Tianqi Lithium está vendiendo una participación del 25% en la mina de litio más grande de Australia, en una transacción de US$ 1.400 millones que ayudará al endeudado gigante chino a evitar un inminente default mientras retiene el control de su activo más preciado.
El productor de litio debe reestructurar, antes del 28 de diciembre, un préstamo de US$ 1.900 millones con acreedores liderados por China Citic Bank, que fue utilizado para financiar -en 2018- la compra del 23% de participación en SQM, por US$ 4.000 millones.
Sin embargo, los precios de la materia prima han caído desde la fecha hasta ahora en torno a un 70%, por un exceso de oferta mundial, lo que ha llevado a la compañía asiática al borde de la quiebra.
Según detalla el diario británico Financial Times, Tianqi Lithium e IGO Limited -minera australiana de oro y níquel-, dijeron que esta última tomaría una participación minoritaria en un vehículo que tiene la participación del 51% de la compañía china en Greenbushes, una operación masiva a cielo abierto en Australia Occidental, así como una planta procesadora de litio.
Con esta transacción, la compañía china evita las restricciones que tiene la compra de acciones puestas en el mercado de Greenbushes, cuyo derecho preferente tiene la estadounidense Albermarle por poseer un 49% de participación en esa firma.
"La formación de un (joint venture) con Tianqi parece negar el derecho de preferencia de Albemarle", dijo al FT Alexander Hislop, analista de RBC Capital Markets.
La movida en la industria sigue generando preocupación, sobre todo en el gobierno de Donald Trump, que ha apuntado al control de Beijing sobre los suministros mundiales de litio y otras materias primas a través de empresas como Tianqi.
IGO, por su parte, también ha puesto a la venta su participación del 30% en la mina de oro Tropicana en Australia Occidental en una transacción que podría valer más de 1.000 millones de dólares australianos (US$ 741 millones). Además, la firma apuntó a que podía financiar la transacción de Tianqi con una línea de crédito de 1.100 millones de dólares australianos, una recaudación de capital de hasta 766 millones de dólares australianos y sus reservas de efectivo.
El acuerdo está sujeto a la aprobación del Directorio de Revisión de Inversiones Extranjeras de Australia.
Esta operación se da en momentos de alta tensión entre Beijing y Camberra, por una investigación sobre los orígenes de la pandemia de coronavirus, la detención de ciudadanos australianos en China por cargos de seguridad nacional vagamente definidos, además de diferencias comerciales por los bajos precios de los vinos australianos en la nación asiática.