He leído un par de entrevistas que se publicaron en un respetable periódico de amplia circulación comunal, llamado Lickanckoi, que es bastante conocido en nuestro pueblo y no necesita mayores presentaciones.
Específicamente, en su edición número 49, paginas 7 y 11, respectivamente.
Ahí encontré sendas entrevistas a don Jorge Espíndola Toroco y don Gregorio Ildefonso, ambos candidatos a concejal en la lista del partido político llamado Renovación Nacional. No independientes que van en la lista de RN, sino, como ambos aseguran, militantes de RN
Verán, yo no soy miembro, ni militante, ni simpatizante de RN, y de hecho no soy de izquierda ni de derecha, sino todo lo contrario.
Aun así, me sentí choqueado, cuando mi cerebro conectó lo que mis ojos veían sobre ese brillante papel.
Los ilustres ciudadanos ya mencionados, pretendientes al cargo de concejal, uno de ellos a la reelección, manifestaban su apoyo a ¡Sandra Berna!
Sandra Berna, que es militante y candidata a la reelección, de la Democracia Cristiana.
Todo ello, justificado casi a coro, en el nombre del bien de nuestra comuna.
Uno de ellos, don Gregorio, remata con: “Primero esta la comuna, después los intereses personales y políticos”
El otro, don Jorge: “Mira, puede parecer raro que yo diga estas cosas, pero me parece negativo si se llega a cambiar de alcalde, porque sería un retroceso para la comuna”
Difícil de creer que un ser humano cualquiera pueda poner, antes que sus intereses personales, los intereses de los demás. Podría pasar, pero eso requeriría un ser humano excepcional. Todavía no conozco a ninguno.
En cuanto a don Jorge, saben, no me parece tan raro lo que dice. Yo creo que cualquier que lo conozca un poco, no lo va a encontrar raro.
Pero lean ustedes mismos estas entrevistas... en materia de retrato de la naturaleza humana, no tiene desperdicio.
Es triste. Un par de prohombres de la localidad, haciendo gala de una infidelidad casi ridícula, casi de sainete o comedia bufa, se dan vuelta la chaqueta olímpicamente en nombre de algo superior, el ya mencionado “bien de la comuna”
Al parecer ellos no reparan en valores aun mayores, como “lealtad, “integridad”, “coherencia”; “justicia”, “rectitud”, etc.
Ahora, cada uno es libre de apoyar a quien quiera, de buscar el “bien de la comuna” por donde quiera, etc.
Pero, ¿en que estamos como comuna, si estos niveles de descaro ya no le importan a nadie?
Yo sé que siempre ha habido traidores y siempre habrá traidores. Muchos de esos traidores, desde Judas hasta ahora, han siempre alegado que sus traiciones las han hecho por el bien común o el bien de algo. Estos dos señores no son los primeros ni serán los últimos.
Si se escandalizan por lo de traidor, pueden ir al diccionario y ver que no es injuria. Ya que ambos proclaman que son militantes de un partido que NO les ha dado libertad de acción en cuanto a sus preferencias alcaldicias. De hecho ellos debieran apoyar al candidato don Aliro. Y si ese no les gusta, por último guardar un honroso silencio.
Ahora, es probable que en RN a nadie le importe esto mucho, ya que el partido no parece estar muy interesado en las elecciones de esta comuna. Pero no es ese partido el que está en cuestión, sino la conducta de sus dos (hasta ahora) militantes.
¿Por qué simplemente no renunciaron a sus militancias, antes de hacer esas declaraciones? Eso seria actuar sin traicionar a nadie. Perfectamente ellos podrían haber ido como candidatos independientes, considerando que sólo se necesitaban 5 firmas para hacerlo.
Si querían apoyar la causa de Sandra Berna, cosa por lo demás absolutamente legítima, ¿no bastaba solo con sus prestigios personales?
Yo no sé si la gente conoce la trayectoria de estos dos señores.
Ambos son un reflejo de la superior calidad de las dirigencias que podemos encontrar en nuestra sufrida comuna.
Don Gregorio efectivamente tiene un largo historial de participación en diversas empresas: estatales, privadas y comunitarias.
Todo aquel que lo ha conocido a través de esas participaciones, sabrá si vale o no la pena votar por él.
Don Jorge, ya con doce años largos de concejal, con una permanente bajo perfil, excepto en épocas electorales, mantiene la peculiar condición de ser un concejal que no vive en nuestra comuna.
A propósito de eso, viendo y, considerando el artículo no hace mucho publicado en este mismo medio, sobre que tan bien lo ha hecho el Concejo Municipal, me pregunto que tan buenos fiscalizadores podrán ser estos dos caballeros.
Al menos de uno, ya sabemos que tan buen fiscalizador ha sido. Y el otro ¿que tan buen fiscalizador será?
(Me salió trabalenguas sin mayor esfuerzo)
Terminando, debo decir que tengo sentimientos encontrados.
Por un lado, me gustaría que estos dos distinguidos caballeros se retiraran a una grata vida privada donde sus futuras deslealtades, si es que las hubiera, solo fueran de efectos privados. Bien puede esto haber sido sólo un exabrupto en una larga vida de lealtad y coherencia. El público juzgue.
Por otro lado, egoístamente, también me gustaría que fueran elegidos. Serían personas públicas y, desde lo público, podría divertirme mucho criticándolos, tal como hago ahora. Un divertimiento caro, eso si. Para mi y para todos.
Con este extraño comienzo, es casi seguro que al final nos van a dar más de alguna razón para volver a opinar.
Traición.
Falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener.
Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española