Tan sólo 10 son las familias que habitan la localidad de Cúcuter, sin embargo, están bastante avanzados en la implementación de técnicas tendientes a aprovechar la energía solar, todas ellas cuentan con agua caliente y energía fotovoltaica.
Según explicó el presidente de la comunidad de Cúcuter, Alfonso Almeida, la experiencia partió el 2010 con la implementación o mejora de sistemas fotovoltaicos ya existentes. “Esto nos permite tener hoy una autonomía de 500 watts de potencia”, afirmó.
“Luego, el 2012 postulamos a un fondo de protección ambiental para la implementación de calefactores solares”. La particularidad de este proyecto, detalló Almeida, es que ellos mismos gestionaron la compra e instalación de los aparatos.
Así, en un principio, confidenció Almeida, los fondos no alcanzaban para todos, pero fueron a Iquique e importaron los equipos ellos mismos. “Después vino el tema de la instalación, que también la hicimos nosotros mismo, situación que al final redundó en que 10 familias tuviéramos un sistema para contar con agua caliente gracias a la energía del sol”.
En relación a la elección de las tecnologías a utilizar, Almeida explicó que la decisión tuvo relación con los altos índices de radiación presentes en San Pedro de Atacama, que exigen determinadas características para los colectores. “Los nuestros tienen respiradores y debemos utilizar sólo la mitad de su capacidad, tapando parte de su superficie”, sentenció.
En relación a la instalación, ésta no estuvo exenta de problemas, es así como don Alfonso recuerda una anécdota cuando recién se instalaron los colectores. “Hicimos la instalación y resultó que los techos de nuestras casas comenzaban a moverse porque el agua alcanzaba los 100 grados, hervía y todo el tejado temblaba” comenta, para luego reírse con otro vecino del sector presente en el tour.
En materia de electricidad, el uso eficiente de la energía los ha llevado a implementar luminarias a base de micro led y a comprar inversores eléctricos de gran capacidad. En cuanto al almacenaje de la energía eléctrica, los habitantes del Ayllu prefirieron las baterías de camiones, en reemplazo de las tradicionales de ciclo profundo.
En cuanto a la visita misma, Raquel Pinto, vecina de la localidad de Baquedano, manifestó que toda la salida le llamó la atención. “Primero no conocíamos Calama y aquí en San Pedro (de Atacama), la forma en que aprovechan la energía solar, de lo tan básico y poco dinero que ellos tenían y lo que lograron con esos recursos, lo encuentro fabuloso”, explicó.
Cecilia Pérez, trabaja en el Jardín infantil de Sierra Gorda, participó de la visita y se mostró gratamente sorprendida con el modo en que se está utilizando la energía solar en localidades que pareciesen no tener ninguna clase de comodidades ni servicios. “Las familias de localidades apartadas pueden tener acceso a comodidades de una ciudad, pero con otros beneficios propios del campo, como la posibilidad de tener sus propios cultivos. Tienen lo mejor de ambos mundos”, concluyó.