Una afirmación extraordinaria

Envie esta Editorial Version de impresion de esta Editorial Publicado el 26 de Diciembre de 2012 Visto 213 veces
Soy escéptico. Por formación, por desarrollo, por educación (o falta de educación), tengo esta manía de buscarle las cinco patas al gato.
Ser escéptico no significa que uno no crea en nada. Ser escéptico significa que antes de creer algo, debo comprobar que hay fundamentos, pruebas, para creerlo.
Esto no es nada rebuscado ni tan extraño. Si uno va a comprar un auto usado, no lo hace solo confiando en la palabra del vendedor. Revisaremos el motor, buscaremos los detalles, etc.
Eso es ser escéptico.
Lo que pasa es que uno a veces no le pone la misma energía a algunas cosas que a otras. Por ejemplo, somos escépticos para comprar un auto, pero creemos en otras sin demasiado análisis. Cosas que podrían ser más importantes que comprar un auto usado.

Por otro lado, tenemos el hecho de que, en el caso del auto usado, es el vendedor quien tiene que demostrarnos que su vehiculo es todo lo bueno que el dice.
Esto también es válido en el caso de cualquier afirmación que alguien nos haga. Y mientras más extraordinaria pueda ser esa afirmación, mas contundente debiera ser la prueba.
Por ejemplo, si alguien dice que fue raptado por extraterrestres y que estos le confiaron el secreto del funcionamiento del universo... bueno, si quiere que alguien le crea eso, debiera aportar buenas pruebas para confirmar su aseveración.
Lo que no debiera ser tan difícil, si adquirió tan altos conocimientos.

Ahora, también en lo político y social deberíamos ser muy escépticos. Considerando la historia, la situación actual y nuestra experiencia, generalmente hay cosas que no podemos creer de buenas a primeras. Como en la honradez de un político, por ejemplo.

Pasemos, entonces, después de este preámbulo, a una afirmación extraordinaria que hemos escuchado en los últimos tiempos, conversando con algunos de los recién asumidos concejales.

Todos ellos me han declarado que tienen muy claro que su función es fiscalizar a la alcaldesa y al municipio.

Así que, como escéptico obstinado que soy, espero ver pruebas contundentes de que esa afirmación extraordinaria es cierta.

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