A partir del 03 de marzo, hemos tenido que aprender a vivir de una forma distinta a la que llevábamos hasta ese momento. En lo personal, reforzar hábitos de limpieza, o hacerlos más estrictos, uso de implementos de protección y cuidado personal, cambio de costumbres en nuestras relaciones interpersonales. En lo social y comunitario el aislamiento y distanciamiento social, así como las restricciones a la libertad de movimiento, que ha sido la medida que más se ha difundido para evitar que los servicios de salud colapsen, con los brotes que se vayan dando, medida a las que han llamado los distintos estamentos públicos, como una recomendación para evitar la propagación del virus, de esta forma se deben evitar las reuniones y eventos masivos, lo que obligo a la suspensión de clases, cancelación de eventos, ferias costumbristas y celebraciones tradicionales programadas con anterioridad.
En cuanto a la economía local esta se ha visto fuertemente impactada con el cierre de los sitios turísticos, por parte de las comunidades indígenas y por consiguiente los alojamientos, agencias de turismo, restaurantes y toda la cadena que presta servicios al turismo han tenido que cerrar sus establecimientos, así como despedir a muchos trabajadores nacionales y extranjeros, agravando mas la problemática de la población en cuanto al desempleo.
Este impacto a la economía local, vino a visibilizar aún más, la pobreza material que viven muchas familias, así como la alta vulnerabilidad de los enfermos crónicos y las condiciones adversas y limitadas de acceso a los servicios básicos de salud en la comuna. Estas y otras situaciones dan cuenta de la conciencia de la ciudadanía en cuanto a la precarización en las que se encuentran sus derechos mínimos como la Salud, lo que llevo a la decisión de bloquear ingresos a las comunidades, como una forma de instalar un cordón de protección, para impedir que población no residente de las localidades, ingrese. La búsqueda de estas soluciones han llevado a las comunidades a tomar medidas parecidas, y como lo demuestran los medios de comunicación, está sucediendo en distintas partes de América Latina, en Pueblos y comunidades indígenas de México, Guatemala, Colombia, Brasil, Perú, Bolivia y en Chile, en la Comuna de San Pedro de Atacama, específicamente, en la Comunidad de Peine, decisión que en la región no conto, ni cuenta con el respaldo de los gobiernos locales, regionales y nacionales.
Las Comunidades, en sus propias formas, han tomado sus decisiones soberanas en los espacios que se han acordado para ello, como son las Asambleas Comunitarias, órganos representativos y participativos, donde se respeta lo que se ha considerado como la opción más segura para resguardar la integridad de quienes habitan el poblado, y ese ejercicio en todas sus letras, es libre determinarse.
Uno de los derechos sociales es la Salud, entendida como el bienestar o el estar mejor, en equilibrio tanto en la dimensión espiritual, psicológica, física, social comunitaria, y en este aspecto, teniendo en cuenta la realidad geográfica y la realidad del sistema de salud, las comunidades y Pueblos, han decidido aislarse y disminuir en lo posible, los focos de contagio, porque algo que ha dejado muy en claro esta pandemia, es que como Pueblos indígenas y comuna, estamos dentro de la población más vulnerable en cuanto a las condiciones desfavorables que existían antes de la pandemia como falta de personal de salud, equipamiento deficiente o nulo y medicamentos básicos para enfrentar un posible brote del virus.
Teniendo en cuenta lo anterior, el Banco Interamericano de Desarrollo BID, ha publicado unas Consideraciones en cuanto a la Prevención, contención y manejo de casos de contagio por COVID-19 en territorios indígenas y en ellos recomienda de especial manera a los gobiernos de los países, a tomar medidas en conjunto con los pueblos indígenas a la hora de afrontar la pandemia. Además plantea como acciones el Refuerzo de los cercos epidemiológicos mediante protocolos de cuarentena para el ingreso y salida a los territorios de personas que no residen en las comunidades, o de migrantes temporales que regresan a ellas, en el contexto de la pandemia, en coordinación con los líderes locales. Aun con la claridad de las recomendaciones, podemos darnos cuenta, que el gobierno solo escucha a los organismos internacionales lo que es de su conveniencia, además se ha informado y hemos visto, que en algunas comunas no indígenas de Chile, se han reforzado las medidas acompañadas con la supervisión de Carabineros, mientras tanto en la comuna, es la misma institución quien amenaza con la detención y traslado a las comisarias a lideresas y líderes de las comunidades organizadas.
El derecho a la libre determinación es uno de los derechos que los pueblos indígenas han reclamado a los distintos estados donde se encuentran, entendiendo la libre determinación como la libertad y poder colectivo de los Pueblos Indígenas de decidir las medidas y acciones para su futuro, en lo que respecta a su bienestar en relación a sus derechos económicos, sociales y culturales y políticos. Este derecho consagrado en los instrumentos internacionales como La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, lo estipula así:
Artículo 3: Los pueblos indígenas tienen derecho a la libre determinación. En virtud de ese derecho determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural.
Artículo 4: Los pueblos indígenas, en ejercicio de su derecho a la libre determinación, tienen derecho a la autonomía o al autogobierno en las cuestiones relacionadas con sus asuntos internos y locales, así como a disponer de medios para financiar sus funciones autónomas.
Practicar este derecho en el tiempo, ha sido y es aplicado en distintas áreas que atañen a las comunidades y no ha sido fácil, porque llevarlo del papel a la práctica requiere la decisión y convicción de no estar esperando que “otros” decidan lo que es propio, sino “hacerse cargo”. Junto a ello, también se requiere tener claras las metas de lo que se visualiza a futuro, planificar y tener el consentimiento de los integrantes del colectivo donde se puedan organizar, participar en un clima de respeto y objetivos comunes. Libre determinarse no es improvisar y caminar solos con un grupo dejando a quienes piensan distinto atrás o a un lado, es respetar la diferencia de quienes piensan distinto pero que a la hora de mirar por un bien común, se decide para el colectivo.
Finalizo recalcando, que la idea de seguir ejerciendo el derecho de la libre determinación, requiere un cambio de paradigmas en nuestra sociedad indígena tan conservadora y chilenizada, muy respetuosa de la institucionalidad y lo que se diga o permita, lo que desfavorece la implementación de derechos que aún no han sido reclamados y puestos en práctica por los pueblos indígenas, a la espera que se presenten las “condiciones ideales” en cuanto a la misma normativa, como al reconocimiento de parte del Estado hacia los pueblos indígenas, como sujetos de derechos. Sin embargo, en la adversidad y crisis del modelo económico, se presenta una oportunidad para la recuperación de los sistemas propios de Salud así como la revalorización y practica de la soberanía alimentaria, para fortalecer el Buen Vivir de los Pueblos.