Por primera vez en la historia del país, los encargados electorales de los partidos políticos han tenido que enfrentar un desafío inédito: la búsqueda de candidatos de los 10 pueblos originarios -reconocidos legalmente- para la competencia por los 17 escaños reservados en la futura convención constitucional.
Si bien las candidaturas no requieren del patrocinio de los partidos políticos, sino que de las propias comunidades para poder inscribirse, de todas formas las colectividades han hecho un esfuerzo para que sean los representantes ligados a sus sensibilidades quienes logren un escaño.
La búsqueda ha sido a contrarreloj. La reforma constitucional que habilitó este proceso -y que se despachó a ley el 15 de diciembre- les dio cerca de un mes para encontrar las cartas que buscarán ocupar esos puestos, los que se distribuyeron en siete cupos para los mapuches, dos para los aymaras y uno para cada uno del resto de los pueblos: rapanui, quechua, atacameño, diaguita, colla, kawésqar, chango y yagán.
Asimismo, la norma agregó otros factores que complejizaron la carrera para los partidos. En ese sentido, se consagró un mecanismo de asignación paritaria que establece que cada candidato deberá inscribirse designando una “pareja” o alternativa del sexo apuesto y, además, que las candidaturas debían ser individuales y no ir en listas electorales.
Junto con todo esto, los 17 escaños para pueblos -que se contarán dentro de los 155 miembros del órgano constituyente- se sacarán de distritos en ocho regiones, incluyendo la Metropolitana. Esa situación, además revolvió los cálculos y las negociaciones por los cupos entre las colectividades.
En ese contexto, tanto en el oficialismo como en la oposición reconocen que han debido adoptar distintas estrategias para levantar candidaturas e iniciar conversaciones con las comunidades indígenas. Por ejemplo, en algunos sectores aseguran que tuvieron que enfocar sus esfuerzos solo en algunos de los pueblos originarios, considerando con quienes ya tenían lazos previos o militantes pertenecientes a esas etnias.
En la centroizquierda se han concentrado en constituir equipos electorales o “frentes indígenas” y en reforzar los nexos con ese mundo. Así, en el PPD le encargaron a su vicepresidente nacional indígena, Domingo Namuncura, que dirigiera el proceso.
En ese sentido, en esa colectividad ya manejan un elenco de candidatos, los que, dicen, pertenecerían principalmente a los pueblos mapuches y aymaras, etnias que, reconocen, serían más codiciadas debido al mayor número de escaños que tienen. Algunas de las cartas del PPD, en todo caso, serían el exconcejal de Tirúa, Santo Reinao, y la gestora cultural Sofía Painaqueo, mientras que por el pueblo quechua iría Macarena Riveros.
Lo mismo están haciendo en la DC. En ese partido apuestan a tener candidaturas de los diez pueblos originarios. Para esto, le encargaron a su frente nacional indígena que confeccionara una lista de candidatos, los que por estos días serían evaluados por el grupo que revisa las candidaturas, y que forman el timonel del partido, Fuad Chahin; el secretario general, David Morales; el vicepresidente, Rodrigo Albornoz, y el exdiputado Jaime Pilowsky. En esa colectividad, no obstante, aseguran que sus apuestas más fuertes serán mapuches -principalmente huilliches en Chiloé-, aymarás y rapanuis.
En tanto, en el PS, según explica el diputado Marcelo Schilling, quien está a cargo del diseño electoral, buscan candidatos que “son militantes que tienen destacada figuración social o profesional, pero no queremos tampoco anticipar nombres, porque ellos no son presentados por partidos, sino que por sus comunidades”.
En el Frente Amplio, por su parte, sostienen que están a la espera de que algunas candidaturas sean aprobadas por sus propias comunidades. Con todo, en RD dicen que manejan los nombres de los dirigentes mapuches Ericka Ñanco, Mauricio Lepin, Sandra Cheuquepan y Julio Ñanco.
En Chile Vamos, en tanto, durante estos días han estado conversando en el grupo encargado de estas candidaturas, en el que están, entre otros, los diputados Juan Antonio Coloma (UDI) y Andrés Molina (Evópoli), junto con el senador RN José García Ruminot, además del dirigente mapuche Hans Curamil (UDI), quien competiría en La Araucanía.
Desde Evópoli transmiten que existe un diseño de que para cada pueblo vaya una sola pareja de candidatos, excepto para el caso de los mapuches, quienes irían en cuatro parejas repartidas en distintas zonas.
En RN, en tanto, ya barajan algunas cartas, como las del abogado Carlos Llancaqueo y de la coordinadora de asuntos indígenas del Ministerio de Desarrollo Social, Ana Millanao.