Debate sobre el futuro del litio

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 13 de julio de 2012 Visto 292 veces
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En este artículo se evalúa desde el punto de vista económico-social, su proyecto para licitar Contratos de Explotación del Litio (CEOL), tema recientemente abordado en un seminario en Antofagasta.
Por Dr. Jan Cademartori.

El Gobierno se ha propuesto licitar depósitos de litio a privados que concentra el Norte de Chile. En este artículo se evalúa desde el punto de vista económico-social, su proyecto para licitar Contratos de Explotación del Litio (CEOL). Esta propuesta llega en un momento en el cual se debate la forma de allegar nuevos recursos tributarios desde la minería para implementar cambios.

Reflejo de la importancia del tema, recientemente, en Antofagasta, en el auditorio municipal, hubo un seminario sobre el litio, a iniciativa de los trabajadores dirigentes de la Federación 3SQM (Soquimich) empresa que lo explota. Este evento fue apoyado por Movimiento de Acción Ciudadana de Antofagasta (MAAC), la Federación Minera, el Municipio. Expusieron junto a este autor, el profesor Ricardo Rabanal, vicepresidente del Comando de Recuperación de Fondos del Cobre de Antofagasta y candidato a concejal, quien aportó el contexto histórico. El Doctor, físico honoris causa de la UCN, Carlos Espinoza, Premio El Ancla, destacó las propiedades únicas, el carácter estratégico, y la guerra invisible que desató entre las potencias mundiales el interés por la variedad Litio 6.

Posteriormente, una nueva actividad debatió la situación del cobre en Antofagasta, con motivo de un nuevo aniversario de la nacionalización, con la exposición del ex senador Jorge Lavandero. Las actividades culminaron con una bandera gigante en el frontis de la Asociación de Municipios de la región, frente a la plaza Colon de Antofagasta, el día 11 de Julio, en medio de diversos actos públicos en todo el país.

Los CEOL planteados por el Gobierno, pretenden licitar el derecho a poder explotar litio por el equivalente a 100 mil toneladas de litio metálico, durante 20 años, contados desde el momento de la suscripción del contrato. Es decir, unos 5 mil por año. Esta es una cantidad significativa; representa un 10% de la capacidad actual mundial y un tercio de la que proviene de territorio chileno según las estimaciones de COCHILCO(2009) para el año 2010.

Estos contratos parecen vulnerar sino la letra, al menos el espíritu de la legislación existente, lo cual es más grave tratándose de cantidades significativas de producción. En efecto, el artículo 19 de la Constitución Política, señala que corresponde a la ley determinar que sustancias puede el Estado explotar directamente o entregar en concesiones (inciso séptimo del 24). Sin embargo, el gobierno está operando mediante unmero decreto supremo, que no ha pasado por el Parlamento en donde hay opiniones y proyectos en la dirección contraria. Por otro lado, si bien, ese mismo artículo de la Constitución, permite contratos especiales de operación que serán regulados por decreto supremo, la ley N° 18.097 Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras, dispone que el litio no es susceptible de concesión minera. En cualquier caso, esta debilidad jurídica, podría dar argumentos jurídicos para una futura nacionalización.

Este decreto supremo, exige a los explotadores pagar un royalty mínimo del 7% sobre las ventas más los impuestos usuales. De nuestra lectura no queda claro si por obtener la licitación se debe pagar una suma aparte del royalty, o si el derecho a explotar el litio lo gana la empresa que ofrezca un mayor royalty (1). No se conocen las bases de licitación que podrían aclara ese punto. Tampoco aparecen otras obligaciones que a menudo los países colocan a los inversionistas extranjeros como: refinar y manufacturera la materia prima en territorio nacional, no acudir a endeudarse al mercado de capitales local para financiar la inversión, retirar el capital invertido después de un mínimo de años, opción de compra para el Estado, etc.

