Estudio de zonas extremas inició su segundo año en San Pedro y Ollagüe

NEXER. El proyecto busca establecer cómo los humanos, y otros organismos, se han adaptado al desierto y la altura. En un año, más de 400 personas han participado.

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 24 de junio de 2018 Visto 290 veces

La Red de Investigación de Ambientes Extremos, Nexer (Network for Extreme Environment Reseach), inició su segundo año de estudios en las comunas de San Pedro de Atacama y Ollagüe. Primer año en que 20 investigadores de la Universidad de Antofagasta han interactuado con más de 400 personas de esta zona, para establecer cómo los humanos, y otros organismos, se ambientaron a las condiciones extremas del desierto de altura.

La investigación que se extenderá hasta 2020, abarca estudios en la patagonia, otro ambiente extremo al que los organismos lograron adaptarse. Por lo mismo, Nexer está integrado además por otros 30 investigadores de las universidades La Frontera y Magallanes, que junto con la UA integran una red universitaria.

Qué investigan

La red universitaria de investigación, Nexer, es un estudio sobre la adaptación de los organismos, desde bacterias hasta los seres humanos, en el altiplano y la patagonia, haciendo una intervención que comenzó en San Pedro de Atacama y Ollagüe, emplazas en altura, donde los objetivos antropológicos son recoger las representaciones de las personas y las comunidades sobre el aclimatamiento humano.

El estudio además hará un seguimiento desde las distintas épocas geológicas y arqueológicas, que permitirán establecer cómo los asentamientos humanos, desde hace miles de años, crearon una cultura para sobrevivir en el desierto y particularmente como encontraron alimentación y agua a 4 mil metros, como en Ollagüe.

Primer año de estudio

La doctora a cargo del trabajo antropológico y educativo de la investigación, Mailing Rivera, detalló que en este proceso han participado 150 estudiantes del liceo Lican Antai, 12 profesores y directivos, además de 200 personas de las comunidades de San Pedro de Atacama, además de los alcaldes y concejales de ambas comunas.

En este momento, detalló, "el estudio está desarrollando los objetivos de investigación propuestos en el contexto de la red de trabajo en ambientes extremos, para la generación de conocimiento sobre la biodiversidad local, los mecanismos de adaptación, los nuevos compuestos bioactivos y el contexto antropológico cultural y social que permita comunicar e incorporar el conocimiento científico en la sociedad".

Primeros avances

Consultada sobre si hay antecedentes relevantes que hayan podido establecer en este primer año de trabajo, la profesional dijo que "a comienzos de este año se desarrolló la Escuela de Verano 'Som` mala' (puente en kunza) para valorar y relacionar el conocimiento ancestral y la investigación sobre la vida en ambientes extremos, lo que permitió tener una síntesis de cómo estas diversas fuentes se aproximan a la comprensión de la naturaleza".

"Durante este 2018, agregó Rivera, se trabaja con estudiantes y profesores para describir sus propias representaciones de los ambientes extremos como ecosistemas que presentan condiciones muy difíciles para el desarrollo de la vida, debido al tipo de sustrato que tienen y por las características físicas y químicas necesarias para el desarrollo normal de los organismos", explicó la especialista.

Sobre este último punto, la doctora en antropología y lingüista de la Universidad de Antofagasta añadió que en estas zonas "factores como la temperatura, la salinidad, la acidez, la disponibilidad de oxígeno, la altitud, entre otros, tienen una fuerte influencia sobre la vida. Estas características pueden ser permanentes o presentar grandes rangos de variabilidad temporal lo que dificulta la adaptación de los organismos".

"Factores como la temperatura, la salinidad, la acidez, la disponibilidad de oxígeno, la altitud, entre otros, tienen una fuerte influencia sobre la vida". Mailing Rivera, Doctora de la UA

4.000 metros de altura tiene Ollagüe, donde las temperaturas suelen ser bajo cero y el viento de 60 kilómetros. 

2020 se extenderá el estudio en el que participan las universidades de Antofagasta, La Frontera y Magallanes. 



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