Esperamos un diálogo sincero

El Consejo de Pueblos Atameños Lickanantay, CPA, es una organización importante en el territorio y en ese sentido, esperamos que las autoridades municipales electas se conviertan en un buen aliado del trabajo que por 30 años ha desarrollado nuestra organización en Atacama La Grande.

Nuestros abuelos nos transmitieron la cosmovisión de una cultura milenaria, hombres y mujeres que en territorios inhóspitos vivieron en armonía yen agradecimiento con la Patta-Hoiri. Aprendimos de la sabiduría ancestral que el agua, los árboles, los ríos, los animales, los salares y toda expresión de la madre tierra no representan recursos económicos. Vivimos en un territorio en donde naturaleza y cultura crean un hábitat diverso y lleno de vida, muy distinto de quienes simplemente viven en una economía en donde todo es explotable y susceptible de ser puesto en el mercado.

Desde esta perspectiva, entendernos un buen aliado como alguien que comprende y respeta esta cosmovisión y que, además, tiene la voluntad política de resguardar de la mejor forma posible estas formas de vida ancestrales. Este es un desafío importante para cualquier alcalde o alcaldesa y también para un Concejo Municipal, sobre todo en un territorio en donde se proyectan ambiciosos proyectos mineros de litio.

No es un secreto que para el Pueblo Atacameño son tiempos difíciles, la Estrategia Nacional del Litio lanzada por el Estado de Chile a principios de año, puso al Salar de Atacama en el mapa de los intereses económicos del país y por qué no decirlo, del mundo.

Frente a aquello, nuestra principal misión es y seguirá siendo el resguardo ambiental y cultural de nuestros territorios ancestrales. ¿De qué lado de la historia estarán las nuevas autoridades locales? Esperamos del lado de un diálogo fructífero y sincero, sobre la base de la buena fe y que no sucumba al puro interés económico.