La situación actual del museo, o lo que queda de él, oculto malamente por un cerco de planchas pintadas, parece uno de los casos más señeros de mala gestión municipal.
La vergonzosa historia de cómo se llegó a esto, la vamos a dividir en capítulos.
En la segunda (pero no final) entrega de este reportaje, analizaremos como se llegó a la destrucción de este edificio emblemático, con la gestión activa del municipio y múltiples complicidades. Del gobierno regional, de las organizaciones llamadas comunidades indígenas, del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), de la Universidad Católica del Norte (UCN), etc.
En esta primera parte, veremos porque este proceso está detenido y trataremos de contrastar las versiones del municipio y de la empresa constructora Procoin SA.
Lo que dice la municipalidad
De parte de la municipalidad, conocimos dos versiones.
En un contacto con el Director de Obras, don Daniel Rodríguez, este nos manifestó que se estaba resolviendo el contrato con la empresa constructora. En el lenguaje legal de este tipo de licitaciones, “resolver un contrato” se refiere a darlo por terminado, con la consiguiente ejecución de las millonarias boletas de garantía. La razón que adujo Rodríguez es que se estaba incumpliendo las bases de la licitación, especialmente en lo que dice relación con el cierre perimetral de la obra, previa a su demolición definitiva. Como para la construcción del nuevo museo se requirió una Declaración de Impacto Ambiental, la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) que esta produjo, especificaba una cierta materialidad del cierre perimetral, que la empresa Procoin se habría negado a ejecutar. Eso llevó al municipio a resolver el contrato. Situación a la que la empresa estaría apelando.
Después de solucionar eso, se podría llamar a una nueva licitación para continuar con la construcción. “En unos seis meses”
Se le consultó a Rodríguez sobre la propiedad del terreno en que se iba a construir y este indicó que todavía era propiedad de la UCN, pero que eso se remediaría a futuro, a la par con la creación de la organización que se encargaría de la administración del nuevo museo.
Hasta ahí la versión de la Dirección de Obras.
Por otro lado, como una resolución del contrato de esta magnitud requeriría al menos informar al Concejo Municipal, buscamos en sitio de transparencia del municipio y encontramos el acta del 12 de septiembre de 2016, en la cual el asunto del museo es uno de los temas en la tabla. Ahí la administradora municipal Patricia Lanas “expone sobre la causa porque Procoin demanda a la municipalidad”. En el acta solo se enuncia el tema, pero no se dan más detalles.
A esa exposición sigue un informe sobre la situación del proyecto. Ahí se indica que los continuos e injustificados retrasos de Procoin habían llevado a la resolución del contrato. También se tranquiliza a los concejales diciéndoles que no es el caso de que se haya pagado por algo que no se ha realizado, sino que es un cierre de contrato. Además se estaría por cobrar la boleta de garantía de 800 millones y lanzarse una nueva licitación para continuar la obra. El acta concluye el tema sin que los concejales indiquen un acuerdo o soliciten nada.
En el acta se mencionan una serie de documentos que se supone se les entregaron a los concejales en ese momento. Mismos documentos que se habrían enviado al gobierno regional. Dichos documentos no se encuentran en el sitio de transparencia del municipio, donde los decretos exentos solo están publicados hasta el mes de marzo de 2016-
Un concejal, consultado sobre el tema, nos comentó que Patricia Lanas les había informado que la demanda de Procoin era para tratar de detener el cobro de la boleta de garantía. Y que verían más antecedentes en la sesión del 27 de octubre, después de las elecciones.
Como se puede ver, las actas disponibles son más bien la excepción. Pero ese es otro tema.
Puede descargar el acta (.pdf de 908Kb) aquí >>. O visitar el sitio de San Pedro Transparente y sacarla usted mismo >>.
Ambas versiones coinciden en señalar la irresponsabilidad de la empresa.
Ambas versiones no parecen muy creíbles, dada la trayectoria hasta este momento de Procoin en la comuna.
