Tras los daños producidos por las lluvias del invierno altiplánico de 2019, la Secretaría Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales realizó una inversión de $120 millones destinados a minimizar los efectos adversos que provocan estos eventos en el monumento arqueológico.
El Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), en su última sesión aprobó el Informe de las obras de emergencia realizadas por la Secretaría Técnica de dicha institución en el Pucará de Quitor, cuyo objetivo fue proteger las estructuras y material arqueológico -afectadas severamente tras las lluvias altiplánicas de 2019- y preparar sus suelos y muros para las futuras precipitaciones.
Junto con ello y en el contexto de estas obras, se adquirió una estación meteorológica para el monitoreo del agua caída, el viento y la radiación. El año pasado, por ejemplo, la estación de Camar arrojó que la precipitación alcanzó los más altos registros en 40 años: 80 mm en 24 horas.
Respecto a las obras realizadas en el Pucará, estas tuvieron un costo de 120 millones de pesos y fueron impulsadas por la nueva Área de Patrimonio en Riesgo de la Secretaría Técnica del CMN- dependiente del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, con apoyo del departamento de Arqueología.
El Subsecretario del Patrimonio Cultural y presidente del CMN, Emilio De la Cerda, destacó la proyección de esta área para fortalecer la protección patrimonial: “Tras el terremoto de 2010, la Secretaría Técnica del CMN activó el Área de Patrimonio en Riesgo para apoyar casos de bienes patrimoniales que requirieran acciones urgentes para evitar daños mayores. Esta iniciativa tuvo muy buenos resultados y movilizó recursos y voluntades que permitieron recuperar patrimonio. Es una gran noticia que ahora el Consejo de Monumentos y su Secretario Ejecutivo reactive esta área de manera permanente para fortalecer la protección patrimonial poniendo el foco en la gestión, la prevención y la mantención de los bienes. En ese marco hemos avanzado con obras de emergencia en varios monumentos como Chivilingo y la Casa Jacarandá en Lota; la Iglesia San Pedro de Atacama, a lo que se suma ahora lo realizado en Pucará de Quitor”.
Asimismo el Subsecretario De la Cerda destacó la necesidad de abordar estos trabajos junto a la comunidad: “Algo muy relevante y que debiera ser siempre parte de nuestra labor y de las obras que se emprendan es el trabajo con las comunidades, que participaron activamente para velar por el respeto de su cultura y que también quedaron con conocimientos adquiridos para el manejo de este bien. Por otra parte la estación meteorológica permitirá tomar acciones preventivas sobre la base de datos empíricos”.
En relación a los trabajos, estos fueron licitados y adjudicados a la Consultora Ámbito, que los ejecutó en un plazo de dos meses. El secretario técnico del CMN, Erwin Brevis, destacó que “de no tomar medidas a tiempo, éstas derivarían en un daño mayor y un eventual colapso de más estructuras. Se incluyó, con alto grado de compromiso y participación, a la comunidad atacameña de Quitor en las obras, teniendo en cuenta el respeto a su cultura y al trabajo que realizan por mantener sus tradiciones”.
La magnitud de los daños en el sitio era importante: formación de numerosas cárcavas o zanjas por el paso del agua, algunas con una profundidad de 50 cm; infiltración de agua en muros y colapso de algunos, y exposición de materiales arqueológicos por la acción erosiva del agua. Por la fragilidad de sitio, el 28 de febrero de 2019 la comunidad de Quitor determinó mantenerlo cerrado para las visitas turísticas y solo se permitía el acceso al mirador.
Por ello, los trabajos se priorizaron en el sector más afectado, donde el agua atravesaba las estructuras. Las cárcavas fueron usadas como cauce para canalizar las aguas. Hoy el Pucará está protegido, tanto en muros como en suelos, y el Consejo aprobó además las labores de mantenimiento de las obras de emergencia realizadas. Para ello, se elaborará una cartilla y se hará capacitación a los guardias del monumento. Además, hay acuerdo para trabajar en el plan de manejo del sitio.
Asimismo, los consejeros otorgaron permiso para intervención arqueológica de los Hallazgos No Previstos: restos óseos humanos, que serán excavados y posteriormente reenterrados junto con la comunidad, con respeto a sus tradiciones, y un contenedor cerámico grande, que se va a excavar, registrar y luego sellar.
Pucará de Quitor
El Pucará de Quitor es una construcción característica de la cultura atacameña que data del siglo XII, se ubica a dos kilómetros al norte de San Pedro de Atacama, y está edificado en una pendiente que alcanza una altura de 80 metros desde su base, compuesta por recintos y terrazas, desde las que se alcanza una vista panorámica el valle. El sitio, posee distintas subdivisiones que habrían servido como habitaciones, refugio de animales, bodegas, recintos defensivos, y otras estructuras, todas ellas conectadas por laberínticos pasillos con rampas y escaleras.