La importancia del tema radica en cuatro aspectos. En primer lugar, tratamos de un mineral donde Chile posee cerca de un 30% de las reservas mundiales, según estimaciones del Director del Instituto de la Universidad de Chile a un medio de prensa. Esto significa que el país posee una ventaja competitiva mundial, sobre todo considerando que se dispone del litio en yacimientos de salmueras, que son aquellos de menor costo de explotación. Además, las salmueras del Norte de Chile, junto a las de Bolivia y norte de Argentina, conforman el llamado “triángulo del litio” porque concentra el grueso de las reservas mundiales de salares.

Enseguida, el litio es importante por lo que puede significar para el futuro de Chile y el de Antofagasta. Actualmente, representa poco en las exportaciones minerales que salen de Chile. Sin embargo, se estima que el litio será esencial para las baterías de litio, las cuales se usan actualmente en aparatos como teléfonos celulares, computadores portátiles, cámaras fotográficas y todo aquello que requiera almacenar energía. También es demandado en la industria farmacéutica, en grasas y cerámicas. Sobre todo se vislumbra su demanda en las baterías para autos eléctricos que sustituyan el consumo de petróleo.

Su demanda ha aumentado a tal velocidad que su precio se ha duplicado entre 1996 y 2008. Este aumento de su valor refleja que la demanda crece más rápido que su oferta, a pesar que la producción se ha incrementado en cerca de un 8% anual entre 2000 y 2008.

Desgraciadamente, la industria chilena productora de litio solamente llega hasta la primera transformación de litio, es decir, como carbonato de litio. Las siguientes etapas de transformación se realizan en los países desarrollados (como la industria japonesa de baterías o la industria farmacéutica alemana). Por tanto, su próxima licitación, consolidaría la eterna posición de los países pobres que lo seguirán siendo porque no industrializan sus materias primas.

En tercer lugar, el litio es estratégico en la energía nuclear, la cual sirve para usos pacíficos y para fines militares. Por estos motivos fue declarado material no concesible para privados por el régimen militar. Un grupo de destacados físicos de la UCN viene estudiando sus propiedades hace décadas; Carlos Espinoza, el fallecido Olayer Alcayaga y otros. Se extrae actualmente del Salar de Atacama en la Región de Antofagasta, por parte de dos empresas privadas, porque se les respetó las concesiones previas.

Ambas empresas tienen capitales extranjeros, mayoritarios en la segunda. La primera empresa adquirió notoriedad porque el Estado Chileno, la saneó económicamente en la crisis del salitre, después la estatizó, posteriormente la privatizó y quedó en manos del ex yerno del general Pinochet quien había sido funcionario del régimen. Acumula además esta empresa un conjunto de demandas por prácticas anti-sindicales y por uso indebido del agua.

En cuarto lugar, el litio es controlado mundialmente por unas pocas empresas, dos de las cuales han sido identificadas en el párrafo anterior. Dentro de esa participación, los yacimientos ubicados en la Región de Antofagasta, aportan cerca de un 44% a nivel mundial. Esto significa un oligopolio, donde el precio de la licitación y el precio futuro del mineral podrían ser controlados por los vendedores. Las rentas así obtenidas, son concentradas para beneficio de unos pocos capitales.

A nuestro juicio, la propuesta del gobierno posee dos fortalezas y cuatro inconvenientes serios. La primera ventaja es que estimula su producción. La segunda, introduce la posibilidad teórica que la renta del recurso puede ser captada por el Estado en la medida que el precio pagado por los licitantes al Estado, para ganar la concesión, refleje su valor futuro

Las cuatro limitaciones principales.

Primero, los potenciales licitantes son pocos y es fácil que se pongan de acuerdo para pagar un precio bajo. Segundo, la licitación no exige agregar valor a la exportación de la materia prima. Tercero, se entregan elevadas rentas a privados, gracias a la actual legislación minera y ambiental que es permisiva. Cuarto, la venta es apurada con lo cual el precio puede ser bajo y la información no es transparente.

En cuanto a lo primero, la licitación sería realmente competitiva si hubiera un número grande de competidores. Se ha explicado antes que se trata de un oligopolio, y los licitantes pueden colocarse fácilmente de acuerdo entre ellos para no ofrecer un precio alto. Peor aún, existen vínculos familiares entre personeros del Gobierno y de las empresas del sector. Por otro lado, si los ganadores fuesen extranjeros, no tiene mucho sentido afirmar que Chile estaría explotando el litio para evitar perder oportunidades, pues parte importante de las rentas quedarían en manos externas.

