¿ Qué significa ser padre?

Acaba de terminar el mes de Junio, período en el que una vez más se intentó celebrar el Día del Padre. Y utilizo el término “intentó”, porque, a diferencia del Día de la Madre y Día del Niño, fuera de que el comercio incentiva la compra de regalos, en realidad la significación, los alcances, magnitud de la paternidad no son bien entendidas, ni siquiera por quienes hemos tenido el enorme privilegio de ser padres.

¿Qué significa ser padre? ¿Sólo el cumplimiento del deber de proveer, aunque sea forzadamente, como se tuvo que establecer por la ley de pensiones?

La verdad, y como en muchas otras áreas de nuestra vida, nadie nos enseñó ni preparó para tan importantísimo rol. Tuvimos que aprender en el camino. Practicando el viejo aforismo de “echando a perder se aprende”. El problema es que estamos hablando de pequeños seres, nuestros propios hijos.

Tengo el privilegio de ser padre de dos hijas, ya adultas. Y por tanto cuento ya tres nietos. (Además, por lógica, de dos “nueros”…)

Y tuve que aprender “en el camino”. Pero igualmente tuve la bendición de contar con una tremenda herramienta, que muchas veces, en distintas oportunidades, me ayudó a corregir algunas de mis acciones.

Quiero compartir, con quienes deseen seguir la lectura, al menos dos de las enseñanzas que me fueron, y siguen siendo, de gran utilidad en este desafío de ser padre.

¿Qué es un hijo, según Dios? El Salmo 127 nos dice:
3 Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte.

Es muy triste saber de una realidad actual: muchos padres y madres que se desentienden de sus hijos, porque no saben qué hacer con ellos. Y muchos padres que darían cualquier cosa por tener hijos. Y mientras ocurra un encuentro entre ambas realidades, esos niños quedan en un limbo que marca sus vidas. Y deben cargar la pena y el desconcierto de sentirse abandonados, y con la esperanza, si llega a suceder, de encontrar nuevos padres.

Un dato adicional a la reflexión. En un artículo publicado en el Diario La Tercera de fecha 24-06-2023 con ocasión del Mes de la Fertilidad, menciona que a nivel mundial existen alrededor de 48 millones de parejas que no pueden concebir.

Es triste entonces saber que hay personas que menosprecian lo que Dios da. Y eso no sólo en el ámbito de la progenie, sino igualmente en otras áreas de sus vidas. Dios está ahí, otorga un gran regalo, pero se le menosprecia.

Pero el mismo Salmo nos dice a continuación:
 4 Los hijos que le nacen a un hombre… son como flechas en manos de un guerrero.

Y encontramos aquí la segunda enseñanza que aún anima mi corazón, aunque mis hijas sean ya adultas.

Una flecha no se guarda, ni se rompe. Fue construida con un propósito. Debe ser lanzada. Apuntada a un blanco. Y cuánto más lejos, y más cercana al centro mejor. Es a lo que debe aspirar cada padre, que sus hijos lleguen más lejos de lo él pudo llegar.

En la fotografía que puedes apreciar más abajo, hay un atleta, Derek Redmond, quien competía el 3 de Agosto de 1992 en los juegos olímpicos realizados en Barcelona.

Durante muchos años Derek se había preparado para correr los 400 mts. En su país, Inglaterra, había competido y ganado diversas medallas. Durante años se preparó con la mente fija puesta en su meta: ganar medalla de oro para su país en los 400 mts.

Cuando inició la carrera, era uno de los favoritos. Pero faltando poco menos de 200 mts. de la meta, un chasquido lo hizo caer al suelo. Un tendón de su pierna derecha se había cortado. Pese a ello se pone de pie, con el dolor reflejado en su rostro, y comienza a cojear, avanzando hacia la meta. Era una tarea titánica, y prácticamente imposible en las condiciones de su pierna.

Luego de unos pocos metros, llega su padre, Jim, corriendo a su lado, y sosteniéndolo le dice que se salga para que le puedan atender. Pero él se niega, y le dice que quiere terminar la carrera iniciada. Entonces su padre se pone a su lado, y metro a metro avanzan ambos hasta cruzar la meta.

Esto es lo que espero poder transmitir a quienes lean este breve artículo. Si este padre hubiese ignorado todo el esfuerzo y sacrificio de su hijo por alcanzar una meta, le hubiese terminado de romper el corazón. Pero Jim, no culpó a nadie, simplemente se puso al lado de su hijo y le ayudó a lograr su sueño.

¿Qué significa ser padre? No es suficiente con ser el proveedor, es nuestro deber conocer y potenciar a nuestros hijos. No para que cumplan nuestros sueños, sino los que Dios haya puesto en sus corazones.

Ese debiese ser ese nuestro rol, ponernos al lado de nuestros hijos y acompañarlos a lograr sus propias metas.