Hablamos de una empresa que construyó el recinto provisorio que sirve de deposito para la colección sacada del museo y además como Instituto de Arqueología y Antropología de la UCN (mil millones) en lo que fue la primera fase del proyecto de reposición del Museo; de una empresa que construyó el nuevo liceo (5 mil millones) ; el jardín infantil en la población Lickanantay (mil millones). Las tres obras ya entregadas y en uso.
Se hace difícil creer que simplemente se negarían a construir el nuevo museo o que discutirían por un asunto de materialidad de un cierre perimetral como se indicaba en las bases, sin alguna razón de peso.
La versión de Procoin
Llamamos a la empresa Procoin y obtuvimos de ellos una versión completamente diferente, y que de ser verdad cuanto nos manifestaron, revelaría una, por decir lo menos, negligencia imperdonable de parte del municipio y el Gobierno Regional, en el proceso de reposición de este museo.
En palabras llanas, la empresa nos indicó que “de nada sirve total disposición de la empresa a cumplir con un contrato cuando el mandante te empuja a cometer un delito”
El mandante en este caso es la municipalidad de San Pedro de Atacama
En el extenso comunicado que nos hicieron llegar, aportaron antecedentes que indican dos problemas fundamentales.
Uno es el retraso de casi un año en la entrega del terreno, con las consiguientes perdidas para Procoin. Retraso causado por la demora en el servicio de traslado y resguardo de la colección arqueológica del Museo, contratada con una tercera empresa.
Dice el comunicado: “Finalmente, una vez terminadas las obras de traslado y resguardo de la colección arqueológica del Museo, recién con fecha 14 de junio de 2016, esto es casi dos años después de la suscripción del ACTA ENTREGA OFICIAL DE TERRENO y un año y medio después de recepcionadas las obras correspondientes a la primera fase; el Municipio y Procoin Industrial SA suscriben un ACTA ENTREGA DE TERRENO COMPLEMENTARIA, en virtud de la cual fijan un nuevo plazo para el desarrollo de las obras de la segunda fase. Las partes dejaron expresa constancia de dificultades para el inicio efectivo de la demolición y posterior construcción.”
Pero ahí viene el segundo, y más grave problema. El diseño del nuevo museo que se licitó construir, no cabe en el terreno entregado por el municipio a Procoin.
Esto es debido a que el terreno considerado no es en su totalidad de propiedad de la UCN ni del municipio. Es más, el actual museo está construido sobre terrenos de terceros que además están reclamando esa propiedad. Esto se sabía al menos desde el año 2003, por parte del municipio y de la UCN.
Dice el comunicado: “Procoin Industrial SA en un intento por avanzar en una solución concertada que haga viable la construcción del Proyecto remite comunicaciones a la Sra. Alcaldesa de San Pedro de Atacama, al Director de Obras Municipal y al Director de la Unidad de Control con fecha 17 de junio de 2016, reiterando el problema de cabida ya referido. A la fecha Procoin Industrial SA sólo ha recibido respuesta del Director de Obra, quien por medio de carta de fecha 22 de junio de 2016 ha indicado lo siguiente: ‘En relación a la presentación de fecha 17 de junio de 2016, sobre el proyecto “REPOSICIÓN MUSEO ARQUEOLÓGICO G. LE PAIGE SPA”, debemos señalar que el terreno sobre el cual se debe ejecutar la obra materia de la adjudicación, es aquel que fuera debidamente individualizado durante el proceso de licitación, según dan cuenta los planos de emplazamiento y los de arquitectura. Siendo obligación de la empresa proceder a la ejecución sobre el referido terreno, sin cuestionar si efectivamente el terreno se encuentra amparado o no en un título de dominio, ya que esa circunstancia sólo le compete al mandante’.”
Es decir, según la empresa, el Director de Obras les ordena que construyan en el terreno, aunque sepan que el terreno NO ES DE ELLOS.
Alega la constructora que al no ser informada de las reclamaciones de terceros sobre los terrenos, los llevó a un error grave en la presentación de la oferta ya que no eran concientes de que era jurídicamente inviable.
