Reunión de la Cámara de Turismo
El lunes 24 de noviembre, los operadores turísticos registrados, a través de Sernatur, fueron citados por la comunidad de Solor a una reunión el día 26 de noviembre, en la sede de la Junta de Vecinos del ayllu. Según reza la convocatoria, el motivo de la citación era para explicar el nuevo reglamento de uso de la laguna Cejar.
Pero el principal punto de esa reunión fue la notificación a las agencias que desde el 1 de enero del 2015, la entrada a Cejar subiría $30.000.
Naturalmente esto ha producido diversas repercusiones en el medio turístico de la comuna, y motivó a una reunión urgente de la recién reactivada Cámara de Turismo (ver »»), la que se realizó al lunes 1 de diciembre, con bastante concurrencia.
Si bien a esta reunión fueron invitados los directivos de la Comunidad Indígena de Solor, estos no asistieron y además notificaron que sólo la directiva en conjunto podía conversar sobre este tema, por lo que tampoco enviarían a un representante, como les fue solicitado.
Consultada por este medio, la presidenta de la Comunidad de Solor se excusó por ahora de dar declaraciones, indicando que estaba en preparación una declaración pública sobre el tema, la que publicaremos en cuanto se nos envíe, como nos fue prometido.
De todos modos, por lo expresado por los asistentes a la reunión del miércoles 26, los motivos que se les indicaron por la gran alza de precio son la protección de la laguna, cuya ecología se encuentra colapsada, después de mucho tiempo de mal uso.
Cualquiera que va a la laguna puede darse cuenta de la baja en el nivel del agua; de la contaminación química de esta, entre otras cosas por el uso de bloqueadores solares; de la basura que dejan detrás la mayoría de los usuarios (colillas de cigarrillos, bolsas y hasta pañales sucios).
Es que Cejar, desde hace mucho tiempo, es un lugar donde la capacidad de carga ha sido sobrepasada sistemáticamente sin que nadie halla hecho nada para evitarlo.
En la reunión de la Cámara de Turismo del primero de diciembre la asistencia estaba compuesta por dueños de agencia, guías y otras personas ligadas a la actividad turística. Y hay que destacar que había tanto indígenas como no indígenas entre la concurrencia.
Si bien hubo largas discusiones y bastante malestar por la medida que se consideraba por la mayoría como desmesurada, las conclusiones finales fueron que se pediría a la Comunidad de Solor una reunión, para poder negociar una salida a esta situación que la mayoría del gremio turístico percibe como un duro golpe económico a su desarrollo.
Podemos rescatar además que se expresó por parte de la mayor parte de la concurrencia una especie de “mea culpa” por el constante abuso de que ha sido objeto la laguna, además de que también esto es resultado de la falta de comunicación de los empresarios turísticos con las comunidades que administran sitios. Un problema extensivo no solo a este caso en particular, sino a todo el sistema de trabajo turístico en la comuna.
Es que, más allá del menoscabo económico que esta medida les puede producir a los operadores, es difícil discutir el evidente deterioro del popular destino turístico. Como uno de los asistentes manifestó, el problema es que se ha tratado a Cejar como un balneario, en circunstancias que ningún espacio del Salar de Atacama puede soportar ese tipo de uso.
Es obvio, por supuesto que esta es una culpa que deben compartir no solo los operadores turísticos, sino además las anteriores directivas de la comunidad de Solor, que nunca manifestaron ninguna aprensión sobre el destino de la laguna y se limitaron durante mucho tiempo a cobrar una entrada cuyo valor inevitablemente haría que el lugar fuera sobreexplotado.
La nueva directiva de la Comunidad parece tener otras intenciones y esta acción en realidad se alinea con las recomendaciones que ha hecho todos los expertos en turismo que han realizado estudios en la comuna, que han, en distinto idiomas y formas, alertado con mucho énfasis sobre la “cartagenización” de San Pedro de Atacama y el desastre que eso significaría a futuro. Cartagenización de la que la laguna Cejar era un emblema.
Si bien en la reunión de la Cámara de Turismo más de alguno de los presentes deslizó acusaciones mas o menos veladas de que habría grandes empresarios tras la decisión de la comunidad de Solor, cosa que por lo demás no sería necesariamente una falta, no pudieron más que admitir que es preciso cambiar el enfoque en el desarrollo de la actividad turística si se quiere que este perdure en el tiempo.
Quizás esta acción de la nueva directiva de Solor pueda marcar un nuevo rumbo, que permita dar sustentabilidad a la actividad turística de toda la comuna. Como uno de los asistentes manifestó: “Si antes ir a Cejar costaba 15 ahora está a 7. Entonces los precios en vez de mantenerse han ido bajando… Nos espantamos, pero puede ser que tenga razón, ella está valorando la laguna Cejar… los que no estamos valorando nuestro trabajo como operadores turísticos somos nosotros, que estamos cobrando diez lucas por ir a ese lugar… obviamente tenemos que negociar con la comunidad, pero también todos los que trabajamos en turismo tenemos que ponernos a un nivel que no sea tan miserable como estamos trabajando ahora…”
Esto se alinea también con lo expresado por los expertos, que también han alertado sobre las competencias por precios que han llevado a una constante baja en estos, y a la masificación de la actividad turística, que no es necesariamente lo mejor, ya que es “pan para hoy y hambre para mañana”
El tiempo dirá si la comunidad de Solor sostiene la medida; si otras comunidades se unen al ejemplo, como expresaron su temor alguno de los asistentes, y en el futuro quizás se pueda citar este momento como un punto de inflexión para bien, en la historia de la comuna de San Pedro o sólo va a ser un hecho aislado.