Era el martes 6 de mayo, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, llegó hasta la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, a exponer el proyecto de reforma al sistema electoral binominal del Ejecutivo. Era un momento especial; el gobierno se hacía cargo de una demanda histórica del progresismo.
Tras las diversas consultas que recibió el jefe de gabinete, hubo una inquietud que abordó una reivindicación de representatividad: la inclusión de pueblos originarios en el Parlamento. La interrogante a Peñailillo fue realizada por el diputado DC Fuad Chahín, legislador de La Araucanía.
Así, el gobierno comenzó a a socializar la voluntad de La Moneda de legislar al respecto, sumando a representantes indígenas al Congreso. Fuentes de la Nueva Mayoría aseguran que Peñai- lillo se ha comprometido, en citas con parlamentarios y el comité político del gobierno, a presentar un proyecto de ley sobre la materia.
Dirigentes del bloque señalan que el gobierno ya ha compartido algunos lineamientos. Mediante una ley complementaria al texto enviado por el gobierno a la Cámara, el Ejecutivo estaría preparando la creación de un distrito especial para pueblos originarios, sustentado en un padrón electoral de ciudadanos de ascendencia indígena.
Asimismo, el texto pasaría por un proceso de consulta previa a los pueblos originarios, en virtud del Convenio 169 de la OIT suscrito por Chile.
Junto con ello, el gobierno utilizaría como insumo dos iniciativas legislativas presentadas en su minuto a la Cámara; un proyecto de reforma constitucional de 1999, que reconocía en la Carta Fundamental la existencia de indígenas, además de otorgarle participación política, iniciativa encabezada por el entonces diputado DC Francisco Huenchumilla, actual intendente de La Araucanía. En ella se proponía la elección de tres senadores y 10 diputados, sufragados desde un registro electoral indígena.
Además de lo anterior, se considerará otra moción de reforma constitucional, presentada esta vez en julio del 2012 y que propone la elección de 10 diputados y cuatro senadores, electos también desde un registro electoral indígena.
“El ministro Peñailillo se comprometió a que el gobierno enviará un proyecto que aborda la participación de los pueblos indígenas en el Congreso”, aseveró el diputado Chahín.
Iniciativas como estas ya tienen un capítulo desde el Ejecutivo. Meses después de la muerte de Matías Catrileo, activista mapuche asesinado en el 2008, la entonces Presidenta Michelle Bachelet afirmó: “Yo quiero que haya representantes indígenas en el Parlamento”. Por esos días, el gobierno propuso una agenda indígena, que contemplaba representación originaria en el Congreso, tópico que, en la práctica, no tuvo eco legislativo.