Ramos, hizo un llamado a las autoridades a implementar un cordón sanitario, una residencia sanitaria y decretar cuarentena total en el poblado.
"Hemos tratado de batallar con esto (el virus) sin ayuda de nadie. Nosotros mismos hemos ido casa por casa repartiendo productos de la higiene, guantes y mascarillas. Ahora estamos en plan de sanitizar nosotros, pero aún así los contagios se han disparado. Todo porque tenemos la frontera abierta. Sabemos que el cierre no depende del alcalde, pero nos están sacrificando", manifestó la dirigenta.
Una situación similar se vive en pueblos como Quillagua y Machuca. En el primero la semana pasada fueron detectados 30 casos y una fallecida por coronavirus en una localidad que no supera los 150 habitantes. Mientras que en el segundo poblado, ya registran un deceso por covid y cinco personas contagiadas. Por lo mismo se han visto en la obligación de arrendar equipos médicos para los pacientes que aún se encuentran delicados de salud.