Volcán Láscar registra mayor recurrencia de sismicidad volcanotectónicos

La actividad sísmica de las últimas horas en el volcán Láscar se ha mantenido en niveles discretos, con mayor recurrencia de sismicidad volcanotectónicos (VT, asociada con procesos de ruptura de material rocoso). Por el momento se mantiene la alerta naranja.

Los potenciales impactos asociados a la presencia de un domo de lava al interior del cráter activo se derivan por su eventual destrucción total o parcial, a través de un evento de características explosivas. En este escenario, es esperable la ocurrencia de flujos piroclásticos y eyección de piroclastos balísticos dentro de la actual zona de peligros (ver mapa adjunto).

No se descarta la afectación por caída de ceniza fuera del radio de zonificación, lo cual podría ocurrir, preferentemente, hacia el este. Lo anterior, como consecuencia de la dispersión predominante del viento durante los meses estivales, incluyendo mayoritariamente territorio nacional.

El proceso eruptivo del volcán Lascar continúa, caracterizado por la presencia de un domo en el cráter principal, que se encuentra activo y con señales de una corteza fría. Durante las últimas semanas se constata un aumento leve en la permeabilidad del domo, evidenciado por una desgasificación mayor a la medida en los días posteriores a su emplazamiento.

La sismicidad se destaca por presentar eventos de fluidos, tipo TO, y rupturas frágiles, tipo VT, que acompañan el desarrollo del domo anidado en el cráter y que, de acuerdo con los parámetros de monitoreo, estaría actuando como un tapón que genera fracturas y resonancias por acumulación de gases, lo que induce una sobrepresión del sistema interno.

En caso de originarse una desestabilización del domo, el escenario proyectado más esperable correspondería al proceso de destrucción, total o parcial, originándose eventos explosivos. En su desarrollo, este proceso podría generar un evento eruptivo mayor sin mostrar señales precursoras claras, cuyos productos más destructivos (flujos piroclásticos) podrían viajar a altas velocidades, siendo necesaria una respuesta rápida de las personas en las zonas expuestas hacia los sitios determinados de menor peligro.

En primera instancia, la zona de potencial impacto de esta actividad podría alcanzar un radio de 10 km con centro en el cráter activo. Dado el actual proceso eruptivo, se recomienda considerar las zonas susceptibles de ser afectadas por procesos volcánicos intempestivos.