Albemarle me pilló volando bajo (Albemarle heuna ishcu tepirma ya)

Envie este Recorte Versión de impresión de esta Opinión Publicado el 19 de febrero de 2024 Visto 1560 veces

Yo conozco, todos conocemos, al actual alcalde Zuleta, desde hace mucho tiempo.
Desde su paso por el programa Orígenes de CONADI, allá en los comienzos de la ley indígena en este territorio, pasando por su presidencia de la ARASPA, cuando el estado de Chile pretendió quitar por secretaría los derechos de agua del río San Pedro con el cuento chino de un fabuloso embalse.
Así que no me admira su participación en el portentoso esquema para privatizar la electricidad de nuestro pueblo.

Que puedo decir de los dirigentes del CESPA, los que están ahora de directores y los que son parte de la asamblea. Conozco (Conocemos) hasta donde llega de su capacidad. Conocemos los amplios límites de su honestidad. En varios casos, sé (sabemos) cuales son sus intereses verdaderos.

Así que tampoco me sorprende que estén correteando en este jueguito de privatizar la electricidad: algunos como autores, otros como compinches y algunos haciendo el papel de los tontos del pueblo.

Lo que si me pescó volando bajo en este asunto es la participación de la empresa Albemarle, que hasta no hace mucho vendía la imagen de su “gestión sustentable utilizando los más altos estándares y mirada de futuro” y su compromiso con la vida comunitaria del territorio.

Peor aun. Yo (Algunos) nos creímos esa propaganda.

Yo me olvidé (Nos olvidamos) que esta empresa es una transnacional despiadada, imperturbable, pragmática; como todas las mineras. Que su interés es ganar plata, mientras más, mejor. Que sus compromisos están motivados por esa meta y sus discursos de sustentabilidad son utilitarios.

Yo fui ingenuo. Olvidé (Olvidamos) que Albemarle es una transnacional y que en el mejor de los casos, su actuación en este asunto de la privatización de la energía eléctrica ha sido condescendiente, arrogante y fríamente calculada.

Más encima, a pesar de lo que repiten como loritos muchos de los dirigentes ahora ofendidos porque van a borrar del mapa la Cooperativa, dejándoles una deuda gigantesca, este proyecto que ofrecen NO ES UN TAN BUEN PROYECTO.
Solo un incauto pueblerino aceptaría de buena gana este taimado regalito sin preguntarse que hay detrás de la sonrisa paternalista.

Solo un hurma aplaudiría un picante proyecto de 3 o 4 megas. En esta región, donde los proyectos de energía solar parten en las decenas de megawatts.

El proyecto de Albemarle y Copec es un negocio. Un buen negocio, para ellos. Y cada vez que los de Albemarle insisten en que ellos no ganan nada, un escalofrío recorre mi espinazo y me viene la urgencia de revisar que mi billetera siga en mi bolsillo.

Pensemos un minuto: Albemarle y su socio COPEC, van a tener instalada una planta fotovoltaica que PODRIA SER AMPLIADA en el futuro. Y sin pasar por molestas diligencias como esas ridículas consultas indígenas.

Ckepi. Yo quiero que el servicio de electricidad en este pueblo funcione bien. Incluso que la electricidad sea concesionada al sector privado, como se hace en casi todo Chile. San Pedro ya creció lo suficiente para seguir el camino correcto del sistema regulado.

Pero las cosas hay que hacerlas bien.

¿Es capaz este municipio de hacer las cosas bien? Sickin. El actual alcalde tiene una triste incapacidad de iniciativa.
¿Son capaces estos dirigentes? Sickin. Ya mostraron hasta donde pueden llegar. Ni siquiera han sido capaces de remover a una directiva evidentemente nefasta que tiene un hoyo de más de tres millones de dólares.

Para casi todos estos personajes, lo que ellos pomposamente llaman “el bien común”, es una oportunidad de llenar sus bolsillos y/o sus ridículos egos. A todos ellos los conocemos lo suficiente para tener bien claro que tanto les importa “el bien común”.

¿Así que quién está detrás de este proyecto de privatización trucha? El que conoce al alcalde (y a quien lo “asesora” en la sombra), a los integrantes de la directiva del CESPA, a los dirigentes socios de la cooperativa y en general, a todo el personal involucrado, sabe que ninguno de ellos tiene la cabeza para haber desarrollado este invento. ¿Entonces?

Una trasnacional como Albemarle tiene la capacidad, los medios y sobre todo el interés para crear este plan. Incluso para intentar encajarnos una “donación” de baterías por 5 millones de dólares insistiendo que no debemos saber quien es el “donador”.

Al final, estas cosas me (nos) pasan porque estamos abandonados por el estado de Chile. Estado que debiera darnos (darme) soluciones para las necesidades básicas, porque para eso todos los que vivimos acá pagamos impuestos y soportamos los costos ambientales de vivir en una región minera, de la que se extrae la riqueza mayor de este país.

Riqueza que hasta ahora no llega a beneficiarnos y nos deja a la merced de la falsa caridad de las empresas mineras que depredan el territorio y que han contribuido directamente a la corrupción de nuestras dirigencias.

Muy’i Yenck (Viejo Enojado)
Viejo residente (bien viejo), indio honorario (según él y nadie más) y cascarrabias profesional. Se le caen palabras ckunsas de vez en cuando.
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