Conversando el otro día con Sergio Cubillos*, acerca del turismo, la apertura de sitios de visitación, los protocolos y todas las huifas y haurifaifas que nos esperan para el próximo y lejano futuro, quedaba claro, y lo dijimos explícitamente, que se echó a correr la bola y en el camino “vamos a arreglar la carga”.
Como si alguna vez hubiéramos visto que arreglar la carga en el camino nos de buenos resultados.
Una vez más queda demostrado que lo único que nos enseña la historia, es que no aprendemos nada de la historia.
Después de 8 meses de paralización de la actividad turística en San Pedro, no encontramos ningún cambio, ninguna definición nueva, nada novedoso. Esto ha sido un paréntesis y no hay ninguna posibilidad de un cambio real. Después de la interrupción, volvemos con más de lo mismo.
¿Como pretendemos enfrentar la crisis y partir con una nueva etapa para el pueblo?
Con más de lo mismo.
/p>
Más de lo mismo es lo que está pasando en todos los planos de nuestra sociedad. Más de los mismos políticos, más de la misma represión, más de la misma inoperancia en las “autoridades”, etc. Y más de la misma resignación y pasividad que nos distingue.
El caso del turismo en San Pedro es un caso particular de esa ineptitud general.
¿Acaso podemos pedir más de los empresarios del turismo? Cada uno de ellos ha levantado, con mayor o menor fortuna un negocio, de menor o mayor envergadura, pero ¿Exigiríamos que cada uno de ellos fuera un experto en políticas públicas o en desarrollo territorial o en sociología practica?
Desde el más modesto poseedor de una cochambrosa pieza que arrienda entre gallos y medianoche a través de Internet, hasta los accionistas del gran hotel de varias estrellas, solo son individuos que se dedican a un negocio.
Dedicarse a un negocio turístico, no te convierte en un experto en desarrollo económico. Ni siquiera te convierte en un experto en turismo, de la misma forma que vender ollas no te convierte en un experto en metalurgia o en el mercado del aluminio.
Ser dirigente de un gremio turístico tampoco te convierte en un visionario ni en una persona especialmente lúcida. Tampoco en una persona que se mueva por consideraciones comunitarias, ecológicas o solidarias. Ser dirigente no te elimina el ego ni tus intereses económicos propios.
Esto no requiere ejemplos. Los que hemos seguido las discusiones y reuniones de mesas, talleres y comités de distintas calañas ya sabemos por donde va la cosa.
Así que se entiende que desde el sector del empresariado y de los emprendedores, no podemos esperar muchas respuestas globales. En todo caso ¿Por qué deberíamos exigirles más?
Que decir del sector de las “autoridades” y funcionarios que el estado ha dispuesto para que se hagan cargo del desarrollo económico. Sabemos que la mayoría de estos personajes están ahí por cuoteos políticos y por amistades forjadas en colegios particulares, con dos pinceladas de endogamia y unas gotas minúsculas de verdaderos profesionales… que son los que por un momento hacen la pega y luego o se van al sector privado; o ponen su propio negocio; o montan una consultora para aprovechar los contactos y van y vienen entre los mundos privados y fiscales según convenga; o finalmente se acomodan y se dejan llevar por la mediocridad que siempre prevalece en el mundo fiscal.
Qué nadie pregunte por el municipio, porque en esta comuna el señor alcalde es la caricatura de un político y administrador inepto.
¿Y los indígenas? Entre los que son empresarios y emprendedores, sujetos a las mismas tensiones y dolores que sus colegas no indígenas y las dirigencias de las organizaciones llamadas comunidades indígenas se debaten en discursos seudo ecológicos pachamámicos y pattahoíricos y supuestos derechos de propiedad del territorio que son más ingenuamente soñados que reales.
No hay un problema con el turismo, hay un problema con la gobernanza. Ahora nadie gobierna realmente y el “dejar hacer” continúa igual que hace 8 meses.
¿Pesimismo extremo? No.
Yo creo que San Pedro de Atacama va a continuar, que el turismo va a volver a ser una fuerza económica significativa.
De hecho ya partió, con la misma paupérrima actitud que teníamos antes del derrumbe. Ya hay agencias que llevan pasajeros a distintos sitios, sin controles. “una parejita a ver de lejos El Tatio”, “¿alguien tendrá unos caballitos por ahí?” y “pucha, yo sé que no debiéramos, pero tenemos que generar lucas, poh”…
La diferencia es que la torta va a ser mucho más pequeña y con ingredientes más pobres. Ya se ve venir: Más del mismo “sálvese quien pueda”.
¿Quién le va a exigir a una persona dedicada al turismo que sacrifique sus ingresos, por precarios que sean, con tal de que la actividad sea “sustentable”?
Desarrollo sostenible, defensa del medio ambiente, ecología, cuidado del territorio, “los dueños de casa” son todos conceptos que se ponen muy relativos cuando el bolsillo afectado es el de uno.
Así que parece que el neoliberalismo va a continuar prevaleciendo, ya que sus bases no han sido cuestionadas en toda esta larga crisis.
Recordemos que no hay actividad más neoliberal que el turismo. Ni hay una manifestación más básica del capitalismo salvaje que la producción de grandes desigualdades sociales y económicas. Es desde estas desigualdades que surge ese personaje especial: el turista. Una persona que es capaz de generarse un excedente económico, ahorrado o encalillado, para pagar por actividades que entretengan su ocio.
San Pedro va a seguir, el turismo también, la minería para que decirlo… y flotando sobre todo este paisaje, la actividad económica más rentable, aunque menos evidente: la compraventa de conciencias.
*****
* Sergio Cubillos es presidente del Consejo de Pueblos Atacameños y muchos “emprendedores” del turismo lo consideran un tipo bastante nefasto, por lo que interpretan como su resistencia a abrir los sitios de visitación turística, entre otras actitudes negativas frente a la mayor y “salvadora” actividad económica de nuestro pueblo.
La conversacion referida pueden verla ACA>>