Matteo Casuccio bramaba al llegar al campamento a las 12 de la noche tras la quinta etapa. Ni habló a sus mecánicos y no contó nada de lo que le había ocurrido al acabar la etapa. Diez policías chilenos y un delegado del ministerio de cultura del país le esperaban a la salida del campamento y le detuvieron. junto al holandés Kees Koolen, que además de piloto de quads, resulta ser el CEO (director ejecutivo) del famoso portal de búsqueda de hoteles Booking.com.
Ambos estaba acusados de dañar sitios arqueológicos en el desierto de Antofagasta, tras extraviarse y salirse de la ruta oficial. Se trata de zonas señalizadas con balizas amarillas, que marcan de forma meridiánamente clara por dónde no se puede circular.
Ambos competidores, acompañados por representantes del Rally Dakar, declararon durante varias horas y luego fueron dejados en libertad, a la espera de que el tribunal los cite a juicio. "Nosotros no queremos romper nada y pedimos disculpas por lo ocurrido. Fue solo un error", dijo Casuccio.
"Ni que fuera el Coliseo"
Pasadas las horas y pese a que ambos pilotos pudieron participar en la etapa de ayer, el cabreo del italiano iba en aumento por lo ocurrido: "Estos tíos, por cuatro piedras entre otras muchas de una montaña, no veas como se pusieron. Ni que me hubiera metido por medio del Coliseo. Eso sí que es una ruina arqueológica. Si se pasaran por Roma iban a alucinar".
Según el veterano piloto italiano, todo tuvo un punto de montaje, previsiblemente por las protestas de varios grupos locales contra el paso del Dakar. Vamos, que tenían que hacer un poco el paripé. "Además de la policía y el ministro había cámaras de televisión, así que creo que estaba todo preparado".
Y sigue. "Nos llevaron allí y nos daban café y Coca Colas en la comisaría. Hasta conexión a Internet para lo que quisiéramos. Koolen me decía que tranquilo, que si hacía falta abogado no me iba a faltar uno. Que él mismo me lo prestaba", relató a MARCA tras terminar la etapa.
Según medios locales, la justicia podría impedirles abandonar el país el miércoles, cuando la caravana debe ingresar a Bolivia, aunque los dos pilotos desmintieron cualquier posibilidad de quedar retenidos.