Cerro Dominador, la energía del futuro

Con una inversión estimada en USD 1.300 millones, el proyecto termosolar Cerro Dominador, que estuvo paralizado por cerca de un año, tendrá una capacidad de almacenamiento de 17,5 horas de energía y producirá 110 MW. El sistema funciona básicamente a través de la concentración solar mediante e

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 12 de abril de 2017 Visto 296 veces

Portal Minero conversó en exclusiva con Iván Araneda, gerente general del complejo solar Cerro Dominador, quién se refirió al estado de avance actual del proyecto, los principales desafíos que han debido sortear tras la detención del proyecto y posterior cambio de controlador. 

¿Cuál es el estado de avance  actual del proyecto y cuáles son los principales hitos a la fecha?

Para contextualizar este es un desarrollo enmarcado dentro del sector de Energías Renovables No Convencionales (ERNC).  Es una plataforma solar que combina dos tecnologías, una termosolar que permite almacenar energía térmica generada durante el día con el objeto de usarla después, unido con una planta fotovoltaica.

La planta termo solar tiene una capacidad de 110 MW y la fotovoltaica de 100 MW, adyacentes en el mismo complejo, en la Comuna de María Elena, Antofagasta.

Su desarrollo comenzó hace varios años atrás cuando en Chile había múltiples desafíos  en el sector energético; varios de los cuales persisten como la dificultad creciente de encontrar tecnologías que puedan complementar y diversificar la matriz energética. Bajo ese contexto nace un poco esta idea de traer esta tecnología a Chile que permita tener autonomía distinta de las que tienen normalmente las renovables. 

Varios de los atributos propios de la tecnología calzan  muy bien con las necesidades en Chile y por otro lado, hay un recurso solar inmenso en el Norte de Chile que es reconocido mundialmente, factor que contribuye considerablemente a la eficiencia de este tipo de plantas.

En este contexto se ha desarrollado el proyecto, yo diría con desafíos pero también con muchas oportunidades.

Se están abriendo camino de alguna manera

Exactamente, hay en el mundo otros proyectos ya funcionando de esta tecnología pero en Chile o en la región va a ser el primero con estas características.

Ha tenido un impacto muy positivo desde el punto de vista medio ambiental y también para las comunidades cercanas, porque hemos enfocado la construcción en intentar tener el mayor contenido local posible.  Vale la pena explicar que a diferencia de otras tecnologías ERNC,  en la que la mayor parte de las necesidades se importa a proveedores chinos o de otro lugares dejando sólo el montaje a escala local. Pues bien, en el caso de la CSP ha sido distinto ya que tiene muchas etapas constructivas, muchas estructuras a medida lo que ha permitido la participación de empresas locales.

Este proyecto logró asegurar un contrato de suministro de largo plazo...

Esto fue muy positivo. Obtuvimos esos contratos compitiendo con otras tecnologías y logramos competir de buena forma. Aseguramos contrato de suministro por 15 años en el proceso de licitación abierta del Gobierno el año 2014 lo que marcó, sin duda, un precedente para las posteriores licitaciones. Por ejemplo, la del año pasado (2016) donde las energías renovables tuvieron un importante papel.

Volviendo un poco a los principales hitos del proyecto, ¿cuáles destacaría?

El avance de la construcción. Efectivamente lo que se ha hecho hasta ahora ha ido bastante bien en términos de la eficiencia y la calidad con que se ha construido. 

Por otro lado, a finales de 2016, hubo un cambio en la propiedad del proyecto, tras el cual el único dueño es EIG y Abengoa - con quien mantenemos un contrato EPC - asumió el rol de contratista principal. De hecho, a la fecha, la mayoría de los trabajos y equipos mayores ya están contratados y con un alto grado de avance. 

¿Respecto a la reactivación de las obras?

En diciembre del año pasado, tras el cambio en la propiedad del proyecto, se reactivaron las obras y estamos concentrados en terminar una subestación seccionadora donde van a inyectar energía ambas plantas (fotovoltaica y termosolar). Para el primer semestre de este año pretendemos terminar la puesta en servicio de 60 MW (de los 100 MW)  de la planta fotovoltaica y en el segundo semestre esperamos terminar e interconectar los 40 MW restantes con el objetivo de que a diciembre de este año esté operativa.

En el caso de la planta de Concentración Solar de Potencia (CSP), hoy tiene un grado de inversión por sobre el 50% y estamos en etapa de cierre de financiamiento, esperamos poder completarlo después del primer semestre. Una vez culminado este proceso reactivaremos los trabajos en la planta de concentración solar, para iniciar un periodo de construcción aproximado de 18 meses. La puesta en servicio está contemplada para mediados de 2019.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos que han debido enfrentar para retomar este proyecto?

La situación financiera y posterior reestructuración internacional que tuvo Abengoa, quien fue la que inició este proyecto y que está a cargo del desarrollo tecnológico, que derivó en un cambio de propiedad y control del proyecto, pasando a manos del fondo estadounidense EIG Global Energy Partners, fue uno de los principales desafíos, ya que se tuvieron que reiniciar las obras bajo el prisma de un nuevo controlador. 

Desde el punto de vista constructivo, el desafío fue retomar toda la logística, subcontratos, servicios y renegociación a objeto de reanudar la programación de obras prevista. Hoy estamos con todos los servicios en el sitio y en funcionamiento.  Por otro lado EIG decidió fortalecer el equipo técnico para lo que contrató a la empresa de ingeniería WorleyParsons.

¿Cuál es el valor de construir este tipo de proyectos en Chile?

Este es un tipo de tecnología limpia que tiene todo el beneficio de ser sustentable desde el punto de vista ambiental. Yo creo que en Chile hoy en día la sociedad está muy empoderada en los temas ambientales y de opinión sobre los grandes proyectos de energía, y la mayoría de los proyectos de energía hoy tienen como principal riesgo esa línea, que además es la razón por la que normalmente se rechazan muchas iniciativas al igual que en minería. Entonces, esta es una tecnología muy amigable con el medio ambiente y con las comunidades.

Además por sus características es un complemento muy eficiente de otras tecnologías ya que tiene la autonomía del recurso solar y además, la posibilidad de generar las veinticuatro horas, lo que significa que el producto final, en términos de resultados finales, es muy similar a lo que entrega una central a carbón o gas. Comercialmente, la tecnología de este proyecto competite de igual a igual con una tecnología convencional, porque tiene el atributo de no depender de un combustible externo para funcionar. Es una propuesta totalmente distinta.

El potencial de esta energía es muy importante, se han  hecho cálculos de que si construyéramos 150 plantas de este tipo se podría obtener toda la energía eléctrica que requiere el país usando, por ejemplo, el 1% de la superficie del desierto de Atacama. El desarrollo de este tipo de plantas podría, a futuro, constituirse en una industria con potencial en la zona.

¿Cómo ha sido el trabajo con los proveedores locales?

En esta primera experiencia ya hemos incorporado un contenido local importante: contratistas, proveedores, etc. En una segunda etapa esperamos mejorar y aumentar ese número lo que significará una inyección importante para la economía regional y del país.  

¿A través de qué canales los proveedores pueden acercarse a la compañía?

Nosotros operamos con un contratista principal que es Abengoa y a través de ellos se puede acceder al proyecto. Tenemos ciertos requerimientos que necesitan cumplirse porque hay objetivos relacionados al desarrollo de esta tecnología en Chile que necesitamos lograr, entre esto también aspiramos a una cantidad de contratación de proveedores que debiesen mantener el carácter  local. 



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