Con escasa participación de público se realizó el viernes 29 el seminario “Aproximaciones sociolingüísticas y culturales a la lengua kunza”, organizada por el Consejo Lingüístico de Historia y Lengua Kunza, fundado en junio del 2010, que preside Rubén Reyes Aymani.
Este seminario fue realizado dentro del “Programa de desarrollo de las lenguas de la región de Antofagasta” de la CONADI, ejecutado por la empresa Quibernates Ltda.
Este programa también contempla talleres para quechuas y aymaras, los que se realizan en Calama y Quillagua.
Lamentablemente, considerando el tema, sólo 8 atacameños asistieron al seminario. Los demás eran empleados de la consultora Quibernates, los conferencistas y la gente que preparó los almuerzos.
En el comienzo del Seminario, Rubén Reyes Aymani, aparte de referirse a la poca participación de los atacameños, y a las dificultades que se han enfrentado con esta iniciativa, sobre todo de financiamiento, manifestó que “así como es necesario trabajar por los derechos de nuestro pueblo y cuidar nuestras aguas y nuestro territorio, es igualmente importante trabajar por nuestra cultura y la lengua de nuestro pueblo, el Kunza”.
El seminario continúo con una breve participación de la poetisa Lican Antay Lore Vilca, quien recitó en kunza y en español.
Luego vino la parte principal del seminario: la conferencia “Aproximaciones sociolingüísticas y culturales a las lenguas indígenas” que fue desarrollada por el académico Wilson Flores, de la sub-sede Cátedra UNESCO de lectura y escritura de la Universidad de Antofagasta.
En esta ponencia, que fue de consideraciones teóricas a ejemplos concretos relacionados con la lengua Kunza, y luego de las preguntas y respuestas que siguieron, se estableció que es prácticamente imposible revivir el Kunza como una lengua funcional, el lenguaje cotidiano que habrían hablado los tatarabuelos. Realmente no existe ninguna experiencia registrada a nivel mundial en que esto se haya realizado.
Lo que se puede esperar es mas bien una reconstrucción, lo que tampoco es fácil, ya que esto debe provenir de una intención interna de la comunidad. Una reconstrucción que coloque a la lengua Kunza como un lenguaje ceremonial y sobre todo como una lengua que genera identificación, proceso que por lo demás ya parece estar llevándose a cabo.
Según Flores, el que haya surgido el Consejo Lingüístico y el seminario mismo, son indicadores justamente de esta necesidad o intención que estaría surgiendo dentro de la comunidad atacameña.
Después siguió un espacio que iba a ser un taller, pero debido a la poca concurrencia se hizo a modo de preguntas y respuestas y donde se trabajó sobre un cuestionario acerca de las vivencias personales de los participantes con la lengua Kunza.
Luego se hizo la presentación del libro “Los niños y el desierto, representaciones del norte de Chile”, financiado por un Proyecto CONICYT y realizado por la Universidad de Tarapacá y Universidad de Antofagasta.
Para terminar el seminario, Rubén Reyes se dirigió a los presentes para recordarles que el 26 de agosto se realizará una segunda parte de este seminario y para invitar “a todo el pueblo atacameño para trabajar por la cultura y la lengua del pueblo Lickan Antay”.
Finalmente los asistentes compartieron un almuerzo.
Conclusiones
Sin desconocer lo importante que es este tipo de instancias de trabajo sobre la cultura y la identidad atacameñas, quedamos con sensaciones encontradas.
Por un lado, una preocupación por la escasa participación del pueblo atacameño:
¿Es un problema de convocatoria?
¿Cómo dijo alguien, pretendiendo ser gracioso: “Si hubiéramos dicho que era con almuerzo, hubieran venido más personas”?
¿Es sólo un problema de falta de interés?
¿Quizás a los comuneros en general le interesa poco el Kunza y, viendo las necesidades que impone la situación actual de San Pedro, preferirían un curso de inglés?
¿Es un problema con las dirigencias?
Finalmente, creemos que el tema es importante y esperaríamos ver en el próximo seminario del 26 de agosto, a algunos de los miembros fundadores del Consejo Lingüístico, como a la alcaldesa Sandra Berna Martínez y Manuel Escalante de la Fundación Minera Escondida, entre otros que en esta ocasión brillaron por su ausencia.