Gonzalo Guerrero, presidente del directorio de SQM, dice que desde que iniciaron la extracción en el Salar de Atacama se han preocupado de implementar prácticas sustentables con el medio ambiente y las comunidades aledañas a la operación.
“No tiene que ver solo con cifras, sino que tiene que ver con la relación que tenemos con nuestro entorno”, afirma.
En la primera parte del proceso, el litio se extrae mediante una solución líquida denominada salmuera.
Luego el producto es tratado en Antofagasta, utilizando aguas servidas. La firma pretende llegar a un balance cero de consumo de agua en los próximos tres a cuatro años, gracias al uso de una planta de condensación que, al igual que con el proyecto Salar Futuro, utilizará agua de mar y tecnología.
Guerrero afirma que asumieron el compromiso de disminuir la extracción de salmuera a 50% en 2030, a través de un proceso escalonado de 10% de reducción anual.
Otras metas son bajar el uso de agua dulce en 50% y alcanzar la carbono neutralidad el mismo año.
El objetivo es que “el entorno ambiental esté más protegido y que el entorno humano se sienta más cómodo con nuestra operación”.
Dos páginas web que recomienda consultar son Sustainable Lithium y Responsible Mining, las que destaca como interesantes desde el punto de vista de la explotación sustentable.
Además recomienda el libro Lithium Process Chemistry, de Alexandre Changes y Jolanta Swiatowska. “Fue el primer libro que leí relacionado al litio y es bueno para empezar a entender el tema”.
Por su parte, Handbook of Lithium and Natural Calcium Chloride, de Donald Garrett, es un libro que ahonda en la extracción sustentable que ocupa menos agua, es más amigable con el medio ambiente y la comunidad.
Guerrero chequea indicadores de la Bolsa de Chile y de Nueva York para seguir el comportamiento de la acción y ADR. Ve Bloomberg para verificar el valor del commodity y la página web Investing, donde revisa también la evolución del precio del carbonato de litio.
Ve indicadores respecto a la percepción de riesgo por medio de encuestas que levantan con consultoras neutrales que van rotando. La última fue Cuatro Vientos. Hacen estudios periódicos sobre el entorno humano en relación con su operación, por ejemplo, si los locatarios creen que la empresa contamina o si creen que afecta a su actividad económica.
También revisa índices laborales para medir la participación de mujeres dentro de SQM, y aquellos relacionados con la incorporación de las comunidades aledañas. “Una empresa como SQM debe tener una relación asociativa con el entorno humano y ambiental”.
Para evaluar la operación monitorea el consumo de agua, de salmuera y la huella de carbono, entre otros. “Existen datos cuantitativos, pero los cualitativos son igual de importantes”, aclara.
Están pronto a recibir la certificación de The Initiative for Responsible Mining Assurance (IRMA). Desde 2020 son parte del Dow Jones Sustainability Index y del Pacto Global de Naciones Unidas. “Seguimos iniciativas que enriquecen nuestro trabajo dentro de parámetros internacionales de sustentabilidad”.