Las tinkas son ofrendas de licores (aloja, vino y ulpo de harinas), acompañadas de hojas de coca para ritual y para las personas. Los convidos, se ofrecen a todos los seres considerados sagrados (wakas). Son pagos que constituyen ofrendas como retribución a los beneficios recibidos de un ser, espíritu o waka. En algunas situaciones, como en el caso de los promesantes o promeseros del patrono o patrona del pueblo, el fruto del trabajo de un año es destinado al pago o tinka: aquel comunero que no cumple con lo prometido se expone a drásticos y ejemplarizadores castigos, tanto de carácter social (rechazo de los demás comuneros), como físicos (enfermedad o muerte).
Los wakis son sacrificios de un animal; se hace en los enfloramientos de ganado. Después de un sahumerio en el corral, se elige un llamo o cordero blanco, el que se sacrifica fuera del corral. Se cava un pequeño hoyo depositando vino, aloja y coca en honor de la Pacha Mama y de los espíritus de los cerros. Antiguamente se dejaba sangrar al animal en un hoyo al centro del corral.
También el santo waki, se celebra en la agricultura, en la limpia de canales y consiste en toda una ceremonia en torno a una mesa de ofrenda (Castro y Varela).
Wakis, pagos o pujios son ceremonias que tienen una parte pública, con participación de quienes asisten al ceremonial, y otra muy reservada destinada a los iniciados. Se hace en los enfloramientos de ganado, techamientos, y antes de iniciar cualquier tipo de actividad.
El canto del agua nacido en el mito del tata-putarajni, en la víspera del talátur, el maestro y su discípulo hacen su convido al agua; ellos escuchan una melodía del agua. El canto del agua es parte del talátur o limpia de canales. El yatiri y uno de sus discípulos, que pueden escuchar el canto del agua, realizan el convido en el nacimiento de los canales.
El pensamiento andino es dialéctico, no una dialéctica confrontacional, sino, una dialéctica complementaria que busca los equilibrios.