El punto es que San Pedro esta creciendo. Creciendo.
No es un proceso estático, ni es un proceso terminado.
Aunque la mayor parte de nosotros tiene claro que en el censo de 2012 los números de población debieran andar por los diez mil, eso no significa que vamos a parar ahí. Ni mucho menos*.
¿Dónde está el límite?
¿Hasta donde va a aguantar la ecología de esta zona?
¿Alguien está pensando, haciéndose responsable y tomando medidas sobre esto?
La entidad que naturalmente debiera dedicarse a ese tema es, por supuesto, la municipalidad.
¿Pero será capaz?
Tomaron una medida correcta: El Plan Regulador. Pero la han aplicado muy mal. Y sobre todo, no le preguntaron a nadie sobre eso.
Sabemos que no vivimos en una democracia, pero hubiera sido bueno que por una vez, indígenas, afuerinos, flaites, hippies, funcionarios, artistas, extranjeros residentes (los bolivianos y los suizos) y todas los clanes y grupos que han elegido vivir y desarrollarse aquí, hubiéramos sido consultados.
Sobre todo considerando que esto va a llegar a ser más grave que lo del Tatio.
Porque si esto sigue creciendo, ¿de donde vamos a sacar el agua potable?
¿De donde vamos a sacar la energía eléctrica?
¿O vamos a “racionalizar” el crecimiento haciendo que la vida acá sea tan cara, que sólo gente con plata pueda permitírsela y los que no, tengamos que irnos a tierras mas económicas?
El agua esta empezando a entibiarse, compañeras ranas.
Después de todo, no era una historia tan inapropiada.
*Desde 1992 al 2002, el crecimiento de la población de San Pedro fue de un 75%, mientras que ha nivel regional hubo un decrecimiento de 16%. Considerando las proyecciones utilizando los datos electorales del 2008, debieramos pasar comodamente la barrera de los 10.000 el 2012.