Con un atraso histórico y cultural evidente, Chile se dispone a discutir un proyecto de ley sobre “derechos lingüísticos” de sus nueve pueblos originarios, cuyas lenguas se encuentran en riesgo de desaparecer.
La iniciativa de diversas organizaciones étnicas, académicas y culturales indígenas fue presentada este 1 de julio ante la Comisión de Educación del Senado chileno, patrocinada por los senadores Antonio Horvath, Carlos Bianchi y Alfonso de Urresti.
La investigadora de la Universidad de Santiago, Elisa Loncon Antileo, Magister en humanidades (Lingüística), de la Universidad Autónoma Metropolitana de Iztapalapa UAM-1, México, señaló a Notimex, que las lenguas indígenas chilenas están en franco riesgo de desaparecer.
“Las lenguas indígenas de Chile se encuentran en riesgo de desaparecer como consecuencia de la falta de protección y reconocimiento de las mismas por parte de las políticas del Estado chileno”, indicó.
Hoy, de los nueve pueblos originarios reconocidos en Chile, sólo cuatro son hablantes de sus respectivas lenguas, por menos de un tercio de la población adulta: se trata del Quechua, Aymara, Rapa Nui y Mapudungun.
Las restantes tienen muy pocos hablantes: el Yagán, tiene una sola hablante anciana, el kaweskar no tiene hablantes nativos, el Selkam ha perdido sus hablantes en Chile (aunque en Argentina hay algunos), y el Likan Antay y el Diaguita han perdido sus hablantes.
El proyecto de Ley general sobre Derechos Lingüísticos de los pueblos indígenas de Chile, señaló Elisa Loncon Antileo”, es una ley profundamente humana, porque reconoce las lenguas como un derecho humano fundamental”.
“La lengua es una forma de transmitir la identidad de los pueblos, nos podemos comunicar y hablar de mundos que ni siquiera existen, transmitir nuestras tradiciones, dar cuenta de la memoria de su pasado”, subrayó.
“La lengua va articulada con nuestra condición de creatividad, va conectada con la expresión del sentimiento, la emoción, el desarrollo de la inteligencia, de todas las habilidades superiores del ser humano”, apuntó.
“La especificidad de las lenguas indígenas es que además aportan una visión del mundo que es distinta al mundo cristiano occidental, europeo, porque en la cosmovisión de los pueblos nosotros tenemos una visión cíclica del tiempo”, indicó Elisa Loncon Antileo.
Hace poco. el 21 de junio celebramos, dijo, “el retorno del ciclo del año, porque para nosotros- los mapuche- el tiempo es cíclico.
Empieza en ese punto, puede dar la vuelta y volver a empezar, lo que es distinto al concepto de tiempo lineal donde el pasado queda atrás”.
“Al perderse una lengua originaria, se pierde toda esa cosmovisión, esa cultura, esa manera especial de ver y entender el mundo, la historia, conocimientos, saberes, prácticas, se pierde una posibilidad de vida”, enfatizó la profesora Loncon Antileo.