Controlarán la entrada a valle de Catarpe en San Pedro de Atacama

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 01 de octubre de 2016 Visto 296 veces

A partir de la segunda semana de octubre la comunidad que administra el valle de Catarpe, ubicado a cinco kilómetros de San Pedro de Atacama y cercano a la capilla de San Isidro, edificada en 1913, junto al Pukará de Quitor; restringirá la entrada de turistas al sector para posteriormente cobrar por cada visita.

El objetivo de esta medida, la cual será aplicada de forma paulatina, es resguardar el patrimonio natural que presenta el lugar y que se ha deteriorado con las malas prácticas que realizan algunas personas, según explicó la presidenta de la comunidad, Mirta Solís.

Agregando que en el último tiempo ha aumentado considerablemente la cantidad de carga de turistas que van al sector "antes entraban 20 bicicletas diarias, hoy hemos contabilizado más de 100 junto a ellas camionetas y motociclistas que se desplazan por cualquier lugar, sin respetar nuestros sitios arqueológicos de relevancia".

En este contexto el control estará a cargo de un sereno perteneciente a la localidad, quien estará emplazado en una caseta, al inicio del sector, con una valla de acceso "lo ideal es reducir a la mitad el flujo de personas y que en ese lugar ellos puedan obtener una introducción sobres los cuidados que deben tener y los sitios a los cuales pueden ir", comentó Solís.

Posteriormente se aplicará un cobro "ahora estamos estudiando cuales serán las tarifas, aún no tenemos claro si haremos una diferencia entre turista chileno y extranjero", añadió la presidenta.

Cuando se inicie esta restricción, se otorgarán distintos servicios a los turistas, como un espacio de descanso, distribución de agua envasada y baños.

En este sentido, la catarpiña hizo un llamado a la comunidad a entender la situación "sabemos que no todos son los que vienen hacer destrozos, pero nuestra comunidad está cansada, hemos tenido tres incendios de consideración y varios robos, lo cual no puede seguir pasando".

Respecto a los incendios ocurridos, dos de ellos fueron provocados por personas que visitaban el sector y que no tomaron los resguardos pertinentes.

Actualmente el valle, de 27 mil hectáreas aproximadamente de vegetación y que es considerado un oasis en medio del desierto, es habitado por 10 familias, pero entre socios y comunidad dueña de los predios suman más de 70 personas.

Cobros en otros sectores

Esta determinación se suma a otras aplicadas en distintos destinos que contempla el poblado de San Pedro de Atacama.

Una de las precedentes fue la restricción de acceso de los turistas hacia la laguna Céjar y Piedra, donde la comunidad de Sólor, titular del derecho de propiedad de dicho sector, aumentando el valor de la entrada desde los $2.500 a $15 mil. Esta medida se aplicó en febrero del 2015.

A ese cambio le siguió el cierre del valle de la Muerte, en diciembre pasado, por parte de la comunidad del poblado y posteriormente el alza en el valor de la entrada, desde agosto, a los géiseres de El Tatio por las comunidades de Toconce y Caspana.



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