A pesar de los balances positivos durante esta temporada alta de verano, el sector turismo enfrenta un desafío persistente: la proliferación de alojamientos informales que amenazan con frenar la recuperación de un rubro severamente afectado por el estallido y la pandemia.
La situación que queda reflejada por los diferentes captadores de visitantes que ofrecen hospedajes al margen de la formalización, sumado a múltiples ofertas en plataformas digitales del mismo tipo.
Según lo indicado por Fedetur, en cuanto a los destinos con alta demanda turística, la proporción en propiedades de alojamientos informales de corta estadía, activos en plataformas digitales hasta enero pasado, superan en abundancia a los alojamientos formales registrados en el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur).
Alojamientos informales superan los formales
Una de las mayores diferencias de formalidad se da entre las localidades analizadas de los destinos Coquimbo y La Serena, en donde por cada alojamiento formal se contabilizan 19,4 informales, si se consideran 4.376 alojamientos informales de corta estadía en plataformas, comparado con los 225 alojamientos formales registrados en Sernatur.
Otros de los destinos con una cantidad elevada de alojamientos informales son los destinos Viña del Mar-Valparaíso-Concón, en donde por cada alojamiento formal se registran 15 informales.
También se ven altas diferencias al ponderar alojamientos informales con formales en Santiago urbano (15,7) y Pucón-Villarrica (8,4).
Diferencias de precios en alojamientos formales
La posible causa de estas preferencias podría ser los precios, comentan en el sector. Por ejemplo, una casa amoblada con quincho en San Pedro de Atacama, con capacidad para cinco huéspedes, se ofrece por $55.000 diarios en una plataforma digital. Por otro lado, la habitación para una pareja, con baño privado, desayuno y en algunos recintos hasta con piscina, puede hallarse a $70 mil por noche en hoteles y hospedajes establecidos en el poblado.
Mientras que en Viña del Mar, en la misma plataforma, puede hallarse una cabaña hasta para cinco personas en $60.000 por noche, mientras que un hostal establecido para una pareja por día tiene un valor de $40.000 más impuestos.
Para Ruby Saire, presidenta de la Cámara de Comercio y Turismo de San Pedro de Atacama, en este poblado hasta un 60% de la oferta en alojamiento corresponde a informales.
“Lamentablemente, en el caso de las plataformas (digitales), estas son extranjeras. Por lo tanto, el filtro para ingresar a un alojamiento es nulo. Cualquiera también que tenga una habitación lo puede hacer. Hay gente que busca lo más económico, que podría ser la oferta informal. Y esta oferta claramente impacta en la recuperación del sector”, señaló.
Problemas de seguridad en servicios turísticos
La informalidad en el sector turismo chileno trasciende los hospedajes y se extiende a una amplia gama de servicios, generando riesgos significativos, según advierte Mónica Zalaquett, presidenta ejecutiva de Fedetur
“Hoy hay una gran asimetría entre la competencia informal y los servicios establecidos. Tampoco sabemos realmente qué es lo que está sucediendo, o dónde muchas veces los turistas están accediendo. Sobre todo en ciertas experiencias. Muchas veces contratan guías o acceden a una experiencia en el sur, a lo mejor una lancha; pero esa lancha no sabemos si cumple con los estándares de seguridad, porque precisamente es una oferta informal. Entonces, sinceramente, hay que tener una estrategia. Es indispensable”, sostiene.
Por esto motivo, señaló: “Le hemos solicitado al Gobierno que se implemente un programa para apoyar e incorporar toda esta oferta informal a la formalidad, porque esa es una competencia compleja con la oferta formal y, por otro lado, también es algo peligroso. Porque en toda esta oferta informal no sabemos si se cumple con los estándares de seguridad. Tú ves informalidad desde los guías turísticos hasta el alojamiento, y para desarrollar una industria y consolidarla necesitamos que esa industria se formalice”.
Sin embargo, reiteró que “tenemos información de que gran parte de la oferta informal es precisamente porque los trámites son largos. Muchas veces los municipios no comprenden las necesidades de esta industria, otras veces tenemos problemas incluso con el Ministerio Salud”.