Crece la incertidumbre entre las pymes y trabajadores del sector turístico de San Pedro

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 17 de abril de 2020 Visto 292 veces
18 DE MARZO LAS COMUNIDADES ATACAMEÑAS CERRARON LOS SITIOS DE VISITACIÓN TURÍSTICA DE SAN PEDRO.

EMERGENCIA. Pequeñas y medianas empresas suman un mes inactivas, mientras los empleados, muchos extranjeros, fueron despedidos o suspendieron contratos.

Prácticamente a un mes del cierre de las fronteras y de los principales sitios de visitación de San Pedro de Atacama, la emergencia sanitaria por el COVID-19 mantiene inactivos y sin ingresos a las pequeñas y medianas empresas y a los trabajadores del sector turístico de la comuna, que hoy están en el centro de una crisis económica que se profundiza diariamente.

Emergencia que ha golpeado con mayor fuerza a los trabajadores afuerinos del turismo sampedrino, entre ellos chilenos de otras regiones y de otros países del continente, en su mayoría bolivianos, aunque también figuran peruanos, ecuatorianos, argentinos y brasileños, entre otros, quienes están varados en el poblado y sin mayores recursos económicos.

Decidió quedarse

Hasta el 20 de marzo trabajó Ana María Horta, cuyo contrato en el restaurante donde trabajaba fue suspendido hasta junio. Casi un mes en que se ha mantenido en cuarentena, pues decidió cuidarse, quedándose en el poblado donde vive hace 10 años, pese a ser originaria de Constitución.

Determinación que no ha sido fácil de sobrellevar ni en lo anímico ni lo económico, explica, porque debe pagar arriendo y el valor de los productos de primera necesidad se han encarecido muchísimo en las últimas semanas en el pueblo: "una caja de té vale 1.300 pesos y pasa lo mismo con el arroz y el aceite", detalló.

"Si no trabajamos, no generamos, afortunadamente el arrendatario no nos exigió el pago completo, porque estamos cesantes hace 20 días, pero hay otros casos en que se pide la totalidad del arriendo, sabiendo que no hay gente en el pueblo, que están cerrados los restaurantes y las agencias de turismo, todo lo que nos mueve está cerrado; y eso es poco entendible (...) tengo compañeros de Ecuador, Perú y Bolivia, y para ellos también es complicado, una amiga de Copiapó quiso llegar a un acuerdo con el arriendo y le pidieron tomar sus cosas e irse", relató.

No puede volver

Igual de mal lo está pasando Nilda Callejas, quien llegó a San Pedro hace un año desde el interior de Sucre, Bolivia, donde no puede volver, pues el país está en cuarentena y trasladarse por el país es casi imposible. En su caso, considerando que ganaba el sueldo mínimo, la crisis sanitaria la mantiene doblemente preocupada, pues no sabe cuánto puede extenderse la emergencia ni si tendrá los recursos para pagar el arriendo y su alimentación.

"La situación está muy fea, casi todos quedaron sin trabajo, yo no lo hago desde el 18 de marzo y desde ese día quedé sin ingresos, pero sigo pagando arriendo y no ganaba mucho, solo el mínimo, así que no pude ahorrar demasiado, además debo mandarle mensualmente a mi hija, y muchos quedamos en la misma situación", lamentó la joven de 23 años.

Venían complicados

La situación tampoco es muy alentadora para las pymes, según Orlando Cortés de la Agencia Whipala, quien asegura que el sector turístico de San Pedro vive enfrentando adversidades, como el climático, con el cierre de rutas y sitios de visitación, y ahora último el estallido social y la emergencia por el COVID-19. Crisis que lo obligó a prescindir de seis de sus nueve trabajadores, y los tres que siguen se acogieron a la Ley de Protección del Empleo.

"Hoy, todos, de alguna u otra manera, estamos en medio de un problema económico, y además veníamos con una cola por el estallido social y ahora con esto estamos súper mal, en una incertidumbre tremenda. La suerte que tengo y que no todos tienen, es que soy local y no pago arriendo, pero el 80% vino de afuera y arrendó un espacio, ellos están más complicados, porque además pagan un arriendo donde viven", analizó.

Cancelaciones

Cristina Carpanchay del Hostal Casa Flores, explicó que la actividad se detuvo por completo el 20 de marzo, cuando decidieron cerrar su negocio, y que si siguieron un par de días más fue por un par de pasajeros extranjeros que no tenían cómo dejar el país. Dada esta situación, dejaron solo a una de las tres personas con las que trabajaban habitualmente (básicamente para labores de mantención y cuidado) recurriendo también a la Ley de Protección del Empleo.

Crisis que la empresaria asegura que los pilló por sorpresa: "Teníamos información de otros lugares, pero nunca pensamos que la emergencia tendría el impacto que ha tenido, tuvimos muchas cancelaciones de asiáticos y así empezamos a darnos cuenta, pero no estábamos preparados para esta situación, porque además San Pedro ya venía bajo".

Respecto de los plazos que proyectan para la reactivación, Carpanchay es cauta, pues han recibido cancelaciones de reservas que tenían programadas para septiembre y octubre, tanto nacionales como extranjeras. "Pensábamos que sería en agosto, pero ya no tenemos reservas incluso para después de eso", confidenció.

Avanza el catastro de extranjeros

El presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de San Pedro de Atacama, Eduardo Yanjari, realiza un catastro de los trabajadores extranjeros varados en el poblado y que buscan retornar a sus países. Tarea que comenzó el martes y que a la fecha suma más de 100 inscritos, entre ellos 70 bolivianos, 35 peruanos, 2 argentinos y 3 brasileños: "Esto sigue aumentando, aquí los arriendos son caros y ellos lo único que quieren es volver a su país, y con los datos haremos las gestiones para ayudarlos", explicó.

10 mil empleos formales ofrecen las pequeñas y medianas empresas del sector turístico de la región.

1.136 pymes se dedican al turismo, ofreciendo transporte, gastronomía, hospedaje, artesanías y tour guiados.



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