El Centro del Pensamiento Atacameño de la Fundación Ckunsa Ttulva ha cerrado...
El Centro del Pensamiento Atacameño de la Fundación Ckunsa Ttulva ha cerrado sus puertas el miércoles 30 de noviembre de 2022.
A las 18.30, puntualmente, Gerardo Ramos, alma mater de la institución, pronuncia las retóricas palabras ceremoniales ante un buen número de asistentes a la minga de despedida, con música vernácula de fondo.
Entre todos retiran los últimos objetos –material informativo, imágenes fotográficas y libros- albergados en la céntrica dependencia de la casa parroquial para luego proceder a las libaciones de rigor.
En sí el evento es muy simple pero lleno de simbolismos significativos, de augurios optimistas después de poco más de un año de intensa actividad y todo con un presupuesto para nada exuberante.
Sentimientos encontrados fluyen en cada gesto donde la satisfacción, por un lado, corona la atmósfera mientras la frustración da cuenta de las ganas de seguir encaminando los pasos en la dirección de pasos asertivos hacia una visible reivindicación de la cultura atacameña.
Reina el buen humor en la salita como signo auspicioso de cara al devenir, la salita que exhibió muestras temporales y representativas de la artesanía atacameña a lo largo del año, sin contar la muestra permanente de la didáctica línea de tiempo de la historia atacameña.
Sin duda, quedan muchas cosas que hacer frente al desafío. ”Esto no queda aquí”, dice Gerardo Ramos a modo de conclusión en la clausura.
No está en los objetivos estratégicos de la Fundación pero, gracias al personal políglota, ha prestado un servicio turístico de información histórica que el visitante de todo el mundo ha sabido apreciar; ha asumido, sin proponérselo, una potente oferta cultural para la que hay una demanda digna de consideración y que nadie explota siquiera con el visitante nacional.
En fin, el Centro del Pensamiento Atacameño ha clausurado una etapa de un proceso cultural local que se proyecta a largo plazo: un museo de historia creado por atacameños y a cargo de atacameños; un centro de pensamiento donde el debate comunitario perfile el destino del pueblo atacameño bajo las presentes condicionales sociales, políticas y económicas; y el aporte de estrategias creativas para la revitalización de la lengua Ckunsa, necesidades espirituales que apremian en el fondo del corazón atacameño.
Eso supone el compromiso de un equipo interdisciplinario inspirado en prácticas comunitarias, sólido en las competencias de sus respectivas disciplinas, riguroso en sus procedimientos, lúcido en el dominio del conocimiento de ciencias y el arte, un espíritu de colaboración a toda prueba, virtudes difíciles pero no imposibles de hallar como lo demuestra la breve aunque fértil trayectoria de la Fundación Ckunsa Ttulva, hasta ahora, en la que siempre actuó vinculada con diversas instituciones y organizaciones comunitarias locales.
El ejemplo epónimo de tantas iniciativas podría ser la participación en la organización del Primer Encuentro Lingüístico, un evento internacional atacameño que tiene y tendrá repercusiones en el ejercicio de la revitalización de la lengua, lo cual es digno de todo encomio desde ya.
Aun así, persiste la necesidad del ejercicio de una reflexión distintivamente atacameña; las tareas no desaparecen, la misión parece imposible. La vara queda alta en la Lickana.
Gracias, Ckunsa Ttulva. Nos estamos viendo. Quedamos en eso.
Clark Kent, corresponsal de Daily Planet para El Chululo