Una madre con cáncer terminal que se encuentra internada en el Hospital de Calama envió a su hermano para hacer cumplir una orden judicial en búsqueda de su hijo de dos años, que fue llevado por el padre hasta Punta Arenas. Pese al mandato, el padre no ha dado respuesta.
Una verdadera odisea dramática e interminable ha estado viviendo Mario Limachi, hermano de Lorenza, ambos oriundos de San Pedro de Atacama, quien ha tenido que viajar hasta la ciudad austral en búsqueda de su sobrino, con el fin de retornarlo al norte para que vuelva al lecho materno.
En su poder cuenta con una orden judicial que le otorga el poder como apoderado, ya que la madre del niño producto de su enfermedad no puede asistir presencialmente a buscarlo.
“Vengo desde San Pedro de Atacama a Punta Arenas por una orden judicial directamente que me otorgaron para que pueda retirar a mi sobrino Nicolás Kaiba Ibarra. Con el padre quedaron en una conciliación de que se me va a entregar al niño y el juez entregó el poder que está acá (en la foto), para llevar de vuelta al niño con su madre que está en San Pedro de Atacama”, relató Mario Limachi.
Mario comenta que como familia están muy preocupados, ya que el papá se lo llevó de su hogar hace más de un mes y han tenido muy poca comunicación con el padre. “Mandó unos videos donde el niño estaba jugando con sus sobrinos y que vive solo, eso tenemos y algunas llamadas esporádicas para que hable su madre con el niño”.
Además, la situación es aún más preocupante para la familia de Mario, ya que relata que el padre tendría problemas de consumo de drogas. “Incluso cocina, porque lastimosamente yo le abrí las puertas de mi casa allá en Antofagasta y mi pareja me dijo que lo vió preparando en los juguetes del niño incluso preparándose droga”.
En tanto, el documento judicial acredita además distintas vulneraciones de derecho que el menor estaría viviendo, entre las que se encuentran los de libertad personal y seguridad individual, vida e integridad física y el de reunificación familiar, entre otros.
Finalmente, el llamado por parte de Mario es a encontrar al padre y poder llevarse de vuelta a su sobrino.
Pensó que el trámite sería corto y ya perdió un vuelo de vuelta a su ciudad natal. Los costos de estadía se han extendido, pero lo que más le urge es dar con el paradero del padre para que entregue al niño y poder devolverlo a su madre.