El tema de la energía en San Pedro es bastante complicado, cruzado por intereses de todo tipo, dentro de los cuales probablemente el menor ha sido la necesidad de la comunidad.
En años recientes se discutió el asunto de integrarse al Sistema Interconectado del Norte Grande, como una especie de panacea, según sus partidarios, que debería resolver todos los problemas de la comuna. Ese globo se desinfló en su momento.
Paralelamente se ha hablado mucho de la energía solar. Pero han sido, hasta ahora solo palabras, creando la paradoja de ser uno de los lugares con la mejor y mayor energía solar del mundo y a la vez no tener ninguna instalación comunitaria o industrial.
En la región, el desarrollo "sustentable" de la energía ha ido de la mano de la minería, y en el Salar de Atacama el sol ya esta haciendo el trabajo, gratis, evaporando las salmueras.
En el último año de la administración Berna, se discutió la integración de San Pedro al Sistema Regulado, lo que implicaba un cambio sustancial en las reglas del juego, además de una mayor seguridad y economía en la distribución eléctrica. Pero una vez que la señorita perdió, el nuevo alcalde no ha asumido la responsabilidad que le compete en el asunto, tomando en cuenta que la red y la planta de energía son propiedades municipales que la Cooperativa Eléctrica de San Pedro de Atacama (CESPA) solo administra.
No hace mucho se produjo una nueva crisis en la Cooperativa, con el despido del gerente Denis Condori y otros funcionarios, en circunstancias bastante extrañas, y el nombramiento de Manuel Garrido Hermosilla, conocido abogado y personaje de San Pedro como gerente, por parte del actual directorio, presidido por Roxana Bruna y que además integran Sida Herrera (antigua conocida), Marcela Ramos (concejala y desde ya pretendiente de la alcaldía) y Jorge Álvarez.
Para entender la situación actual de la CESPA, debemos recordar un poco su historia, durante la cual, como otras organizaciones, se ha destacado más por irregularidades que por logros.
La Cooperativa Eléctrica de San Pedro de Atacama se formó en el año 2001, con la idea de que fuera la propia comunidad organizada de San Pedro y sus ayllus quienes administraran la electricidad. Al decir del acta de fundación: "la necesidad de formar una cooperativa que sea representativa de la comunidad"
Según sus estatutos, el objetivo de la Cooperativa de Abastecimiento de Energía Eléctrica San Pedro de Atacama, es "adquirir, producir y luego distribuir energía eléctrica y fomentar su consumo, especialmente en el desarrollo de las comunas de San Pedro de Atacama y Toconao, incluso en lo agrícola, comercial e industrial."
Desde su fundación, no pasó mucho tiempo para que comenzaran los problemas. El año 2007 estalló el escándalo, que venía gestándose desde el 2005, cuando la CESPA, contraviniendo sus propios estatutos, se lanzó en una aventura comercial en Calama, la llamada "Obra Calama", que terminó en un sonoro fracaso y una perdida estimada en 400 millones de pesos.
Esa directiva estaba formada por Eva Cruz, presidenta; Ana Ramos, vicepresidenta; Ricardo Vilca, tesorero; Rubén Saire y Luís Rodríguez, directores.
Obviamente, y como se acostumbra, ninguno de ellos dio cuenta o se responsabilizó por estas situaciones. Escándalo, camionetas perdidas, platas perdidas, cortes de servicio, gente arrancada y finalmente asume una nueva directiva formada por Santiago Ramos Ramos, como presidente; Ada Teresa Aramayo Conzué, vicepresidente; Juan Cutipa Morales, tesorero; Marta Cervantes Ramírez, Secretaria.
Ellos comenzaron manejando deudas que fueron creadas por directivas anteriores, las que se fueron sin dejar ni un documento, ni un papel. Según Santiago Ramos, "arrasaron con toda la documentación que podía revelar sus propias irregularidades".
Ramos, en una asamblea de la CESPA en abril del 2014, comentó que presentaron una demanda, la cual no prosperó debido a que "hubo interferencias y la directiva estaba protegida desde arriba". Ante la insistencia de los asistentes para que indicara a quien se refería, manifestó que "todos ustedes saben quién protegía a Eva Cruz". De ahí no fue posible sacarlo.
Ya sea por las razones indicadas por Santiago Ramos o por otras, no se persiguieron responsabilidades. A pesar de que estas cosas se hablan y se discuten en las asambleas, no se tomaron decisiones de real fiscalización y real búsqueda de justicia.
La directiva de Santiago Ramos recibió una "cooperativa desvastada, prácticamente en la quiebra" pero ninguno de los personeros anteriores recibió ninguna sanción. Todo el asunto quedó finalmente en una nebulosa, lo que no es una situación tan inhabitual, lamentablemente, con las directivas de las organizaciones de la comuna. Igual debemos reconocerles el mérito, sobretodo a Cutipa y a Ramos, de que tomaron una organización destruida y consiguieron hacerla viable y funcional.
Durante la gerencia de Juan García Venegas, recibió de SOLGAS una factura por 225 millones, como obligación de pago de impuestos debidos sobre las compras de gas a Argentina. (En ese tiempo el gas se compraba a Argentina todavía)
Estos impuestos eran una figura extraña, ya que las compras del periodo eran de alrededor de 20 millones al mes, lo que configuraba una realidad en que se estaban pagando casi tantos impuestos como el valor del gas comprado.
