Si hubiera un terremoto y destruyera todas las estructuras arqueológicas o religiosas más representativas de la Región de Antofagasta, especialmente el Alto Loa, el arquitecto de la universidad católica del norte Larry Games es el único que tiene la clave para reconstruir buena parte de ellas.
Desde diciembre de 2014 y por un período de 21 meses, el investigador se ha dedicado a documentar alrededor de 30 sitios patrimoniales entre pucarás, iglesias y asentamientos, incluyendo los pucarás de Lasana y de Chiu Chiu, y el asentamiento de Ayquina y su iglesia, situados al este de Calama, en dirección hacia la frontera con Bolivia.
Lo ha hecho con tecnología de punta, que incluye el uso de drones y escaneo 3D. Con los primeros ha realizado videos y ortofotogrametrías, que son imágenes que incluyen datos como curvas de nivel y altura, lo que permite obtener mediciones de volumen y otros antecedentes.
Con el escáner ha trabajado en levantamientos tridimensionales, lo que le ha entregado registros al detalle de estas frágiles estructuras. "El instrumento dispara un láser que levanta la estructura física del edificio en forma digital a un nivel tal de precisión, que permite observar hasta las fisuras y grietas más diminutas", destaca Games.
Todo este trabajo originalmente apunta a desarrollar herramientas de apoyo para el turismo de intereses especiales, específicamente el arqueológico, pero la información obtenida tiene una proyección mucho mayor.
Al hacer los levantamientos ortofotogramétricos de los pucarás descubrieron en su interior ciertas estructuras asociadas al recinto que habrían sido una especie de supermercado de los incas.
Originalmente estas eran fortalezas que no estaban dedicadas a ser bodega, sino lugares donde se refugiaba la gente en momentos de conflicto. Pero tras la llegada de los incas, estos instalaron allí centros de cultivo. "Una de las incógnitas de los investigadores ha sido que su producción iba mucho más allá de la que necesitaban los habitantes locales, pero la verdad es que como pasaba la ruta del camino del inca por ahí, los caminantes se abastecían en estos lugares que acopiaban la comida y seguían su ruta".
Gracias a la tecnología empleada han podido dimensionar los cultivos. "Muchas de estas estructuras no son de nuestra competencia, pero la idea es que la información sea una plataforma de investigación para otras especialidades", dice Games.
El mayor valor de la información es que es un registro para la posteridad. "Es como tener una radiografía del hueso antes de que se fracture y después".
Ya tuvieron una experiencia con la iglesia de Peine. Poco después de registrarla digitalmente se vino abajo el techo. "La escaneamos nuevamente, y gracias a la comparación que pudimos hacer, ahora se trabaja en el plan de restauración".
Parte de la información recabada quedó disponible para el público en pantallas que se instalaron en la Corporación de Cultura y Turismo del Loa y el Museo de Historia Natural del Loa.
Ahora planea dos proyectos más. El primero abordará lo que se conoce como Atacama la Grande, que incluye Peine, Toconao y San Pedro de Atacama, cuya iglesia ya ha documentado. Posteriormente se dedicará a hacer un registro similar de las salitreras de la región.