Patrimonio si, pero ¿sin las personas?

Envie este Recorte Versión de impresión de esta Opinión Publicado el 17 de junio de 2014 Visto 391 veces
El problema que se ha generado con la restauración de la iglesia de San Pedro, revela una vez más una postura que profesa gran respeto por el “patrimonio cultural”, pero el patrimonio solo entendido como objetos o edificios. 

Para los que no se han enterado, me refiero al hecho de que se cerró la iglesia para comenzar los trabajos de restauración, sin tomar en cuenta que con esta medida se dejaba fuera de la fiesta de San Pedro al templo. Lo que no necesariamente sería tan grave, sino fuera por que no se consultó a las agrupaciones de bailes religiosos, los que solo se vinieron a enterar de esta medida cuando se comenzó a invitar para las ceremonias de cierre que se realizaron el 7 y 8 de junio.

Ceremonias que por lo demás tampoco cumplieron con los rituales correctos, ya que al decir de un respetado cultor antiguo, “el pago a la tierra debe ser hecho por un yatiri, no por cualquier aparecido que ni siquiera conoce las formas correctas” (se refería a don Rubén Reyes Aymani, concejal, que realizó el pago de espaldas al Licancabur)

Si bien parece una buena idea restaurar el templo, tan afectado además por la inundación de septiembre de 2012, provocada por la ineptitud del Ministerio de Obras Públicas, la municipalidad y la empresa Salfa que no cerraron correctamente las obras de mejoramiento del sistema de agua potable rural en la comuna, cuyo monto de inversión fue de 2.469 millones de pesos; la forma en que se está realizando este proceso claramente muestra una falta de consideración con el uso que la gente hace de ese templo.

Cuando se habla de patrimonio cultural no hablamos de objetos flotando en el aire, ni de objetos que han sido decretados como patrimonio por algún ente certificador. Hablamos de un patrimonio cultural que es tanto el objeto como el uso que hacemos de él. Si la iglesia de San Pedro es patrimonial no es por que sea una antigüedad o una destacada muestra de la historia de la arquitectura. Es patrimonio, y nuestro patrimonio como pueblo, por el uso que hacemos de él. Y uno de esos usos es la fiesta patronal de San Pedro, que no es una fiesta más ni un acontecimiento casual dentro del devenir cotidiano de nuestra comuna. Es la fiesta más importante de nuestra tierra y un momento de encuentro de mucha gente que por diversas razones ya no vive aquí, pero que viene a reencontrarse con su tierra con ocasión de la fiesta. Es, para muchos de los que aquí viven, un momento ritual importante y básico, que como todo ritual no puede ser fácilmente trasladado a otro espacio.

Cuando hablo de falta de consideración me refiero justamente a la peor fase de este asunto: Nadie, iglesia, ministerio, empresa contratista ni municipalidad consideraron que venía la fiesta de San Pedro. De todos estos organismos, quizás la peor actitud fue la del municipio, ya que estando la alcaldesa 20 años en el cargo (alguna vez además fue alférez de la fiesta) además de ser nacida y casi criada aquí, no pueden alegar que no conocían la importancia de la fiesta para la gente de este pueblo. ¿Como no recordar todo lo que se hizo para salvar la fiesta cuando el santo patrono fue quemado, en el 2001?
¿Cómo nadie en el municipio, nadie en el comité parroquial, nadie en la iglesia católica, pensó que este era un tema delicado para muchas personas acá?

Del Estado de Chile, y de una empresa foránea, como la Fundación Altiplano, podemos esperar ignorancia y falta de consideración. ¿Pero de gente que se supone respeta y/o practica el culto a los santos? ¿De gente que se jacta de su respeto por nuestra cultura y que de hecho en el discurso siempre cacarean sobre el patrimonio y nuestra cultura?
Y en el momento de la verdad, no se acordaron de la importancia de la fiesta. NO se acordaron.

La cultura no son los objetos ni los edificios. Quizás podamos entender, aunque no justificar, que gente que no es de aquí no entienda nuestras costumbres, ni valore nuestra cultura. Pero los que son de aquí, ¿como no previeron que pasar por encima de la gente que hacen la fiesta, es pasar por encima de nuestra cultura? ¿Qué sacamos con que la municipalidad se haga parte de homenajes a nuestros cultores, si después no respetan las creencias de estos cultores?

El patrimonio cultural de San Pedro no son solo los edificios, como parece creer el Consejo de Monumentos Nacionales y ahora, lamentablemente, la municipalidad. El patrimonio cultural somos nosotros, todos nosotros, los que le damos vida a los objetos y a los edificios.

Espero que los que toman las decisiones, recapaciten y más allá de los argumentos técnicos, reparen este error tonto. Y espero que la alcaldesa esté presente en la fiesta de San Pedro y que esta se realice en el templo, como corresponde.

El Mestizo
Hijo de atacameño y sureña, fue nacido pero no criado en este pueblo, cosa que para el es más bien un mérito, aunque no de esos méritos que hacen ganar amigos. Ama este pueblo y ese amor a veces es doloroso, porque no siempre es correspondido.

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