El anuncio del acuerdo de incorporación de la gigante Rosatom - a través de su filial Uranium One (U1) - al proyecto que Wealth Minerals pretende desarrollar en la cuenca norte del salar de Atacama fue recibida con sorpresa y asombro por las comunidades atacameñas de Coyo y Solor.
El acuerdo entre WM y U1 -una de las compañías productoras de uranio más importantes del mundo - se hizo público este martes, un día antes que la segunda sala de la Corte viera el recurso de protección interpuesto por las comunidades indígenas de Coyo y Solor.
La audiencia, sin embargo, fue suspendida la misma mañana de ayer por solicitud de los abogados del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Acuerdo
"Nos enteramos cuando veníamos a la Corte", señaló Lady Sandón Orellana, presidenta de la comunidad indígena de Coyo, respecto al acuerdo entre la estatal rusa y la compañía canadiense.
"Creemos que están especulando. Anunciar a los socios rusos para el proyecto en cierta forma lo vemos como una forma de intimidarnos. Pero estamos tranquilos y preparados. Hoy contamos con recursos técnicos y estudios de al menos dos años que nos ayudarán a defender nuestro patrimonio cultural y biológico", sostuvo la dirigenta que encabeza la disputa legal que busca que las labores de exploración de WM ingresen al sistema de evaluación de impacto ambiental (SEIA).
Desde la formalización de la iniciativa el Consejo de Pueblos Atacameños (CPA), y en particular, las comunidades de Coyo y Solor, manifestaron su oposición a la puesta en marcha de una faena que sumaría un tercer actor industrial en el Salar de Atacama.
Las comunidades han subrayado que la ubicación del proyecto afectaría especialmente el equilibrio y riqueza biótica del Santuario de la Naturaleza de Tebenquiche.
Contrato
Jaime Araya, abogado patrocinante de la comunidad de Coyo, sostiene que el acuerdo entre ambas firmas revela un aspecto esencial que no ha sido resuelto con las comunidades y que dice relación con la necesidad de contar con un contrato para la explotación de un mineral concesible como el litio.
"Hoy por primera vez se transparenta que esto se trata de una exploración de litio y por ello todas la autoridades de gobierno involucradas deberían responder. No hay que olvidar que una solicitud de este tipo debe ser resuelta con consulta indígena", precisó Araya.
Al respecto, y a través de un comunicado de prensa, la empresa WM manifestó que respetará el compromiso que sostiene con la Enami, pero que resolverá lo del contrato una vez concluida la -cuestionada- campaña de exploración.
"No haremos nada que nos aparte de ese acuerdo ni de los intereses del Estado de Chile. Dicho lo anterior, es requisito fundamental tener claridad sobre el recurso, por lo que esa pregunta la podremos responder una vez finalizada nuestra campaña de exploración", afirmaron.
WM además indicó que se hizo parte de la disputa en la Corte de Apelaciones por cuanto considera que la iniciativa cumple con la normativa ambiental establecida para la fase exploratoria del proyecto.
"Aspectos cuestionados por la DGA, Conaf, comunidad de Coyo y CPA, fueron consultados a Wealth Minerals a través de dos set de 27 preguntas las que fueron contestadas satisfactoriamente", señalaron.
Vínculo ruso
El interés ruso por tomar posiciones en el negocio del litio en la región no es nuevo. En julio pasado los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Bolivia, Evo Morales, firmaron una serie de acuerdos de cooperación, entre los que destaca el que permitirá desarrollar la industria boliviana del litio.
Asimismo, Rosatom participó en 2017 de los roadshows realizados en Europa para promocionar el primer Lithium Call a productores especializados, que adjudicaría la cuota preferencial del 25% de Albemarle y que ganó el consorcio de Samsung - Posco. Pese a que en esa primera oportunidad la estatal rusa no llegó a presentar oferta, su interés parece seguir intacto, toda vez que también participó de las presentaciones desarrolladas por Corfo e Invest Chile a mediados de este año -también en Europa- para promover el segundo llamado a productores especializados, ahora para producción reservada de SQM, proceso aún en desarrollo.
US$550millones es el valor estimado que implicaría la puesta en marcha del proyecto de WM y Uranium One