Corfo no dio una doble lectura. Quiere terminar el contrato con SQM para explotar el Salar de Atacama a través de un juicio arbitral, pero no cambiará el acuerdo que tiene desde 1980 con Rockwood en dicho salar. “El convenio básico en virtud del cual Rockwood explota y comercializa litio, se mantendrá vigente hasta que se alcance la explotación, producción y venta de 200 mil toneladas métricas de litio metálico equivalente”, dice la respuesta que Eduardo Bitran, vicepresidente ejecutivo de la corporación, envió esta semana a la Cámara de Diputados.
El documento nace de una consulta realizada en julio pasado por un grupo de parlamentarios al gobierno, en el que pedían “considerar la propuesta de la Comisión Nacional del Litio de revisar los contratos vigentes con SQM Salar y Rockwood (...) entregándole al Estado un rol más activo”.
Según datos aportados por la Comisión Chilena de Energía Nuclear, entre 1984 y 2015, Rockwood ha vendido 79.203 toneladas de litio metálico. Según respondió la misma empresa, la vida útil de su concesión es hasta el año 2040.
Mientras que SQM, entre 1996 y 2015, reportó a la Comisión un total de 94.511 toneladas de litio metálico vendidas. El contrato vigente con Corfo finaliza en 2030, siempre y cuando el juicio arbitral que tiene con Corfo no obligue a terminar antes el acuerdo.
Diferencias
Aunque el dueño del Salar de Atacama sigue siendo el Estado de Chile, a través de Corfo, la explotación está entregada a SQM Salar por un total de 16.384 pertenencias mineras y otras 3.334 pertenencias a la norteamericana Rockwood.
Sin embargo, las condiciones bajo las cuales se rigen cada uno de los contratos son distintas. SQM debe pagar una renta anual de US$ 15 mil más un royalty por explotación de 6,8% de las ventas de productos de litio. Según ha informado SQM, desde la vigencia de la operación a la fecha, ha cancelado sobre US$ 424 millones en royalty directo por litio y otros productos. Y aunque la cifra parece abultada, la firma también ha dicho que por concepto de arrendamiento ha pagado otros US$ 206 millones.
En cambio, Rockwood debió desembolsar US$ 15 millones de una sola vez en la década del 80 por los “derechos de regalía” y no paga arrendamiento, aunque sí entrega al Fisco por la explotación de magnesio el 10% del precio de venta neto y por potasio y otros productos, 3% del precio de venta neto.
Y esa situación, tanto de SQM como de Rockwood, molesta a parlamentarios. Uno de los que ha liderado la oposición es el diputado radical, Alberto Robles, quien incluso ha acudido al Ministerio Público para que investigue un posible fraude y delito funcionario. Además, está reuniendo datos para conformar una comisión investigadora en la Cámara Baja.
“El litio es lo que nos puede ayudar a cambiar la economía chilena por los próximo 40 o 50 años y le compete al Estado tener un rol más activo para gestionar esta riqueza. El interés nuestro es revisar todos los contratos, no sólo con SQM, sino todos. Y Rockwood tiene una posición que hay que revisar”, dice Robles.