Se requiere volver a encantar a las comunidades para que trabajen colectiva y organizadamente. Las localidades de la provincia deben luchar por sus tradiciones, entre ellas la agricultura, y para ello es necesario asistencia y ayuda con programas que les permita sostenerla.
El sector agrícola está disminuyendo y los factores son varios, lo que pone en aprietos al sector que es reducido en la zona, pero que es importante a la hora de evaluar su producción para el consumo local.
Además se debe considerar que hay localidades de nuestra provincia que su principal ingreso es la agricultura, y aunque algunos hablan de una reducción del 40 por ciento de la productividad, habrá que esperar las cifras que arrojará el Censo Agropecuario realizado este año para saberlo con exactitud.
Entre las causas detectadas está la falta de agua, la plaga de la Mostaza Negra, el debilitamiento de la tierra, la búsqueda de otros trabajos más rentables.
Pero junto con la menor ocupación de los suelos surgen otros factores sociales, que también están impactando en la producción agrícola. Entre ellos, está el mayor individualismo y la pérdida del trabajo colectivo, desencanto en participar en temas comunitarios.
Esta menor productividad agrícola se contrapone al aumento de la población que están experimentando algunas localidades, como Chiu Chiu y alrededores.
También podría argumentarse la falta de servicios básicos y comunicacionales que desinsentivan el asentamiento en estos sectores, lo que provoca que muchas familias cierren sus predios y se instalen en las ciudades.
Esto va en perjuicio directo de la productividad agrícola, pese a que las entidades que trabajan en el desarrollo agropecuario están constantemente ayudando a las comunidades para que surjan y lleven adelante sus propios proyectos.
Aún falta mucho por avanzar en las localidades más pequeñas de la provincia, y mientras esto no ocurra, seguirá el desencanto y el éxodo de los propietarios de los predios.
Para muchos resulta algo no prioritario el seguir incentivando la agricultura en la zona, y que deben buscarse otros caminos como el turismo, con toda su diversidad. Aún así, la agricultura es la razón de ser de estas comunidades y es necesario preservarla.