Pero la directiva, y el gerente, no recusaron la factura. Tampoco la aceptaron. Es decir no ingresaron esa cantidad de dinero en la contabilidad de la CESPA. Así que se perdió el crédito del IVA y además esos 225 millones no aparecen como gasto, sino como un retiro de dinero sin justificación. Por lo que además pagan impuesto a la renta. Así que la perdida fue aun mayor a los 225 millones.
Para completar el error, cuando un tiempo después se llegó a un acuerdo con SOLGAS para pagar ese dinero (bajo amenaza de corte de gas) esa empresa le indicó al directorio que ellos hubieran esperado que reclamaran por el cobro. Pero como nunca lo hicieron…
Esta deuda generada principalmente por errores administrativos, se terminó de pagar en septiembre de 2017, durante el gobierno de la directiva presidida por César Romero, integrada además por Jorge Álvarez, vicepresidente; Gerardo Ramos, secretario; Gregorio Maizares y Emilio Segovia, directores.
En julio de 2017, asumió la nueva directiva, de Roxana Bruna, la que recibió una cooperativa saneada económicamente, sin deudas, y una planta de energía ampliada que permitiría aumentar las conexiones de energía. En resumen un buen negocio.
En el próximo número veremos la actuación de la nueva directiva y que tanto peligro de una nueva debacle financiera acecha a la CESPA y las proyecciones del tema energético en la comuna.
Las 21 instituciones fundadoras y sus aportes
Al fundarse, cada organización entregó un aporte que se corresponde a un número determinado de acciones. Cada acción tenía un valor de $10.000. Sin embargo, por estatuto, cada organización tiene un voto en las decisiones.
Si usted pertenece a alguna de estas organizaciones, entonces usted es parte de la cooperativa, a través de su organización. Infórmese con su directiva de sus derechos y obligaciones.
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Aunque los inconvenientes relucen más que los frutos, estos no son inexistentes.
Considerando el crecimiento de San Pedro (cuando la CESPA comenzó había 200 empalmes, hoy hay como 2000), las ineptitudes directivas y la corrupción que ha usado a esta organización como caja, es un merito que haya una energía decente en este pueblo. Parte importante de este merito está en los trabajadores de la cooperativa.
Pero revisemos una pequeña selección de problemas. No son los únicos, pero si los más vistosos.
El gerente avispado
Después de Francisco Greene, que metió a la CESPA en el desastre de Calama, estuvo de gerente don Juan García Venegas. Con un directorio cuya vigilancia era prácticamente nula. Eso le permitió a García Venegas instalarse electricidad en su domicilio sin respetar ninguna norma y cobrándole a sus vecinos la postación y el cableado. Finalmente, tuvo que pagar los 8 millones que les había cobrado por el trabajo, en nombre de la cooperativa.
Luego se le sorprendió cobrando un cheque por alrededor de 7 millones, en la sucursal del BCI de Calama. El cheque estaba destinado a un pago que se suspendió. Ese dinero el nunca lo repuso y aunque el directorio de Santiago Ramos indicó que se había querellado por el caso, los papeles de la demanda se "extraviaron" antes de que asumiera la siguiente directiva, aunque después aparecieron cuando ya había pasado la opción de continuar la demanda.
Robar es buen negocio
La directiva de Cesar Ramos no estuvo exenta de problemas. El 2016 se descubrió el robo (caratulado como apropiación indebida) de $33.588.512 de pesos por parte de la funcionaria a cargo de la caja, doña Nataly Becerra González.
En este caso, a diferencia de todas las irregularidades anteriores, si se persiguió el delito ante la justicia y la señorita Becerra fue condenada, luego de confesar y someterse a un juicio abreviado.
La pena, irrisoria, fue de 541 días remitidos, con una firma mensual más una multa de 5 UTM. Quedó pendiente para la directiva de Roxana Bruna seguir con el juicio civil para recuperar al menos parte del dinero.
Conflicto de Interés
Otra historia interesante es la instalación de energía que se realizó en el banco BCI, ubicado en calle Caracoles. El local es propiedad de doña Ada Aramayo, y se lo arrendó al banco mientras ella era vicepresidenta de la cooperativa y el gerente era el ya mencionado García. Para poder arrendar hubo que adecuar la instalación de la electricidad, lo que tuvo un costo de 14 millones, los que fueron pagados por el banco. Pero luego se les devolvieron, por un acuerdo del directorio, descontados en la cuenta de electricidad. Es decir, la instalación de esa energía en el banco, la pagamos todos los usuarios de la red de San Pedro.
Por supuesto, esa no es la forma de trabajo de la cooperativa. Si usted quiere una instalación especial, debe pagarla y no solo no se devuelve el dinero sino que además toda la instalación (postes, transformadores, etc.) pasan a ser parte de la red, propiedad del municipio. Excepto en este caso.
Debemos recordar que todas estas anomalías se dan en el contexto de un contrato de Comodato anual por parte de la Municipalidad, dueña de las redes y la planta de generación, que debería ejercer un rol de supervisión y control sobre estos asuntos. Desde la mala experiencia de la directiva de Eva Cruz, no se cumplió nunca ese papel que le corresponde el municipio, en su rol social de garantizar la continuidad del servicio eléctrico en la comuna.
Conflicto de Interés
Conflicto de Interés