Finaliza el comunicado diciendo que “Este cúmulo de circunstancias ha obligado a Procoin Industrial SA a presentar demanda por terminación anticipada de contrato, con indemnización de perjuicios, en contra de la Ilustre Municipalidad de San Pedro de Atacama y solidariamente también en contra del Gobierno Regional de Antofagasta. Todo ello para defenderse ante el constante acoso sufrido por la arbitraria actuación de la Municipalidad y salvaguardar los intereses y buen nombre de Procoin Industrial SA.” (subrayado nuestro)
En resumen, según la empresa, la municipalidad habría fallado en la básica etapa de estudio de títulos del terreno donde se llevaría a cabo el proyecto. Más aun sabiendo a priori que había problemas con dichos terrenos.
Pueden descargar la declaración de Procoin (.pdf de 740kb) Aquí >>
Quizás estos antecedentes podrían explicar otra incongruencia básica en la versión del Director de Obras: ¿Como se invierten 8.500 millones en la construcción sobre un terreno que no es de mi propiedad? Ya que según sus propias palabras el terreno es todavía propiedad de la UCN (¿?).
Si es verdad lo que lo plantea la empresa, obviamente el traspaso del terreno no se puede realizar hasta que la UCN aclare los problemas de propiedad sobre el terreno. Un terreno que seria de inferior tamaño al que requiere el proyecto diseñado hace cuatro años.
¿Que viene ahora?
Esto está en manos del Concejo saliente. En un proyecto de esta envergadura, suponemos que exigirán, de verdad, todos los antecedentes del asunto y que llegarán hasta las ultimas consecuencias. Suponemos que debieran además estar al tanto de un conflicto que viene desde junio de este año.
Sobre todo porque los cinco concejales que van a la reelección han pregonado que justamente eso es lo que van a hacer si los reeligen.
Porque si el municipio y el Estado sabían desde hace mucho tiempo que el terreno estaba en disputa, algún suspicaz podría incluso llegar a pensar que la construcción a ultranza del proyecto, pondría al o los terceros dueños de ese terreno, en el escenario de poder cobrarle al Estado una millonaria suma por vender su propiedad. Prácticamente, lo que ellos quisieran. Por supuesto, es difícil creer que el gobierno regional o el municipio pudieran llegar a ese extremo con un patrimonio tan delicado como es el que contenía el antiguo museo.
Además, si el terreno presentaba estas irregularidades, conocidas desde 2003 ¿porque no se realizó la obra en otra parte? Alternativas había: incluyendo el propio terreno donde hoy están las instalaciones provisorias. Que es propiedad, suponemos que sin problemas, de la UCN.
De hecho, al lado de esta instalación, se construiría el hospital de San Pedro, según el intendente, en un terreno también de la universidad, con quienes que ya “se formó un compromiso de traspaso”. Compromiso que también debiera existir en el caso del terreno del museo. Pero vuelve a saltar la inconsistencia. ¿Porque se construye en un terreno que es propiedad de otro?¿Porque el terreno no está traspasado?
No sabemos actualmente cuanto del terreno donde está el museo es propiedad de esos terceros que menciona Procoin. Sabemos que ha habido discusiones en el concejo municipal por el uso del terreno llamado vialidad, que originalmente era de la familia de Los Ríos. Esas discusiones motivaron que se cambiara la feria de los abuelos a su locación actual en la calle del Inca. Las discusiones sobre esa propiedad incluyen parte de la calle Licancabur, el sector llamado Panteón Viejo, y según versiones, hasta donde se encuentra el cuartel de bomberos.
Más allá de las responsabilidades administrativas y legales de la licitación, es un escándalo que lo que fue un orgullo y el origen de la calificación como “capital arqueológica”, esté convertida en una ruina tan vergonzosa que debieron taparla con un cerco que es un atentado contra toda estética y toda visión patrimonial del casco antiguo de San Pedro.
Sorprende además que ningún candidato, hasta donde sabemos, haya cuestionado públicamente este asunto o haya interpelado a la alcaldesa. Esto, quizás, se entienda mejor si vemos la historia de cómo se llegó a destruir el museo. Un asunto en que además del municipio, hubo muchas manos. Eso lo veremos en el próximo capitulo.
El horrible cercado
Lo que tapa el cerco