Las comunidades beneficiadas serían capacitadas con la finalidad de que los servicios sean autogestionados, de ahí también su categorización como agua potable rural, lo que permitía marginar de este proceso a la sanitaria Aguas Antofagasta
La firma del acuerdo estuvo presidida por el subsecretario de Obras Públicas de la época, Juan Eduardo Saldivia, en compañía de la entonces gobernadora de El Loa, Sandra Pastenes, la alcaldesa de San Pedro de Atacama, Sandra Berna, el presidente de Escondida, Carlos Mesquita y el director nacional de la Dirección de Obras Hidráulicas, Juan Antonio Arrese, quienes fueron recibidos por los comuneros de Socaire con una "minga", con la que se agradeció el esfuerzo conjunto de los involucrados para realizar el proyecto.
Tras la ceremonia Saldivia destacó la inversión. “Esta alianza público-privada constituye un hito sin precedentes en inversión de aguas para el país”, señaló, mientras Mesquita indicó que “esta gente es muy buena, que trabaja con esfuerzo y que merece una mejor calidad de vida”.
El subsecretario Saldivia agregó que “Aunque como servicio estamos acostumbrados a inaugurar grandes obras, en este caso los proyectos ingenieriles serán muy pequeños. Sin embargo, el beneficio social es realmente significativo”.
Lo de “proyecto ingenieril muy pequeño” quizás explique los problemas que luego surgieron.
En el caso de Socaire, esta inversión finalmente se materializó en el 2010, con una licitación en la que la municipalidad de San Pedro de Atacama actuó como Unidad Técnica Mandataria para los proyectos denominados “Construcción y normalización agua potable rural localidad socaire (obra)” Código BIP N° 30062552-0, financiado con fondos FNDR-Tradicional y Minera Escondida y “Construcción alcantarillado localidad de socaire, Comuna de San Pedro de Atacama (obra) Código BIP N° 30080126-0, financiado con fondos FNDR-Tradicional.
El monto de la instalación del agua potable fue de $ 572.667.422 y el del alcantarillado de $ 363.470.418, con un total de $ 936.137.840 y la empresa elegida fue la Constructora Carrie Limitada, que se comprometió a tener ambas obras listas en 242 días, plazo ahora largamente superado, ya que el decreto de adjudicación está fechado el 17 de mayo de 2010.
Hasta aquí, todo bueno, bonito y barato.
Se enturbia el agua
Pero en la realidad, una combinación de factores ha complicado este asunto.
Por un lado, todo lo que se refiere a la instalación de las redes de agua potable y el alcantarillado parece llevar el ritmo y las dificultades propias de una obra de esa envergadura.
El problema hasta ahora no es la distribución, sino el tratamiento del agua, donde la combinación de una mal diseño de la planta, según palabras de los encargados de la empresa Carrie Ltda. y una descoordinación entre la empresa y los comités de agua potable rural y electricidad de Socaire, han complicado las cosas y pueden llevar a problemas a futuro.
Al menos cuando visitamos la planta, el sábado 26 de agosto, el inconveniente con la comunidad de Socaire ya parecía resuelto, tras una reunión que habían sostenido los encargados con los comités.
La dificultad que había es que se producían cortes de agua y de electricidad imprevistos que perjudicaban el funcionamiento de la planta de osmosis.
Los cortes de agua se producen porque el agua que se lleva para procesar y luego distribuir se usa también para regar algunas zonas de Socaire y justamente había sido desviada para eso la tarde del sábado, dejando sin abastecimiento la planta. Al margen de que esa no parece una manera muy eficiente de proceder, el problema principal es que si la planta se queda sin agua repentinamente, puede dañarse. El acuerdo alcanzado es que se va a avisar estos cortes y a más largo plazo se va a construir una derivación de modo que se comparta el agua.
Más perjudiciales aún son los cortes de energía inesperados, ya que la planta funciona con electricidad. En la madrugada del sábado había ocurrido uno de esos cortes y los encargados habían tenido que salir apuradamente a cerrar la planta, para evitar averías mayores.
La solución, obviamente, es que se va a intentar avisar a la empresa siempre que ocurra un corte de energía, para que la planta pueda cerrarse antes.
Mal diseño
Respecto al mal diseño del proyecto, los encargados fueron enfáticos en declarar que, a pesar que algunas personas de Socaire los culpan de los malos funcionamientos, ellos se han limitado a construir lo que se establecía en el proyecto.
El principal problema está en el sistema de filtración, que no sólo no cumple su cometido sino que concentra más las partículas, lo que produjo que en la puesta en marcha se saturara la planta de osmosis y la empresa tuviera que gastar casi dos millones de pesos en limpiar químicamente las membranas.
Esto también parece estar más o menos controlado, ya que los encargados nos manifestaron que, con cargo a su propio bolsillo, cosa obvia considerando que es una licitación a suma alzada, la empresa va a realizar cambios en la construcción para que esta sirva al propósito para el que fue destinada.
Por otro lado, los habitantes de Socaire que consultamos nos confirmaron que los problemas iniciales ya estaban solucionados y tenían agua limpia. Incluso algunos creían que los problemas se habían originado por las malas condiciones de clima que habían afectado a Socaire.
Conclusiones
Al margen de que un mal diseño del proyecto pueda ser culpado de los problemas que mencionamos, y difícilmente encontraremos alguien que se haga responsable de eso, habría que preguntarse como se están realizando las licitaciones, si se permite que empresas asuman trabajos que según ellos mismos están mal diseñados. Se supone que un experto debiera revisar bien la propuesta y si esta es técnicamente incorrecta, solicitar las modificaciones que correspondan o no asumir un trabajo que saben que va a producir problemas. Esto parece falta de profesionalismo y/o experiencia, no muy entendible en un proyecto de más de 900 millones de pesos.
Tampoco parecen muy lógicos los problemas de coordinación de la empresa con la comunidad de Socaire, ya que estas dificultades se podrían haber previsto fácilmente. Quizás tuvo algo que ver el hecho de que, según dijeron los encargados, la empresa había tenido una mala experiencia contratando gente de la localidad y eso generó malas relaciones, que en algún caso llegaron a agresiones de un comunero molesto por haber sido despedido después de faltar algunos días.
Esto puede complicar las cosas a futuro, ya que la licitación sólo se refiere a la construcción de los sistemas de agua potable y alcantarillado, pero se supone que la comunidad se va a encargar de la administración y mantenimiento del sistema. Para eso, la empresa debe capacitar personal entre la gente de Socaire, algo que manifiestamente no los entusiasma mucho.
Sintetizando, una combinación de factores que parecen ser más o menos habituales en las licitaciones de la comuna, con una combinación de mal diseño, empresas no demasiado profesionales y problemas de comunicación que habrá que atender.