Legisladores expresaron que esta iniciativa no modifica, ni altera ninguna de las reglas vigentes en juego de la actividad minera bajo concesión, ni de los beneficios que las regiones tendrán por las regalías provenientes de este mineral.
“Estamos proponiendo que sea cual sea el diseño que el gobierno estime para la explotación del litio, se pueda considerar que los pueblos originarios tengan una participación en la empresa, de forma tal de que puedan recibir los beneficios de esta extracción de este mineral no metálico”, indicó el senador, Pedro Araya Guerrero, luego de presentar, junto a su par, Francisco Huenchumilla, una reforma constitucional que busca garantizar un grado de participación de las comunidades indígenas en la explotación del litio.
De esta forma, el proyecto identifica una relación de impacto más acotada a aquella actividad minera susceptible de ser definida integralmente por su dueño estatal. Por lo mismo, esta reforma constitucional solo abarcará la dimensión de las sustancias no concesibles, que están sujetas a la disposición plenamente del estado.
¿Por qué los pueblos indígenas y no otros grupos en la sociedad?
En el proyecto de los senadores, se fundamenta la participación de los pueblos indígenas, debido a su proximidad a estos yacimientos, así como por su impacto ambiental y su afectación a la cosmovisión. Igualmente, por el cuidado histórico y de preservación de esos ámbitos, y por la exploración, explotación y beneficio del mineral que se hará a costa de bienes centrales para la vida de estas comunidades (como el agua) lo que supone examinar las mejores fórmulas posibles para la sinergia de estos esfuerzos.
A su vez, se establece un argumento constitucional que complementa el sentido por el cual se exige esta incorporación. La Constitución le impone un conjunto de deberes al Estado en el inciso quinto del artículo 1° de la Constitución. Entre esos deberes destaca el «promover la integración armónica de todos los sectores de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional».
Asimismo, el proyecto expone que no se puede dudar que los pueblos indígenas han sido grandes postergados en el desarrollo nacional y no solo eso, parte del desarrollo nacional se sostuvo en ese aplazamiento y exclusión. El incorporarlos en un ámbito que apunta al futuro y sin afectar los emprendimientos mineros existentes, impone la dinámica de integrar armónicamente lo que viene, en un ejercicio de reparación. Pero, además, ese es la respuesta a una cosmovisión central de estos pueblos en relación con la actividad minera. No es un ejercicio de oposición y veto, sino que de armonía y de fin de la exclusión.