La comunidad atacameña de Calama ha desarrollado un “Banco de Semillas Ancestrales”, con el propósito de rescatar, proteger y conservar semillas de plantas ancestrales del territorio, asegurando así su legado para las futuras generaciones. Este proyecto es liderado por la Asociación Indígena Lickan Hampitur y cuenta con el apoyo de Minera El Abra a través de su Fondo Ambiental.
El banco ha comenzado almacenando 75 semillas en peligro de extinción, resguardadas en el Museo de Historia Natural de Calama y en la localidad de Ayquina. Entre las especies preservadas se encuentran variedades de maíz, trigo, habas, quinoa, y semillas de chañar y algarrobo, representando más de 300 especies presentes en la zona. El próximo objetivo es integrar las especies más frágiles al Banco Mundial de Semillas.
Wilson Segovia, coordinador del proyecto y director de la Asociación Indígena Lickan Hampitur, explicó que “la enorme fragilidad del patrimonio de los pueblos originarios queda cada día más expuesta”, y esta iniciativa busca adelantarse a esa situación para preservar estas semillas de por vida. La modernidad y la reducción de espacios para la siembra representan amenazas para la continuidad de estas plantas ancestrales.
El “Banco de Semillas Ancestrales” no solo se enfoca en la conservación, sino que también incluye un componente educacional. Se promueve el cuidado de las semillas a través de una exhibición permanente en Ayquina, entrega de material didáctico y la publicación de 500 ejemplares de un libro cultural y científico. Este proyecto también beneficia a la ciudadanía de Calama, ya que cualquier persona puede solicitar semillas para cultivarlas a través del correo bancosemillasckunsaturi@gmail.com.
Osvaldo Rojas, director del Museo de Historia Natural de Calama, expresó su entusiasmo por la colaboración en este proyecto. “El Museo acoge esta iniciativa con gran interés dada su importancia para las generaciones futuras”, comentó, resaltando la relevancia de conocer los aspectos genéticos y de conservación de las especies endémicas del territorio. Esta colaboración entre la comunidad, instituciones culturales y el sector privado destaca la importancia de preservar el patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de la región.