La baja de contagios en la región ha permitido lentamente retomar algunas de las actividades en los principales centros de observación de la región.
Es el caso del complejo ALMA, que durante noviembre comenzó la primera fase del plan de puesta en marcha: la preparación del Sitio de Apoyo a las Operaciones (OSF, por su sigla en inglés) a 2.900 metros de altitud en las cercanías de San Pedro de Atacama.
Paso a paso
Iván López, Gerente de Salud, Seguridad y Medioambiente de ALMA, indica que en la primera etapa trabajan con un número limitado del personal y contratistas.
"En estos momentos nos encontramos en el último turno de la fase de puesta en marcha del campamento base con 46 miembros del staff y además seis guardias en modo burbuja. Afortunadamente estamos prontos a cerrar esta fase con éxito y avanzar a la siguiente", indicó el ejecutivo.
Entre las medidas que se cumplieron exitosamente en esta primera etapa está el diseño de una especie de plan "paso a paso" específico para ALMA, donde se establecieron las metas y requerimientos desde el punto de vista sanitario, laboral y operacional del observatorio.
"ALMA como organización ha desarrollado un programa de retorno responsable, cuyo eje principal es el bienestar y la salud de sus trabajadores. A este eje se amarran todas las actividades para poder volver a encender el observatorio. Nuestro plan es dinámico y se revisa constantemente para adaptarnos día a día a las nuevas circunstancias de la pandemia", sostuvo López.
"normalidad"
Actualmente evalúan la preparación para la siguiente fase, que apunta al proceso de reinicio del Centro de Operaciones de ALMA (AOS) a 5.000 metros de altitud. No obstante, indican desde ALMA, cualquier avance estará condicionado a la evolución de la situación epidemiológica.
El camino hacia la recuperación de las operaciones y, en última instancia, las observaciones científicas -estiman- será largo, lo que dificulta fijar una fecha de apertura, debido a la incertidumbre de la emergencia sanitaria.
En principio, si la recuperación continúa de acuerdo con el plan, en enero de 2021 podría haber suficientes antenas funcionando y receptores listos para las primeras observaciones científicas de prueba. Luego vendría el período de mantenimiento regular de febrero. Por lo tanto, estiman desde el complejo, que marzo de 2021 es la meta más cercana posible para retomar las operación a plena capacidad.
"Esperamos tener el observatorio de vuelta en operaciones para fines de febrero, si bien aún no podremos hablar de una normalidad como antes de la pandemia hasta que no se haya terminado la situación de pandemia. Estamos haciendo planes para enfrentar posibles rebrotes u olas de Covid responsablemente, tanto con nuestros trabajadores como con el resto de la comunidad científica. Hemos aprendido con el correr de los meses y creemos tener soluciones operacionales para las siguientes etapas de la pandemia", indicó López.
Cabe indicar que el observatorio ALMA detuvo sus operaciones el 22 de marzo y las últimas observaciones científicas se completaron el jueves 19 de marzo. A partir de esa fecha buena parte del personal adoptó la modalidad de teletrabajo y el observatorio redujo al mínimo la cantidad de personas que resguardaron sus instalaciones durante los nueve meses de pandemia.
El sitio de ALMA estuvo cerrado, sin siquiera energía ni agua. Solo una sola pieza clave de su equipo, el máser de hidrógeno, siguió recibiendo energía, gracias a a un pequeño equipo de ALMA - caretaker team- que garantizó la seguridad y protección del observatorio durante los nueve meses de detención de actividades.
Qué es Alma
El radiotelescopio ALMA es un conjunto de antenas de alta precisión interconectadas que funcionan como un solo telescopio gigante, capaz de detectar longitudes de onda mucho más largas que la luz visible (de 0,32 a 3,6 mm). Las antenas pueden combinarse de distintas maneras, proporcionando un potente "zoom" variable, que brinda a Alma la capacidad de captar imágenes de mucha mayor nitidez