Respecto al valor agregado, la demanda por litio se orienta a rubros donde la investigación y desarrollo aporta un valor agregado muy importante (telecomunicaciones). Teniendo en cuenta aquello, Bolivia y Argentina piensan producir en su territorio baterías de litio. Con mayor razón Chile, podría aprovechar su ventaja comparativa y esa misma superioridad se podría cultivar produciendo productos manufacturados.

La tecnología que no se conozca, puede ser comprada, o desarrollada en el país, otorgando empleos de buena calidad para profesionales y técnicos especializados. Es más, en vez de competir con Bolivia y Argentina, la concentración geográfica del “triangulo del litio” aconseja formar una red (cluster) de empresas estatales o mixtas que colaboren entre sí para repartirse diferentes etapas de la manufactura y de los bienes de capital necesario.

Tercero, en el cobre se mostrado que las empresas privadas que lo explotan en Chile eluden impuestos de variadas formas, no tributan por el agua, contaminan y usan sub-contratistas para abaratar sus costos, lo cual explica sus ganancias sobre-normales. Lo ocurrido en el cobre se repetiría con el litio si se entregara a manos privadas antes de revisar el actual marco legal de la minería. En materia ambiental, los salares son frágiles y albergan agua y especies autóctonas.

Además, el royalty que se propone para el litio (mínimo 7% de las ventas), es similar al que cancelaría SQM (2), pero es inferior al royalty óptimo al cobre, siendo el litio un mineral que quizás tenga mayor futuro. Según nuestras estimaciones, al precio actual del metal rojo, un royalty al cobre que sustituyera al IEM, debería estar cerca de un 28% de las ventas. Por otro lado, aun cuando a futuro, el Estado se decidiera a explotarlo directamente, los primeros licitantes privados, gozarán de las rentas más altas, éstas son privativas de los yacimientos mejor localizados. El Estado se quedaría con las rentas menores y los privados, con las rentas mayores.

Cuarto, la venta es apurada. El Gobierno, en sus declaraciones, se ha propuesto efectuarla antes de Octubre, se anunció hace pocos meses. Cuando las ventas son apuradas, el precio que puede conseguir el vendedor, baja. Si el precio es bajo, se desaprovechará la renta de este recurso, único en calidad y cantidad por los próximos veinte años, plazo de la concesión.

La falta de transparencia se evidencia de varias maneras. Primero, el decreto supremo que regula la concesión, si bien estaba autorizado, se elude la discusión en el Parlamento mediante un decreto supremo, en un mineral donde la legislación, como se indicó más arriba, exige trato especial. Además, las bases de licitación se venden a un precio alto, de modo que hay aspectos de importancia que quedan en las sombras.

Finalmente, el Estado chileno posee recursos invertidos en el exterior que podrían ser ocupados para explotar y agregar valor industrial al litio. Codelco mismo posee sus propias reservas y con la ayuda de la ingeniería chilena estaría en condiciones de participar sin necesidad de pagar. Por otro lado, el Estado, su empresa Codelco, podría financiar su participación de capital en una empresa mixta con capitales privados, valorizando sus yacimientos y el agua. No hay que olvidar que por la Constitución Política, el Estado chileno es dueño de todas las minas y de los recursos hídricos. Así, Chile podría transformarse en co-propietario en una alianza con una empresa manufacturera de baterías y con Estados latinoamericanos.

(1) Decreto 16 Ministerio de Minería (2012). Establece requisitos y condiciones del contrato especial de operación para la exploración, explotación y beneficio de yacimientos de litio, que el Estado de Chile suscribirá conforme a las bases de licitación pública nacional e internacional que se aprobarán para estos efectos. Fecha publicación: 02-04-2012. Puede descargarlo aquí >>

(2) COCHILCO (2009). Antecedentes para una Política Pública en Minerales Estratégicos: Litio. Puede descargarlo aquí >>



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