La compañía anunció el proyecto Salar Futuro, el que considera desarrollar nuevas tecnologías para extraer litio e incluye una planta desaladora, una de energía solar e incluso la producción de baterías de litio. Pero advirtió que “los cambios son disruptivos y complejos”, que deben ser analizados por las autoridades y los organismos regulatorios e instó por ello a “iniciar una mesa de negociación”.
SQM, la estrella del mercado en 2022 por el impresionante alza en el precio del litio, colgó ayer en su página web un documento de siete páginas donde desarrolla largamente un plan que denominó Salar Seguro, el que comprometerá recursos por US$ 1.500 millones y que está destinado a inyectar tecnología a sus actividades productivas y reducir el consumo de agua en el Salar de Atacama, su principal zona de operación. Pero además contenía una condicionante: el contrato con Corfo, dueña de las pertenencias en el Salar, impone límites a la implementación de mejoras tecnológicas, dijo SQM, por lo instó a una mesa de negociación.
El proyecto en el Salar de Atacama contempla nuevas tecnologías para extraer litio, lo que implica una huella hídrica cero en este proceso, además de alcanzar la carbono neutralidad. También apuesta por fomentar el encadenamiento productivo en torno a componentes de baterías de litio, baterías, reciclaje y reutilización, en alianza con universidades regionales y centros tecnológicos, dijo la compañía.
En su análisis inicial, el proyecto Salar Futuro considera mantener la meta voluntaria de una extracción total de 822 l/s de brines (soluciones o salmueras) al año, lo que representa una reducción de un 50% del bombeo promedio autorizado al año 2030.
En la actualización de su plan de sostenibilidad, SQM busca reducir la etapa del proceso de evaporación natural en pozas con la consiguiente disminución de evaporación total, la que se compensará llevando agua de mar desalada a la cuenca, junto con la incorporación de tecnologías productivas de evaporación mecánica y extracción directa de litio, informó SQM. Esto permitirá alcanzar un balance hídrico positivo en la producción de litio junto con llevar a cero el uso de agua continental. “Se propone desarrollar un proyecto de aducción de agua de mar en conjunto con una planta desaladora”, informó SQM.
Además de estas inversiones, las nuevas tecnologías requieren altos niveles de consumo eléctrico, por lo que se requerirá un proyecto en base a energías renovables, con almacenamiento térmico utilizando sales solares de SQM, añadió la compañía.
“Aún con el significativo menor costo de brines considerado en el análisis inicial (822 l/s) considerado en el análisis inicial, SQM estima que es posible proyectar producciones totales entre 220.000 y 250.00 toneladas de litio equivalente al año”, agregó.
La firma recordó que su producción de litio cumplió recientemente 25 años: en 1993 ingresó al proyecto en el que antes participaron empresas estadounidenses y Corfo y tuvo un inicio poco auspicioso. El acuerdo con Corfo de 2018 aumentó el pago al Estado -antes era un 6,8% de las ventas; hoy es hasta un 40%-, pero elevó la producción autorizada: la compañía aumentó su capacidad productiva desde 45 mil a 150 mil toneladas en tres años.
“Las inversiones que se requieren para completar este proyecto son significativas. SQM ha iniciado las ingenierías necesarias que permitan estimar de forma más precisa los recursos que se requieren invertir y las dimensiones de los equipos necesarios. En principio, en un primer análisis, se estima que las inversiones serán cercanas a los US$ 1.500 millones”, apuntó.
Además, la firma mencionó otros US$ 700 millones en diversas iniciativas de valor agregado, entre las que se incluyen nuevas plantas de hidróxido de litio y plantas de refinación para carbonato y plantas de litio metálico. “”La producción de baterías de litio en Chile es un objetivo irrenunciable y parte fundamental del proyecto Salar Futuro”.
Cambios disruptivos y complejos
“Hoy estamos frente la oportunidad única de plantear alternativas disruptivas de procesos y tecnologías que aumenten aún más la ventana ambiental de producción de litio en el Salar de Atacama”, señaló la minera no metálica.
Por lo mismo, agregó que “los cambios propuestos son disruptivos y complejos”, por lo que sus impactos, deben ser analizados por las autoridades, los organismos regulatorios y las comunidades que rodean al proyecto y que los plazos para las ingenierías, los permisos ambientales y los periodos de inversiones son extensos. “Por lo tanto se hace imprescindible empezar este proceso a la mayor brevedad posible”, enfatizó la compañía.
Al respecto indicó que “los términos vigentes del contrato entre Corfo y SQM imponen ciertas limitantes a inversiones de mediano y largo plazo y, por tanto, a la implementación de mejoras tecnológicas, lo que se transforma en un factor que debe ser analizado en forma seria”.
Por ello sostuvo que “en SQM estamos convencidos que es del interés de ambas partes, Corfo y SQM, evaluar distintas opciones en esa materia, lo que podría tener impactos significativos para Chile. Iniciar una mesa de negociación implica analizar varios aspectos, y SQM está comprometida a evaluar todas las alternativas que generen valor a la Región de Antofagasta, a las comunidades, a Chile y sus inversionistas”.
SQM indicó que actualmente es la compañía que porcentualmente más contribuye al Estado de Chile gracias al contrato que mantiene con Corfo. En la primera parte de 2022, la empresa aportó al fisco US$ 2.314 millones, recordó este miércoles la empresa, de los cuales US$ 784 millones provinieron del impuesto a las ganancias y US$ 1.422 millones por la renta del arrendamiento de las pertenencias en el Salar de Atacama.