Ayer comenzó a nivel nacional el proceso de Consulta Indígena, esto en el marco del Proceso Constituyente que se busca entregar una nueva Constitución al país, y los primeros encuentros se realizaron en las localidades de Toconao y San Pedro de Atacama.
Según información proporcionada por la seremi de Desarrollo Social, Loreto Nogales, más de ochenta personas, pertenecientes a comunidades indígenas del interior, participaron en estas dos actividades.
En este sentido, destacó el proceso participativo constituyente de los pueblos indígenas fue un procedimiento particular y específico que estuvo orientado a recoger las principales inquietudes de parte de los pueblos originarios del país.
Pues bien, Nogales enfatizó que las conclusiones recogidas en este proceso de diálogo y participación de los pueblos indígenas sirvieron como base de la propuesta que comenzó a ser sometida al proceso de "Consulta Indígena".
"Es el inicio de un proceso que contempla varias etapas, por lo mismo invitamos a a todas nuestras comunidades de la Región de Antofagasta a participar de este proceso histórico, en que pueden ser parte de esta incorporación de los pueblos originarios en nuestra carta fundamental", declaró la seremi de Desarrollo Social.
Reacción
Ante esta invitación que realizó Loreto Nogales, el consejero nacional indígena ante la Conadi, Wilson Reyes, manifestó que este proceso es un avance, porque antes de esto no se había hecho nada al respecto, pero sostuvo que en el proyecto que está difundiendo el Gobierno entre los pueblos originarios no contempla ninguno de los alcances realizados en el proceso participativo constituyente de los pueblos indígenas.
"El inicio es importante como consulta, pero sí tenemos observaciones relevantes. Estamos muy preocupados, porque este proyecto que se está mostrando a las comunidades no cuenta con los estándares que debiera tener esta modificación de la Constitución", manifestó Reyes.
En este sentido enfatizó en la molestia que existe en los pueblos originarios de país. Esto porque dicen que el Estado nuevamente hizo vista gorda y se abordó a las personas y pueblos como objetos de las políticas públicas, sin tomar en cuenta la opinión de éstos en este proceso.